lunes, 16 de marzo de 2009

Lacalle y Larrañaga reclaman para sí los ideales wilsonistas

EN ACTOS SEPARADOS HOMENAJEARON AL CAUDILLO BLANCO Y ASEGURARON QUE REPRESENTAN SUS IDEALES

Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga homenajearon a Wilson Ferreira Aldunate en actos separados. Cada uno dijo ser quien mejor representa el legado wilsonista.
“Creo que puedo legítimamente decir que soy wilsonista, porque no lo voté, pero seguí lo que él pidió que había que hacer para el partido... cuidar la unidad", aseguraba ayer Lacalle, en un acto de Correntada Wilsonista en el club Platense, que recordó el 21º aniversario de la muerte de Wilson Ferreira. A la misma hora, Larrañaga congregaba a sus simpatizantes en el Cementerio del Buceo a los pies de la tumba del caudillo blanco y sostenía que el legado wilsonista recae sobre sus hombros al tiempo que lo describía como “un conjunto de ideas que tenemos que llevar a la ejecutoria del gobierno para trasnformar al país. Para vencer lo que está en juego hoy: el Uruguay de la confrontación".
En momentos de contienda interna, la identificación con el último caudillo nacionalista es un motivo de disputa entre sectores a efectos de determinar cuál de ellos refleja con mayor fidelidad su pensamiento.
Con el club Platense atestado de banderas y un clima triunfalista, Lacalle dijo: “Yo no lo voté nunca a Wilson, tuve con él mis idas y venidas, pero estoy seguro de haber cumplido con el mandato de cuidar la unidad partidaria, de no haber levantado una voz jamás contra otro compañero. Lo único que se nos puede achacar es que fuimos mayoría, y de eso no voy a pedir disculpas, pero cuando fuimos minoría no cambió el semblante, la actitud".
Con la solemnidad que reclama un acto político frente a la tumba de un líder, Larrañaga se dedicó a describir lo que significa el emblemático líder blanco. ¿Qué es Wilson? "La libertad, la lucha por una visión integral y descentralizada del país que reestablezca la igualdad de oportunidades. Wilson es el fiscal de la nación", expresó. A su lado contaba con el apoyo de Juan Raúl Ferreira y Susana Sienra, hijo y viuda del extinto dirigente. Lacalle, por su parte, tenía como soporte a Correntada Wilsonista, sector fundado en base a las ideas de Wilson Ferreira y liderado por Francisco Gallinal, compañero de fórmula del ex presidente.
Larrañaga también identificó a Wilson como factor de unidad, pero no solo partidaria sino nacional y lo contrapuso con el presidente Tabaré Vázquez, de quien dijo que "con la acumulación de poder, tiene un partido en el ejercico del mismo, apostando a la confrontación y no a la reconciliación entre los uruguayos". Más aún, en el afán de apropiarse del ideario wilsonista, sostuvo que el legado de la gobernabilidad marcaba el camino a seguir. "Wilson es el partido con más mañana que ayer", subrayó.
Lacalle, por su parte, citó la anécdota de su encuentro, junto a Dardo Ortiz, frente a Wilson en su lecho de muerte, Lacalle enfatizó que no tuvo acto que comprometiera la unidad de su colectividad. "Me voy a morir, y cuando yo me muera no se peleen", recordó el precandidato. "Y la unidad partidaria era un testamento", advirtió.
Larrañaga, en la referencia a un pasado peor y la posibilidad de un futuro mejor, dijo que Wilson es "fuente para construir democracia, fuente para construir república". Un país para todos: los jóvenes, los niños, los trabajadores, los empresarios, las "personas mayores". "Esperanza" fue una de las palabras que más utilizó el precandidato blanco. Pero el momento de más aceptación del auditorio fue cuando Larrañaga, en el cementerio del Buceo, se transformó en la caja de resonancia de "una orden que viene del pasado y se proyecta al porvenir". Esa orden es de "no aflojar" porque, según el líder de Alianza Nacional, "la victoria está cerca".
Lacalle, además de las referencias a la "unidad", escogió cinco grandes aspectos para compararse con Wilson. En primer lugar destacó que, al igual que él, Wilson "construyó un proyecto político propio desde la gestión de gobierno", al frente del Ministerio de Ganadería. Además resalto que Wilson también conformó una columna, una "convocatoria nueva" dentro del Partido Nacional, en su momento con Ortiz, Santoro y Zabalza, entro otros, tal como él lo hizo entre el Herrerismo, Correntada y otras vertientes blancas para las presentes elecciones. "Wilson hace una unidad nacional, junta de todos lados, rearma el partido; y por eso la lección que Pancho (Francisco Gallinal) ha llevado muy bien adelante y que estamos construyendo desde aquí para adelante las puertas abiertas", dijo al referirse a la UNA.
Un tercer punto de comparación fue cuando habló de las "etiquetas". "Se crece y empieza a molestar, y viene la preguntita '¿usted es de izquierda o de derecha?', yo pertenezco al Partido Nacional, decía Wilson. No necesitamos etiquetas, nosotros somos quienes somos, algunos no lo entienden, pero dentro del partido no necesitamos etiquetas", insistió Lacalle.
El cuarto punto de comparación fue el programa de gobierno. "Mañana vamos a completar el homenaje, con lo que Wilson retomó y nosotros llamamos el texto del contrato electoral, yo pido el voto, tú me lo vas a dar, pero ¿cuáles son los términos?", explicó Lacalle al anunciar que hoy hará público su programa de gobierno.
Finalmente, recordó el histórico discurso en la explanada municipal, sobre todo la propuesta de "gobernabilidad". "El día de la explanada yo no quise subir al estrado para ver en perspectiva la camisa a rayas, más linda que esta (la suya), y su palabra penúltima: la gobernabilidad", rememoró Lacalle. "Ofreceremos gobernabilidad desde el poder y convocaremos a todos, y el partido no va a ser factor de conflictos cuando gane el próximo gobierno", prometió el precandidato.
Una flor y un tiro por elevación
"El día lunes siguiente a la elección de 1989 fuimos al cementerio del Buceo con una florcita a la tumba de Wilson y con otra a la del Dr. Herrera", recordó Lacalle. "Hoy nosotros no nos comprometemos con flores solamente, sino que en virtud de tener experiencia de gobierno y ahora ofrecerla, de haber sido duro pero respetuoso con todo el mundo, de poner por escrito lo que queremos hacer, porque hemos dado gobernabilidad aún a este gobierno, es que le decimos a Wilson: tú vas a ganar la próxima elección", agregó.
Larrañaga, en tanto, cerraba su acto arrojando un clavel sobre la tumba de Wilson. Luego de sus palabras de Larrañaga se esuchó un audio de Wilson y una canción que sintetizaba el acto: "En la huella de Wilson viven los blancos".
El líder de Alianza Nacional se retiró rodeado de una multitud. Entre abrazos, besos y fotografías. Se detuvo para mirar cada bandera de Wilson y no dudó en utilizar un latiguillo: "Esta se la voy a expropiar".
Sin embargo, no se llevó ninguna bandera. Camino a la salida del cementario sólo hubo sonrisas y, por alguna razón, evitó hablar de cualquier otra cosa.

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