martes, 27 de enero de 2009

MUJICA Y EL ARBOLITO




La semana pasada, el candidato oficial del Frente Amplio a la Presidencia de la República, el tupamaro José Mujica, lanzó su campaña electoral desde el popular Hotel Conrad de Punta del Este, junto a lo más granado del jet set porteño y la alta sociedad criolla.
Mientras tanto, los distintos candidatos de los partidos tradicionales (los mismos que “fundieron el país”, que lo llevaron “al borde del desastre” y cuanta desgracia junta pueda el lector imaginar), desde fines del año pasado se encuentran recorriendo el interior del país, interiorizándose de la grave situación por la que atraviesan nuestros productores afectados por la sequía y proponiendo soluciones a las que el gobierno obstinadamente hace oídos sordos.
Pero volviendo al señor Mujica...
Entre las muchas importantes declaraciones a las que nos tiene acostumbrado, una en particular nos interesa traer a colación, ya que lo pinta de cuerpo entero. Dijo (palabras más, palabras menos), que si pierde la próxima elección no se va a hacer drama; se irá para su casa y se sentará bajo la sombra de un árbol a mirar pasar la vida ya que a su edad él se considera igualmente un ganador (lo que, traducido al lenguaje vulgar, vendría a signifcar algo así como: “Qué me importa, que me quiten lo bailado”).
Qué le pueda pasar al país, qué le pueda pasar a su gente (máxime ahora que al drama de la sequía se suman los primeros coletazos de la crisis económica mundial) es algo que parece no importarle al veterano senador. Él ya hizo la suya (es lo que nos está diciendo) y los demás que nos embromemos (será por nuestra condición de “nabos” y “chorizos”, supongo).
Es la misma postura irresponsable y cínica que lo llevó a decir, cuando todavía era Ministro de Ganadería y Agricultura, que si las cosas no se hacían a su modo se iba a la m... o que, tras comprobar el resonante fracaso de su gestión al frente de dicha cartera, lo impulsó a renunciar justo cuando comenzaban a avizorarse muchos de los actuales problemas.
Es la misma postura oportunista y acomodaticia que lo llevó a decir el año pasado que en el fondo tal vez lo mejor para el Frente Amplio sea perder la próxima elección porque producto de la crisis económica que se vaticinaba en aquel momento, el próximo gobierno se las va a ver negras y después la gente comparará gestiones y sacará sus conclusiones (cuando el viento está a favor, vamos arriba; pero cuando sopla en dirección contraria, que es cuando los hombres deben demostrar la verdadera madera de la que están hechos, me voy y que los demás se las arreglen como puedan).
¿Qué puede esperar el país de tan folklórico personaje, que tan cínica e irresponsablemente se muestra no sólo en sus declaraciones sino en su accionar diario? ¿Qué tan capacitado se halla para ocupar la más alta Magistratura de la Nación?
Como aquél cuento de Landriscina del pastor que cuidaba sus cabras, Mujica podría ahorrarse (y ahorrarnos) tantos problemas y retirarse ya a disfrutar de su (¿bien merecido?) descanso a la sombra de su añorado arbolito.

Columna semanal publicada en Diario EL HERALDO, martes 27 de enero de 2009

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