viernes, 27 de junio de 2008

El policía que salvó a Wilson relata la noche del golpe de Estado

Fue el encargado de la seguridad del Palacio Legislativo en la noche más difícil de su historia, el 27 de junio de 1973. "Yo gorilita no soy", dijo cuando el vicepresidente Jorge Sapelli le preguntó qué iba a hacer si había un golpe de Estado. La noche del 27 de junio se encargó de demostrarlo. Ayudó a Wilson Ferreira a escapar del Palacio y hasta le ofreció refugio en su casa, consciente de que afuera los militares lo esperaban para detenerlo. Pasó 48 horas atrincherado en el Parlamento porque no quería entregárselo a los golpistas. "No faltó ni una goma y no se derramó sangre", destaca. Colaborar con Wilson le costó un año de cárcel, su trabajo y el exilio.
AGUSTINA NAVARRO

-¿Cómo era el clima en el Palacio Legislativo en los días previos al golpe de Estado?
-Ya se había corrido el rumor del golpe de Estado, incluso lo comenté con (Héctor) Gutiérrez Ruiz y con (Zelmar) Michelini que me dijo: "Usted no haga caso que acá no pasa nada". A los pocos días se fueron del país.
El vicepresidente (Jorge) Sapelli, que era una persona muy bonachona, me llamó un día y me preguntó qué iba a hacer yo si daban un golpe de Estado. Yo le contesté: "Voy a ver quién lo da, porque yo gorilita no soy. Lo único que deseo es que no pase nada y que no corra sangre". Y el 27 llegó, y había una conmoción bárbara mientras todo el mundo se preparaba para abandonar el Palacio. Había gente llorando, tirada por el suelo, había mucho temor.

-¿Qué pasó cuando culminó la última sesión del Senado?
-La tensión nerviosa la sentí cuando la gente empezó a salir y Wilson Ferreira estaba en la puerta del Senado. Escuché su discurso en la Cámara y recuerdo bien cuando gritó "¡Viva el Partido Nacional!" y salió de la sala. Cuando me acerqué a él, en la puerta, lo vi armado, nunca antes lo había visto armado. Entonces me arrimé y lo agarré del brazo y él pensó que lo iba a llevar preso. Ahí le dije: "Senador, guarde el arma", y él la escondió entre la ropa. Además le dije: "Si no tiene a dónde ir yo le ofrezco mi casa, que ahí nunca lo van a ir a buscar". A todo eso llega Juan Raúl Ferreira y yo le digo: "Juan, llevate vos el auto de tu viejo y mirá que te van a detener". Estábamos en la puerta del Senado y para el lado de 18 de Julio estaba tapado de militares y tanques y para el otro lado había miles de civiles. Se fue Juan Raúl y lo detuvieron, pensando que ahí iba Wilson, pero a él lo sacamos por otra puerta y se fue con sus amigos.

-¿Qué hizo cuando el Palacio quedó vacío?
-Revisé que todo estuviera en orden y cerré con cadenas y candados todas las puertas. Pero la conmoción siguió igual y como a las dos o tres de la mañana un coronel quería que yo le entregara el Palacio. Le dije que hasta que no saliera el sol no le entregaba nada a nadie. "Si no abre lo voy a cañonear", me dijo. Finalmente se retiró, pero llegó a la puerta del Senado con el tanque, arriba de la vereda. Yo no quería entregar el Palacio hasta que no llegara el jefe de Policía, así que esperé 48 horas ahí.

-¿Tuvo problemas por haber ayudado a Wilson?
-Tres años después me detiene la Justicia Militar y me remite a la cárcel por haberle prestado auxilio y amparo a un delincuente, cuando yo había ayudado a un senador. Me comí un año en Cárcel Central, donde estaba también Líber Seregni. Salí en 1977 sin poder ejercer cargos públicos por lo que tuve que migrar a Argentina. Cuando volví al país hablé con Wilson, me restituyeron el cargo en el año 1987 y me retiré en 1989. Por evitar una guerra civil me metieron preso. Si a Wilson lo detenían esa noche, lo lastimaban o lo mataban se armaba una guerra civil. Yo hasta hoy estoy tranquilo porque al hombre no le pasó nada y pudo salir del país.

Perfil
Nombre: Ángel Agrasso Gómez.
Edad: 74 años.
Ocupación: Suboficial mayor retirado.
Otros datos: Ex jefe de seguridad del Palacio.

El guardián del palacio
Era sargento, encargado de la guardia interna del Palacio Legislativo el 27 de junio de 1973, día el golpe de Estado. Trabajó en el Palacio desde 1968 y dos veces fue felicitado por la Asamblea General por su excelente desempeño. Esos años en el Parlamento le hicieron trabar amistad con varios legisladores, entre ellos Wilson Ferreira. Por esto, y por la importancia del líder nacionalista, no dudó en ayudarlo a escapar del Palacio esa noche. Está casado en segundas nupcias, tiene seis hijos, dieciséis nietos y cuatro bisnietos. Se retiró en 1989.

Fuente: Diario EL PAIS, viernes 27 de junio de 2008

No hay comentarios: