Directorio. Recordaron el triunfo de 1958 y criticaron al FA
Con las manos en alto y en medio del estrado, los tres precandidatos blancos se fundieron anoche en un fuerte abrazo. El acto de recuerdo de la victoria electoral de 1958 significó un nuevo mensaje de unidad, de cara a las internas de junio.
Ni bien cerró su discurso el senador Jorge Larrañaga -el último de los tres en hablar en la sede del Partido Nacional-, los demás precandidatos Luis Alberto Lacalle y Carmelo Vidalín fueron en busca del saludo y del apretón de manos, en el mismo lugar al que prometieron volver la noche del 28 de junio de 2009, gane quien gane la elección interna.
El recuerdo de la gesta de 1958 también sirvió para renovar las críticas al Frente Amplio y para afirmar que los blancos deben ser la alternativa para todos los uruguayos descontentos con el gobierno, aunque no sean votantes históricos del Partido Nacional.
En un salón repleto, el orden de los tres discursos fue acordado previamente: luego del presidente del directorio nacionalista, Carlos Julio Pereira, habló Vidalín, después Lacalle y cerró Larrañaga. Pereira dijo que los blancos enfrentan el "tremendo desafío" de cambiar el destino del país en la próxima elección. Fue especialmente duro con el Frente Amplio: mencionó actitudes "totalitarias" de comunistas y tupamaros (ver aparte).
Pero los precandidatos también atacaron a la fuerza de gobierno. Lacalle fue el más suave con la izquierda y se refirió a la dicotomía Frente Amplio-Partido Nacional. Sostuvo que los blancos deben tener "la cabeza abierta" para ser "el camino y la puerta de ingreso de los orientales que quieren ser obreros de su futuro" y no nunca votaron al Partido Nacional.
Larrañaga resaltó que hayan estado los tres candidatos juntos e ironizó que "otros no pueden hacerlo". "Acá los candidatos no se eligen entre cuatro paredes, los elige la gente", aseguró. "La disyuntiva es entre libertad y despotismo. Tenemos que luchar por la libertad", reclamó.
Llamó a subsidiar el trabajo y no la pobreza. Criticó "que un gobierno le meta la mano en el bolsillo al que trabaja para darle al que no trabaja" e insistió en que "le quedan quince meses" a la ley de educación votada ayer en Diputados.
Vidalín, mientras tanto, indicó: "Los que están en el poder pusieron marcha atrás y revolvieron el dolor de los uruguayos. No pusieron primera, segunda, tercera, cuarta ni quinta velocidad".
FUTURO. Para Larrañaga, los blancos son la alternativa de gobierno, "sinónimo de esperanza y dignidad nacional". "Habrá que subir la cuesta por empinada que sea. Convocamos a miles de compatriotas, por más que no sean de esta colectividad pero sienten que los representamos", señaló. Y dijo que debe actuarse con "la dignidad de la unidad".
Lacalle, en tanto, advirtió que los blancos "no pueden mirar sólo hacia atrás" y dijo que deben aprender de los errores. "Desde el año 26 hasta el 58 llevamos al extremo las diferencias y separaciones. Hay que juramentarse el nunca más, no hay derecho a negarle al futuro un gobierno del Partido Nacional", indicó el ex presidente.
Y, en esa línea mencionó la figura de Juan Andrés Ramírez, nacionalista independiente: "Saben cuán hondo lo digo. Hay que olvidarse de lo que nos pudo haber separado". Así, llamó a que los precandidatos estén juntos la noche del 28 de junio: "Uno en el medio y los otros dos levantando el brazo"
Vidalín, por su parte, observa al Partido Nacional como el "verdadero partido de la revolución", pero "con la mano extendida y no el puño crispado". Dijo que la unidad debe ser la base del triunfo, pero "no sólo en el 58, debe ser un mandato histórico": "Hay que cultivar el sentido de la unidad. Debemos ser optimistas, pero no exitistas". Hoy los blancos están muy cerca de llegar al poder "y para eso hay que mirarse al espejo de 1958", reflexionó Vidalín, a la vez que admitió que si no le toca ser "el general", será un soldado "en la primera fila".
Con las manos en alto y en medio del estrado, los tres precandidatos blancos se fundieron anoche en un fuerte abrazo. El acto de recuerdo de la victoria electoral de 1958 significó un nuevo mensaje de unidad, de cara a las internas de junio.
Ni bien cerró su discurso el senador Jorge Larrañaga -el último de los tres en hablar en la sede del Partido Nacional-, los demás precandidatos Luis Alberto Lacalle y Carmelo Vidalín fueron en busca del saludo y del apretón de manos, en el mismo lugar al que prometieron volver la noche del 28 de junio de 2009, gane quien gane la elección interna.
El recuerdo de la gesta de 1958 también sirvió para renovar las críticas al Frente Amplio y para afirmar que los blancos deben ser la alternativa para todos los uruguayos descontentos con el gobierno, aunque no sean votantes históricos del Partido Nacional.
En un salón repleto, el orden de los tres discursos fue acordado previamente: luego del presidente del directorio nacionalista, Carlos Julio Pereira, habló Vidalín, después Lacalle y cerró Larrañaga. Pereira dijo que los blancos enfrentan el "tremendo desafío" de cambiar el destino del país en la próxima elección. Fue especialmente duro con el Frente Amplio: mencionó actitudes "totalitarias" de comunistas y tupamaros (ver aparte).
Pero los precandidatos también atacaron a la fuerza de gobierno. Lacalle fue el más suave con la izquierda y se refirió a la dicotomía Frente Amplio-Partido Nacional. Sostuvo que los blancos deben tener "la cabeza abierta" para ser "el camino y la puerta de ingreso de los orientales que quieren ser obreros de su futuro" y no nunca votaron al Partido Nacional.
Larrañaga resaltó que hayan estado los tres candidatos juntos e ironizó que "otros no pueden hacerlo". "Acá los candidatos no se eligen entre cuatro paredes, los elige la gente", aseguró. "La disyuntiva es entre libertad y despotismo. Tenemos que luchar por la libertad", reclamó.
Llamó a subsidiar el trabajo y no la pobreza. Criticó "que un gobierno le meta la mano en el bolsillo al que trabaja para darle al que no trabaja" e insistió en que "le quedan quince meses" a la ley de educación votada ayer en Diputados.
Vidalín, mientras tanto, indicó: "Los que están en el poder pusieron marcha atrás y revolvieron el dolor de los uruguayos. No pusieron primera, segunda, tercera, cuarta ni quinta velocidad".
FUTURO. Para Larrañaga, los blancos son la alternativa de gobierno, "sinónimo de esperanza y dignidad nacional". "Habrá que subir la cuesta por empinada que sea. Convocamos a miles de compatriotas, por más que no sean de esta colectividad pero sienten que los representamos", señaló. Y dijo que debe actuarse con "la dignidad de la unidad".
Lacalle, en tanto, advirtió que los blancos "no pueden mirar sólo hacia atrás" y dijo que deben aprender de los errores. "Desde el año 26 hasta el 58 llevamos al extremo las diferencias y separaciones. Hay que juramentarse el nunca más, no hay derecho a negarle al futuro un gobierno del Partido Nacional", indicó el ex presidente.
Y, en esa línea mencionó la figura de Juan Andrés Ramírez, nacionalista independiente: "Saben cuán hondo lo digo. Hay que olvidarse de lo que nos pudo haber separado". Así, llamó a que los precandidatos estén juntos la noche del 28 de junio: "Uno en el medio y los otros dos levantando el brazo"
Vidalín, por su parte, observa al Partido Nacional como el "verdadero partido de la revolución", pero "con la mano extendida y no el puño crispado". Dijo que la unidad debe ser la base del triunfo, pero "no sólo en el 58, debe ser un mandato histórico": "Hay que cultivar el sentido de la unidad. Debemos ser optimistas, pero no exitistas". Hoy los blancos están muy cerca de llegar al poder "y para eso hay que mirarse al espejo de 1958", reflexionó Vidalín, a la vez que admitió que si no le toca ser "el general", será un soldado "en la primera fila".
Gobierno totalitario
Carlos Julio Pereira cree que el próximo gobierno deberá restablecer el "alicaído régimen de derecho" que deja el Frente. También deberá terminar "con intolerancias totalitarias" de integrantes del gobierno, "herederos de doctrinas de raíz totalitaria, marxistas y criminales de la organización tupamaros, que ensangrentó el país".
Homenaje a figuras históricas
Mencionados uno a uno, fueron homenajeados veteranos dirigentes, "gestores del episodio histórico" de 1958. Entre otros, el ex ministro de Hacienda, Juan Eduardo Azzini; el ex subsecretario de Instrucción Pública, Enrique Beltrán, y el ex subsecretario de Hacienda, Jorge Giucci. Además, se emitió un video histórico donde se repasó la primera victoria electoral blanca del siglo XX y se recordaron jingles de la época. Así cerró el documental: los blancos están "listos para salvar la paz y la libertad de Uruguay, 50 años después".
El País Digital, martes 2 de diciembre de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario