“Tarde e insuficientes”. Así calificaron los sectores involucrados y los partidos políticos de oposición las tibias medidas adoptadas por el gobierno para paliar los efectos de la sequía que afecta al país.
¿Por qué, pese a que desde hace meses los productores rurales venían advirtiendo de la gravedad de la situación, el gobierno no tomó las previsiones del caso y esperó a que el daño estuviese ya hecho para decidirse a hacer algo?
Recuerdo cuando en diciembre los tamberos, desesperados, solicitaron una entrevista con el Ministro de Ganadería y Agricultura Ernesto Agazzi y se les respondió que no sería posible porque el Ministro se iba en misión oficial a Arabia Saudita junto al Presidente Vázquez.
¿Cómo explicar estas conductas inexplicables? ¿Cómo explicar que mientras cientos de familias se funden y el aparato productivo del país se paraliza, la Ministra del Interior parezca burlarse de la situación colgando en Internet una foto suya tomando una ducha, haciendo el ridículo y avergonzando a todo el país?
Ninguno de los que acostumbraban a tener la solución a todos los problemas, que solían ilustrarnos en tono doctoral o filosófico (léase Astori y Mujica) se han dignado dar la cara por estos días. Tal vez estén veraneando, o les de vergüenza aparecer ante los productores, o simplemente no les importe el tema.
En el caso de Mujica, tal vez esté esperando que se termine de fundir el último productor rural uruguayo para así realizar su sueño de repoblar el campo uruguayo con campesinos bolivianos y peruanos, vaya uno a saber.
Después de todo, como me dijo hace poco un ferviente defensor de la “obra” del gobierno frenteamplista, no hay que darle mucha bolilla a la gente del campo porque representan “cuatro votos locos”, evidenciando de esta manera un desconocimiento total de la realidad y de la propia historia del país (desde los tiempos de Hernandarias, la suerte del Uruguay ha estado ligada a la de la ganadería).
Tal vez por ello para el Presidente Vázquez lo más urgente sea lanzar una campaña en defensa del consumidor combatiendo a los comerciantes (los del campo son “cuatro votos locos”, pero los de la ciudad representan varios miles).
¿Irresponsabilidad, inconciencia, incapacidad, desconocimiento de la situación? Un poco de cada una, y un fuerte componente ideológico detrás de todas.
Sabido es que la izquierda se identifica con los llamados sectores “populares” (trabajadores y pequeña clase media) y que ha mirado siempre con recelo a la clase de los productores rurales en general, a la que identifica con los sectores “conservadores”.
Los sectores de orientación marxista que hoy dominan el aparato del Frente Amplio, aborrecen a esta clase (son todos “latifundistas”, “oligarcas”, “reaccionarios”, votantes de los partidos tradicionales), de allí que les importe poco su suerte. Por ello no debe sorprender a nadie la actual apatía o ligereza que el gobierno muestra a la hora de socorrer a este sector de nuestra sociedad.
En fin...
Con Ministras que bailan arriba de una mesa o se fotografían mientras toman una ducha y otro que propone erradicar a los uruguayos y repoblar el país con extranjeros, ¿qué se puede esperar de este gobierno?
¿Por qué, pese a que desde hace meses los productores rurales venían advirtiendo de la gravedad de la situación, el gobierno no tomó las previsiones del caso y esperó a que el daño estuviese ya hecho para decidirse a hacer algo?
Recuerdo cuando en diciembre los tamberos, desesperados, solicitaron una entrevista con el Ministro de Ganadería y Agricultura Ernesto Agazzi y se les respondió que no sería posible porque el Ministro se iba en misión oficial a Arabia Saudita junto al Presidente Vázquez.
¿Cómo explicar estas conductas inexplicables? ¿Cómo explicar que mientras cientos de familias se funden y el aparato productivo del país se paraliza, la Ministra del Interior parezca burlarse de la situación colgando en Internet una foto suya tomando una ducha, haciendo el ridículo y avergonzando a todo el país?
Ninguno de los que acostumbraban a tener la solución a todos los problemas, que solían ilustrarnos en tono doctoral o filosófico (léase Astori y Mujica) se han dignado dar la cara por estos días. Tal vez estén veraneando, o les de vergüenza aparecer ante los productores, o simplemente no les importe el tema.
En el caso de Mujica, tal vez esté esperando que se termine de fundir el último productor rural uruguayo para así realizar su sueño de repoblar el campo uruguayo con campesinos bolivianos y peruanos, vaya uno a saber.
Después de todo, como me dijo hace poco un ferviente defensor de la “obra” del gobierno frenteamplista, no hay que darle mucha bolilla a la gente del campo porque representan “cuatro votos locos”, evidenciando de esta manera un desconocimiento total de la realidad y de la propia historia del país (desde los tiempos de Hernandarias, la suerte del Uruguay ha estado ligada a la de la ganadería).
Tal vez por ello para el Presidente Vázquez lo más urgente sea lanzar una campaña en defensa del consumidor combatiendo a los comerciantes (los del campo son “cuatro votos locos”, pero los de la ciudad representan varios miles).
¿Irresponsabilidad, inconciencia, incapacidad, desconocimiento de la situación? Un poco de cada una, y un fuerte componente ideológico detrás de todas.
Sabido es que la izquierda se identifica con los llamados sectores “populares” (trabajadores y pequeña clase media) y que ha mirado siempre con recelo a la clase de los productores rurales en general, a la que identifica con los sectores “conservadores”.
Los sectores de orientación marxista que hoy dominan el aparato del Frente Amplio, aborrecen a esta clase (son todos “latifundistas”, “oligarcas”, “reaccionarios”, votantes de los partidos tradicionales), de allí que les importe poco su suerte. Por ello no debe sorprender a nadie la actual apatía o ligereza que el gobierno muestra a la hora de socorrer a este sector de nuestra sociedad.
En fin...
Con Ministras que bailan arriba de una mesa o se fotografían mientras toman una ducha y otro que propone erradicar a los uruguayos y repoblar el país con extranjeros, ¿qué se puede esperar de este gobierno?
Alberto Lamaita es profesor de Hisotria y dirigente de Alianza Nacional de Florida.
Columna semanal publicada en Diario El Heraldo, martes 20 de enero de 2009
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