Blancos. Ambos hablaron el martes y acordaron encontrarse en el acto
El homenaje a Herrera dio pie a una expresión de unidad en el Partido Nacional. Lacalle y Larrañaga se mostraron juntos y rechazaron el "estilo" de Mujica tras los recientes enfrentamientos políticos.
"¿Cómo no voy a estar en el homenaje a Luis Alberto de Herrera que, junto con Wilson Ferreira, Washington Beltrán, Manuel Oribe, Aparicio Saravia y Leandro Gómez, suponen la historia del Partido Nacional?", reflexionó Larrañaga al exponer las razones de su presencia en el acto de homenaje al caudillo blanco convocado por Unidad Nacional por el cincuentenario de su fallecimiento, ayer en el Cementerio Central.
La pregunta venía a cuento porque desde el 2 de enero Lacalle y Larrañaga no estaban juntos en un acto político. La ocasión que los reunió entonces fue el homenaje a Leandro Gómez, en Paysandú. La presencia de Larrañaga y otros dirigentes de Alianza Nacional ayer en el cementerio fue una sorpresa para varios, pero no para Lacalle. La noche del martes, Larrañaga llamó al ex presidente y le trasmitió sus intenciones de concurrir. Lacalle respondió que lo esperaba y que no había ninguna objeción a su presencia. Años atrás, Larrañaga había estado presente en homenajes a Herrera pero en su condición de presidente del Directorio nacionalista.
Lo de ayer fue un paréntesis en medio de la campaña por la postulación nacionalista, porque la próxima vez que los dos precandidatos tomen parte de un acto -si cuadra la ocasión- será cuando ellos mismos lo combinen, anunció Lacalle. La presencia de ambos en el homenaje a Herrera fue vista como una fuerte demostración de unidad aunque manteniendo los respectivos perfiles, según la interpretación que hicieron para El País dirigentes de los dos sectores. Los "matices" y "diferencias" que ambos admiten, quedaron transitoriamente de lado. La relación política es "buena", reconoció Lacalle.
MUJICA. Larrañaga subrayó que el "gesto" de que ambos precandidatos blancos se presentaran juntos en público es una demostración de que la fuerza política busca contraponerse "al enfrentamiento y la descalificación" en que caen algunos dirigentes de la izquierda, como el precandidato frenteamplista José Mujica.
Lacalle y Larrañaga coincidieron en que al otro día de la elección interna impulsarán un programa único de gobierno, más allá de quien sea el ganador. "El que gane va adelante y el segundo empuja", dijo en forma gráfica el precandidato de Unidad Nacional. "Él sabe que yo aspiro a ganarle, y él piensa hacerme lo mismo", respondió Larrañaga.
Manifestaron su seguridad en el triunfo del Partido Nacional. Larrañaga proclamó que en un futuro gobierno nacionalista no habrá "puño crispado" ni "insultos" entre dirigentes políticos, en otra alusión directa a Mujica por su reciente y duro enfrentamiento con blancos y colorados.
En el homenaje a Herrera, el senador Gustavo Penadés, orador principal, destacó el gesto de Larrañaga porque representa la existencia de un partido "unido, fuerte, pronto para ganar y preparado para gobernar", y que su asistencia es una muestra de "hidalguía".
Fuente: El País Digital, jueves 9 de abril de 2009
"¿Cómo no voy a estar en el homenaje a Luis Alberto de Herrera que, junto con Wilson Ferreira, Washington Beltrán, Manuel Oribe, Aparicio Saravia y Leandro Gómez, suponen la historia del Partido Nacional?", reflexionó Larrañaga al exponer las razones de su presencia en el acto de homenaje al caudillo blanco convocado por Unidad Nacional por el cincuentenario de su fallecimiento, ayer en el Cementerio Central.
La pregunta venía a cuento porque desde el 2 de enero Lacalle y Larrañaga no estaban juntos en un acto político. La ocasión que los reunió entonces fue el homenaje a Leandro Gómez, en Paysandú. La presencia de Larrañaga y otros dirigentes de Alianza Nacional ayer en el cementerio fue una sorpresa para varios, pero no para Lacalle. La noche del martes, Larrañaga llamó al ex presidente y le trasmitió sus intenciones de concurrir. Lacalle respondió que lo esperaba y que no había ninguna objeción a su presencia. Años atrás, Larrañaga había estado presente en homenajes a Herrera pero en su condición de presidente del Directorio nacionalista.
Lo de ayer fue un paréntesis en medio de la campaña por la postulación nacionalista, porque la próxima vez que los dos precandidatos tomen parte de un acto -si cuadra la ocasión- será cuando ellos mismos lo combinen, anunció Lacalle. La presencia de ambos en el homenaje a Herrera fue vista como una fuerte demostración de unidad aunque manteniendo los respectivos perfiles, según la interpretación que hicieron para El País dirigentes de los dos sectores. Los "matices" y "diferencias" que ambos admiten, quedaron transitoriamente de lado. La relación política es "buena", reconoció Lacalle.
MUJICA. Larrañaga subrayó que el "gesto" de que ambos precandidatos blancos se presentaran juntos en público es una demostración de que la fuerza política busca contraponerse "al enfrentamiento y la descalificación" en que caen algunos dirigentes de la izquierda, como el precandidato frenteamplista José Mujica.
Lacalle y Larrañaga coincidieron en que al otro día de la elección interna impulsarán un programa único de gobierno, más allá de quien sea el ganador. "El que gane va adelante y el segundo empuja", dijo en forma gráfica el precandidato de Unidad Nacional. "Él sabe que yo aspiro a ganarle, y él piensa hacerme lo mismo", respondió Larrañaga.
Manifestaron su seguridad en el triunfo del Partido Nacional. Larrañaga proclamó que en un futuro gobierno nacionalista no habrá "puño crispado" ni "insultos" entre dirigentes políticos, en otra alusión directa a Mujica por su reciente y duro enfrentamiento con blancos y colorados.
En el homenaje a Herrera, el senador Gustavo Penadés, orador principal, destacó el gesto de Larrañaga porque representa la existencia de un partido "unido, fuerte, pronto para ganar y preparado para gobernar", y que su asistencia es una muestra de "hidalguía".
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