En el día de hoy se cumple el 90 aniversario del nacimiento de Wilson Ferrerira, desde la Secretaría de Asuntos Sociales, nos llegó esta nota, recordando tan importante fecha para el Partido Nacional, la que transcribimos a continuación como aporte y homenaje a su figura.
Nos dejó físicamente el 15/3/88. Pero, estamos seguros, que no hay ningún uruguayo que viva en nuestro país o pertenezca a la legión de compatriotas que anda por el mundo honrando la Patria, que no sepa quien fue y lo que hizo Wilson Ferreira Aldunate el querido líder nacionalista (de los blancos) y nacional (porque es de todos los orientales).
Mucho se ha escrito y se ha hablado de Wilson. Tal vez todavía no se haya dicho lo suficiente. Su vida, predestinada para la inmortalidad, es una fuente inagotable de gestos, conductas, procedimientos, legitimaciones, ideas, valores, principios, logros y frustraciones. De su trayectoria se nutren los estudiosos que buscan la verdad académica, pero además – y esto tal vez sea lo más aleccionante – sacan ejemplos, reviven anécdotas, y lo mantienen vigente todos los días, miles y miles de ciudadanos, que lo conocieron, lo entendieron, lo acompañaron, con él rieron y lloraron y lo siguen añorando.
El Partido Nacional a lo largo de 173 años, ha vivido muchas adversidades y eso lo ha templado para mantenerlo y vitalizarlo. Esa característica indiscutible, se ha trasladado de la colectividad a sus líderes, y de ese trasiego no escapó Wilson. Su vida estuvo permanentemente signada por el esfuerzo denodado en pos de conquistas y logros que muchas veces trataron de frustrárselos. No pudo ser Presidente de la República, no pudo completar su Senatoría, le derribaron la democracia que había ayudado a construir desde su juventud, tuvo que emigrar forzadamente, quisieron atentar contra su vida, al retornar al país no pudo volver a postularse a ningún cargo, lo encarcelaron injustamente y hasta el fin de sus días debió luchar con una cruel enfermedad-
Pero todo ese cúmulo de infamias y dificultades tremendas, Wilson lo supo transformar y convertir en una promesa de mejor vivir en el futuro. Un conjunto de planes que siguen alentando la esperanza de la larga columna de sus simpatizantes de todas las clases y condiciones sociales. En esa multitud se integra, por supuesto, un significativo número de militantes que han encontrado en los diversos sectores que conforman la Secretaría de Asuntos Sociales del Partido Nacional (fundada por el carismático caudillo) un ámbito donde desplegar y consolidar la vocación gremial.
El 28 de enero, todos los seguidores de Wilson, pensarán en él y al desearle feliz cumpleaños le entregarán un regalo imaginario. El compromiso de buscar responsablemente en el abanico político actual, a aquellos candidatos que mantienen presentes los postulados wilsonistas y de respaldarlos electoralmente, para que sean mayoría y no se demore más el tiempo en que el Uruguay se encuentre, por fin, gobernado por el ideario del estadista que tanto se sacrificó por su Patria.
Mucho se ha escrito y se ha hablado de Wilson. Tal vez todavía no se haya dicho lo suficiente. Su vida, predestinada para la inmortalidad, es una fuente inagotable de gestos, conductas, procedimientos, legitimaciones, ideas, valores, principios, logros y frustraciones. De su trayectoria se nutren los estudiosos que buscan la verdad académica, pero además – y esto tal vez sea lo más aleccionante – sacan ejemplos, reviven anécdotas, y lo mantienen vigente todos los días, miles y miles de ciudadanos, que lo conocieron, lo entendieron, lo acompañaron, con él rieron y lloraron y lo siguen añorando.
El Partido Nacional a lo largo de 173 años, ha vivido muchas adversidades y eso lo ha templado para mantenerlo y vitalizarlo. Esa característica indiscutible, se ha trasladado de la colectividad a sus líderes, y de ese trasiego no escapó Wilson. Su vida estuvo permanentemente signada por el esfuerzo denodado en pos de conquistas y logros que muchas veces trataron de frustrárselos. No pudo ser Presidente de la República, no pudo completar su Senatoría, le derribaron la democracia que había ayudado a construir desde su juventud, tuvo que emigrar forzadamente, quisieron atentar contra su vida, al retornar al país no pudo volver a postularse a ningún cargo, lo encarcelaron injustamente y hasta el fin de sus días debió luchar con una cruel enfermedad-
Pero todo ese cúmulo de infamias y dificultades tremendas, Wilson lo supo transformar y convertir en una promesa de mejor vivir en el futuro. Un conjunto de planes que siguen alentando la esperanza de la larga columna de sus simpatizantes de todas las clases y condiciones sociales. En esa multitud se integra, por supuesto, un significativo número de militantes que han encontrado en los diversos sectores que conforman la Secretaría de Asuntos Sociales del Partido Nacional (fundada por el carismático caudillo) un ámbito donde desplegar y consolidar la vocación gremial.
El 28 de enero, todos los seguidores de Wilson, pensarán en él y al desearle feliz cumpleaños le entregarán un regalo imaginario. El compromiso de buscar responsablemente en el abanico político actual, a aquellos candidatos que mantienen presentes los postulados wilsonistas y de respaldarlos electoralmente, para que sean mayoría y no se demore más el tiempo en que el Uruguay se encuentre, por fin, gobernado por el ideario del estadista que tanto se sacrificó por su Patria.
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