La convocatoria sería al Parlamento
Camy duda que los blancos puedan ganar en octubre con Lacalle como candidato
A pesar de mantener un perfil bajo, es uno de los principales operadores políticos del líder de Alianza Nacional (AN), Jorge Larrañaga. Carlos Camy, senador suplente y ex candidato a la Intendencia de San José, recorre el país junto al precandidato aliancista, teje acuerdos con los grupos departamentales y coordina con los referentes de Unidad Nacional (Una) los avances de la polarizada contienda del Partido Nacional (PN).
- Las encuestas reflejan un escenario de paridad entre Lacalle y Larrañaga, que hace unos meses era impensado. ¿Repercutió anímicamente entre los aliancistas?
-No me dedico a interpretar encuestas, pero de las cuatro que se han presentado, tres le dan el triunfo a Larrañaga y una a Lacalle, por lo que el score es favorable. Así que no existen motivos para
preocuparse. Tenemos confianza en que vamos a ganar la interna y hay aspectos para pensar de esa manera. AN tiene intacta su estructura partidaria, que es la mayor dentro del PN, con 24 diputados, cuatro intendentes, seis senadores y cientos de ediles departamentales. En 1999, el PN tenía el 22% del electorado, quedando tercero por primera y única vez en su historia. Luego L Larrañaga inicia un camino que nos lleva a casi el 36% del electorado en 2004. Gana la interna, asume la presidencia del directorio y logra tres cosas fundamentales: renovación, unidad y poner al PN en las puertas de ser gobierno.
-¿Cómo se marcan perfiles sin perjudicar la unidad?
-El partido está unido, pero tiene su diversidad. Prefiero un candidato que surja de sus perfiles a la situación del FA, donde a diario se expresan las diferencias, con algunas que son antagónicas. El PN tiene matices históricos y dos candidatos diferentes, que son personalidades diferentes y que tienen posicionamientos diferentes. Larrañaga representa claramente el centro político, no sólo del PN sino de todo el sistema político.
-¿La posición de Lacalle de recurrir al FMI no es antagónica a la de AN?
-Es una posición en la que tenemos diferencias y el economista Javier de Haedo [AN] ha sido muy locuaz, es un aspecto que nos distingue. Por algo vamos a una interna con dos candidatos. Pero no creo que haya antagonismos de tal magnitud como los que han reflejado los sectores del gobierno, por ejemplo con el TLC con Estados Unidos.
-Ignacio de Posadas [Una] dijo que ni a Lacalle ni a Larrañaga les sirve hablar de corrupción y honradez administrativa. ¿Tenían previsto incluir ese tema en la agenda de campaña?
-Tendrá que explicar el doctor De Posadas qué fue lo que quiso decir. En el PN la honradez, la transparencia y la honestidad son valores que nos han acompañado en toda la historia. Son valores sustanciales que hacen al ser blanco. Así que no sé qué alcance pretendió darle a eso. No fueron nada felices sus declaraciones.
-En cierta forma sugiere que el tema puede aparecer en la campaña. ¿Era ésa la idea de AN?
-No es un tema que hayamos incluido en la campaña. Sí es algo que compete al propio FA, que tiene por estos días una serie de careos por el caso Bengoa, hombre de confianza de uno de los candidatos presidenciales. No arrancamos con el tema, pero los blancos no vamos a dejar de hablar de honestidad y honradez, que son parte de nuestra esencia.
-¿Lacalle y Larrañaga realizarán algún acto conjunto antes de junio?
-No creo que sea necesario. El FA los hace y apenas se bajan se están tirando cañonazos. La unidad se refleja en la madurez política y la capacidad de fundarla en los matices. El PN está unido y no tiene necesidad de actos conjuntos.
-¿El “guante blanco” se mantendrá hasta junio?
-Creo que sí, confío en la capacidad de los principales actores políticos del PN para culminar la estrategia que inició Larrañaga en 2005, cuando asumió la presidencia del directorio. Si alguien pretende distorsionar esa realidad, el propio partido se encargará de juzgarlo.
-¿Ese buen clima aparente se da naturalmente o es coordinado con los referentes del lacallismo? El senador herrerista Gustavo Penadés hablaba hace poco de un “teléfono rojo” para evitar desmadres.
-El PN tiene diálogo entre sus principales dirigentes y por eso se precia de ser un partido unitario. Pero en una elección interna se juzgan modelos de conducción partidaria y proyectos políticos con
matices, que no quiere decir poner en riesgo la unidad.
-¿Cuáles fueron los principales aciertos y errores del gobierno de Lacalle?
-El PN hizo un buen gobierno y estuvimos a veinte mil votos de volver a ganar. También hubo errores y es indudable que muchos de esos cuestionamientos están relacionados con la suerte electoral de los años posteriores.
-¿La experiencia en la gestión lo posiciona mejor al ex presidente?
-Lacalle ya utilizó ese mismo argumento y el PN terminó saliendo tercero. Me parece bien que destaque lo que pasó en su gobierno, pero la diferencia es muy clara: él fue el presidente en 1989 y Larrañaga va a ser el del 2009. Nosotros vamos a tomar cosas positivas de gobiernos anteriores y
también las negativas, para no reiterarlas. No vamos a pensar el Uruguay que viene en función de un gobierno de 1989.
-¿Es díficil contrarrestar una gestión nacional desde la experiencia en la Intendencia de Paysandú?
-Las gestiones las juzga la gente. El veredicto popular determina si una gestión fue buena o mala. Larrañaga en Paysandú fue reelecto porque su gestión fue positiva. Estuvo marcada por su ejecutividad y la participación que les dio a hombres y mujeres de otros partidos, y a los jóvenes. Fue un ejercicio que demos demostró que se pueden hacer las cosas que hoy propone como diferencia.
-¿La decisión de Carmelo Vidalín de acompañar a Lacalle incidió en el escenario de paridad?
-No lo reflejan las encuestas. La decisión de Vidalín fue secundaria y sólo terminó de definir el menú electoral del PN. Todas las encuestas dicen que con Larrañaga tenemos chances reales de ganarle al FA, no así de la otra manera. Lo que pase en junio será determinante para ver cuál será el destino del PN en la nacional.
-¿Con Lacalle el PN pierde en octubre?
-No hay octubre sin junio. Al momento de elegir el candidato que llevará el PN en octubre también determinaremos nuestra suerte. Estoy convencido -y no hago un juicio de valor de la candidatura
de Lacalle- de que el PN con Larrañaga gana la elección nacional. Con Lacalle tengo mis dudas.
-En AN no han existido, al menos públicamente, diferencias en la conformación de las listas al Senado, como sucedió en el Herrerismo. ¿A qué lo atribuye?
-El Herrerismo ha tenido sus vicisitudes. Recordemos que desde el propio sector se ha cuestionado el liderazgo de Lacalle, lo que llevó a que tomara la decisión de dar un paso al costado, algo que luego modificó. En AN eso no ha pasado porque hay un liderazgo consolidado de Larrañaga. Nadie lo cuestiona. Es un liderazgo claro, fundado en una dirección moderna que contempla la opinión de todos los compañeros y las compañeras.
-De aprobarse la “ley de cuotas”, al menos un tercio de la integración de las listas deberán ser mujeres. ¿AN está preparado para eso?
-Respaldo este proceso de apertura de la mujer y las estructuras partidarias tendrán que acoplarse a esta realidad. A algunos les costará, a otros menos: nosotros por lo pronto asumimos la perspectiva de género como parte del Uruguay que viene.
-¿Y la posibilidad de una mujer en la fórmula?
-No se ha manejado y es un tema que corresponde al día después de las internas. Avanzar en nombres posibles sería hacer futurología
-¿Pero cuál será el mecanismo para resolver la fórmula?
-Surgirá del resultado electoral de la interna. Eso es lo que va a pesar.
-¿Cómo viene la discusión de las municipales? En algunos departamentos parece pesar más que la nacional.
-Soy un acérrimo defensor de la reforma constitucional de 1996 que separa la elección nacional y la municipal. Quienes somos del interior sabemos la importancia que se le da a la municipal y sabemos que separarla de la nacional permite juzgar como ciudadanos más libremente, si bien es importante la elección de junio porque determina las posibilidades de postularse en mayo. No tengo dudas de que el PN va a recuperar muchas de las intendencias ganadas por el FA, pero después del 28 de junio veremos cuál será el menú que presentaremos en mayo.
-En el PN se están dejando ver dos posiciones en torno a la Intendencia de Montevideo: candidato único y candidatos por sectores. ¿Qué opina?
-Hay que pensar una estrategia política y electoral para Montevideo acorde a la próxima elección. Según el sapo, la pedrada. No todas las elecciones son iguales. Sin duda en Montevideo existe la posibilidad de que el FA pueda perder y las encuestas evidencian el desgaste. Se advierte la posibilidad de un cambio. El PN tiene que pensar con inteligencia y en función de las posibilidades cuál es la mejor estrategia.
-Desde el Herrerismo se ha insinuado que podría existir un acuerdo con el Partido Colorado.
-Es una posición que no hay que evaluar todavía. Los sectores que legítimamente hacen ese tipo de comentarios tendrán que hacerse cargo. Es un tema que tienen que analizar y definir con prudencia los dirigentes del PN de Montevideo.
-¿Esperan el apoyo del Partido Independiente en un eventual balotaje?
-Son aspectos para definir después. El PN ha tenido una buena relación con el PI como partido de oposición, como un partido serio, moderno y con el que hemos tenido visiones cercanas en distintos temas. Pero será un tema que habrá que plantearse después de la elección nacional. ■
Lucas Silva, Lourdes Rodríguez
Camy duda que los blancos puedan ganar en octubre con Lacalle como candidato
A pesar de mantener un perfil bajo, es uno de los principales operadores políticos del líder de Alianza Nacional (AN), Jorge Larrañaga. Carlos Camy, senador suplente y ex candidato a la Intendencia de San José, recorre el país junto al precandidato aliancista, teje acuerdos con los grupos departamentales y coordina con los referentes de Unidad Nacional (Una) los avances de la polarizada contienda del Partido Nacional (PN).
- Las encuestas reflejan un escenario de paridad entre Lacalle y Larrañaga, que hace unos meses era impensado. ¿Repercutió anímicamente entre los aliancistas?
-No me dedico a interpretar encuestas, pero de las cuatro que se han presentado, tres le dan el triunfo a Larrañaga y una a Lacalle, por lo que el score es favorable. Así que no existen motivos para
preocuparse. Tenemos confianza en que vamos a ganar la interna y hay aspectos para pensar de esa manera. AN tiene intacta su estructura partidaria, que es la mayor dentro del PN, con 24 diputados, cuatro intendentes, seis senadores y cientos de ediles departamentales. En 1999, el PN tenía el 22% del electorado, quedando tercero por primera y única vez en su historia. Luego L Larrañaga inicia un camino que nos lleva a casi el 36% del electorado en 2004. Gana la interna, asume la presidencia del directorio y logra tres cosas fundamentales: renovación, unidad y poner al PN en las puertas de ser gobierno.
-¿Cómo se marcan perfiles sin perjudicar la unidad?
-El partido está unido, pero tiene su diversidad. Prefiero un candidato que surja de sus perfiles a la situación del FA, donde a diario se expresan las diferencias, con algunas que son antagónicas. El PN tiene matices históricos y dos candidatos diferentes, que son personalidades diferentes y que tienen posicionamientos diferentes. Larrañaga representa claramente el centro político, no sólo del PN sino de todo el sistema político.
-¿La posición de Lacalle de recurrir al FMI no es antagónica a la de AN?
-Es una posición en la que tenemos diferencias y el economista Javier de Haedo [AN] ha sido muy locuaz, es un aspecto que nos distingue. Por algo vamos a una interna con dos candidatos. Pero no creo que haya antagonismos de tal magnitud como los que han reflejado los sectores del gobierno, por ejemplo con el TLC con Estados Unidos.
-Ignacio de Posadas [Una] dijo que ni a Lacalle ni a Larrañaga les sirve hablar de corrupción y honradez administrativa. ¿Tenían previsto incluir ese tema en la agenda de campaña?
-Tendrá que explicar el doctor De Posadas qué fue lo que quiso decir. En el PN la honradez, la transparencia y la honestidad son valores que nos han acompañado en toda la historia. Son valores sustanciales que hacen al ser blanco. Así que no sé qué alcance pretendió darle a eso. No fueron nada felices sus declaraciones.
-En cierta forma sugiere que el tema puede aparecer en la campaña. ¿Era ésa la idea de AN?
-No es un tema que hayamos incluido en la campaña. Sí es algo que compete al propio FA, que tiene por estos días una serie de careos por el caso Bengoa, hombre de confianza de uno de los candidatos presidenciales. No arrancamos con el tema, pero los blancos no vamos a dejar de hablar de honestidad y honradez, que son parte de nuestra esencia.
-¿Lacalle y Larrañaga realizarán algún acto conjunto antes de junio?
-No creo que sea necesario. El FA los hace y apenas se bajan se están tirando cañonazos. La unidad se refleja en la madurez política y la capacidad de fundarla en los matices. El PN está unido y no tiene necesidad de actos conjuntos.
-¿El “guante blanco” se mantendrá hasta junio?
-Creo que sí, confío en la capacidad de los principales actores políticos del PN para culminar la estrategia que inició Larrañaga en 2005, cuando asumió la presidencia del directorio. Si alguien pretende distorsionar esa realidad, el propio partido se encargará de juzgarlo.
-¿Ese buen clima aparente se da naturalmente o es coordinado con los referentes del lacallismo? El senador herrerista Gustavo Penadés hablaba hace poco de un “teléfono rojo” para evitar desmadres.
-El PN tiene diálogo entre sus principales dirigentes y por eso se precia de ser un partido unitario. Pero en una elección interna se juzgan modelos de conducción partidaria y proyectos políticos con
matices, que no quiere decir poner en riesgo la unidad.
-¿Cuáles fueron los principales aciertos y errores del gobierno de Lacalle?
-El PN hizo un buen gobierno y estuvimos a veinte mil votos de volver a ganar. También hubo errores y es indudable que muchos de esos cuestionamientos están relacionados con la suerte electoral de los años posteriores.
-¿La experiencia en la gestión lo posiciona mejor al ex presidente?
-Lacalle ya utilizó ese mismo argumento y el PN terminó saliendo tercero. Me parece bien que destaque lo que pasó en su gobierno, pero la diferencia es muy clara: él fue el presidente en 1989 y Larrañaga va a ser el del 2009. Nosotros vamos a tomar cosas positivas de gobiernos anteriores y
también las negativas, para no reiterarlas. No vamos a pensar el Uruguay que viene en función de un gobierno de 1989.
-¿Es díficil contrarrestar una gestión nacional desde la experiencia en la Intendencia de Paysandú?
-Las gestiones las juzga la gente. El veredicto popular determina si una gestión fue buena o mala. Larrañaga en Paysandú fue reelecto porque su gestión fue positiva. Estuvo marcada por su ejecutividad y la participación que les dio a hombres y mujeres de otros partidos, y a los jóvenes. Fue un ejercicio que demos demostró que se pueden hacer las cosas que hoy propone como diferencia.
-¿La decisión de Carmelo Vidalín de acompañar a Lacalle incidió en el escenario de paridad?
-No lo reflejan las encuestas. La decisión de Vidalín fue secundaria y sólo terminó de definir el menú electoral del PN. Todas las encuestas dicen que con Larrañaga tenemos chances reales de ganarle al FA, no así de la otra manera. Lo que pase en junio será determinante para ver cuál será el destino del PN en la nacional.
-¿Con Lacalle el PN pierde en octubre?
-No hay octubre sin junio. Al momento de elegir el candidato que llevará el PN en octubre también determinaremos nuestra suerte. Estoy convencido -y no hago un juicio de valor de la candidatura
de Lacalle- de que el PN con Larrañaga gana la elección nacional. Con Lacalle tengo mis dudas.
-En AN no han existido, al menos públicamente, diferencias en la conformación de las listas al Senado, como sucedió en el Herrerismo. ¿A qué lo atribuye?
-El Herrerismo ha tenido sus vicisitudes. Recordemos que desde el propio sector se ha cuestionado el liderazgo de Lacalle, lo que llevó a que tomara la decisión de dar un paso al costado, algo que luego modificó. En AN eso no ha pasado porque hay un liderazgo consolidado de Larrañaga. Nadie lo cuestiona. Es un liderazgo claro, fundado en una dirección moderna que contempla la opinión de todos los compañeros y las compañeras.
-De aprobarse la “ley de cuotas”, al menos un tercio de la integración de las listas deberán ser mujeres. ¿AN está preparado para eso?
-Respaldo este proceso de apertura de la mujer y las estructuras partidarias tendrán que acoplarse a esta realidad. A algunos les costará, a otros menos: nosotros por lo pronto asumimos la perspectiva de género como parte del Uruguay que viene.
-¿Y la posibilidad de una mujer en la fórmula?
-No se ha manejado y es un tema que corresponde al día después de las internas. Avanzar en nombres posibles sería hacer futurología
-¿Pero cuál será el mecanismo para resolver la fórmula?
-Surgirá del resultado electoral de la interna. Eso es lo que va a pesar.
-¿Cómo viene la discusión de las municipales? En algunos departamentos parece pesar más que la nacional.
-Soy un acérrimo defensor de la reforma constitucional de 1996 que separa la elección nacional y la municipal. Quienes somos del interior sabemos la importancia que se le da a la municipal y sabemos que separarla de la nacional permite juzgar como ciudadanos más libremente, si bien es importante la elección de junio porque determina las posibilidades de postularse en mayo. No tengo dudas de que el PN va a recuperar muchas de las intendencias ganadas por el FA, pero después del 28 de junio veremos cuál será el menú que presentaremos en mayo.
-En el PN se están dejando ver dos posiciones en torno a la Intendencia de Montevideo: candidato único y candidatos por sectores. ¿Qué opina?
-Hay que pensar una estrategia política y electoral para Montevideo acorde a la próxima elección. Según el sapo, la pedrada. No todas las elecciones son iguales. Sin duda en Montevideo existe la posibilidad de que el FA pueda perder y las encuestas evidencian el desgaste. Se advierte la posibilidad de un cambio. El PN tiene que pensar con inteligencia y en función de las posibilidades cuál es la mejor estrategia.
-Desde el Herrerismo se ha insinuado que podría existir un acuerdo con el Partido Colorado.
-Es una posición que no hay que evaluar todavía. Los sectores que legítimamente hacen ese tipo de comentarios tendrán que hacerse cargo. Es un tema que tienen que analizar y definir con prudencia los dirigentes del PN de Montevideo.
-¿Esperan el apoyo del Partido Independiente en un eventual balotaje?
-Son aspectos para definir después. El PN ha tenido una buena relación con el PI como partido de oposición, como un partido serio, moderno y con el que hemos tenido visiones cercanas en distintos temas. Pero será un tema que habrá que plantearse después de la elección nacional. ■
Lucas Silva, Lourdes Rodríguez
Fuente: LA DIARIA, miércoles 18 de marzo de 2009
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