La tipificación como caudillo conviene dejarla en manos de los propios caudillos. Parece lo más sensato y racional. En esa línea, recordemos que Wilson el 22/7/1972, expresó de Herrera : “Fue caudillo, digámoslo orgullosamente y no defendiéndonos; caudillo no es como creen los intelectualillos tontos, aquel que lleva la gente donde quiere; caudillos es aquel a quien la gente sigue porque piensa, hace y dice lo que la gente quiere que por ella se piense, se diga y se haga.”
Si tomamos sus palabras, podemos afirmar sin mínimo de dudas que Wilson Ferreira Aldunate, fue un caudillo indiscutible. Se debe tener en cuenta que un caudillo no se improvisa y que para alcanzar tal calificación, se debe tener una trayectoria importante y prolongada durante la cual se pensó, se dijo y se hizo lo que quiso la gente. Otros vendrán seguramente en un futuro próximo a ocupar su lugar. El pueblo blanco los va perfilando y nunca se equivoca. El Partido Nacional no puede existir sin caudillos. Sus momentos más gloriosos están ligados a esos líderes carismáticos de los momentos cruciales del destino del Uruguay como país.
Hoy, la Secretaría de Asuntos Sociales, recuerda que el 15 de marzo de 1988, murió Wilson. Fue el creador de ese brazo gremial del Partido Nacional, porque entendió en su momento que había mucha gente que quería tener un ámbito plural, democrático e independiente donde desarrollar su militancia sindical. Por supuesto que lo logró y acaudilló hasta el final de su vida terrenal a los compañeros de los gremios.
Recordar a las personas es revivir su presencia entre los simpatizantes. Quién no recuerda a Wilson bajando del barco y mirando a su gente con los brazos en alto y sus puños semicerrados con los dedos índices y mayores haciendo dos V de la victoria. En medio de la nostalgia y la esperanza, los uruguayos agradecidos podrán repetir aquel gesto inolvidable y con los brazos bien en alto, cruzar los dedos índices. Verán que se forma una W. Es la W de Wilson, que desde el Cielo nos mira sonriente y confiando, como siempre, en el futuro mejor que diseñó para todos.
Dr. Carlos Sarthou
Coordinador Sector Pasivos
Si tomamos sus palabras, podemos afirmar sin mínimo de dudas que Wilson Ferreira Aldunate, fue un caudillo indiscutible. Se debe tener en cuenta que un caudillo no se improvisa y que para alcanzar tal calificación, se debe tener una trayectoria importante y prolongada durante la cual se pensó, se dijo y se hizo lo que quiso la gente. Otros vendrán seguramente en un futuro próximo a ocupar su lugar. El pueblo blanco los va perfilando y nunca se equivoca. El Partido Nacional no puede existir sin caudillos. Sus momentos más gloriosos están ligados a esos líderes carismáticos de los momentos cruciales del destino del Uruguay como país.
Hoy, la Secretaría de Asuntos Sociales, recuerda que el 15 de marzo de 1988, murió Wilson. Fue el creador de ese brazo gremial del Partido Nacional, porque entendió en su momento que había mucha gente que quería tener un ámbito plural, democrático e independiente donde desarrollar su militancia sindical. Por supuesto que lo logró y acaudilló hasta el final de su vida terrenal a los compañeros de los gremios.
Recordar a las personas es revivir su presencia entre los simpatizantes. Quién no recuerda a Wilson bajando del barco y mirando a su gente con los brazos en alto y sus puños semicerrados con los dedos índices y mayores haciendo dos V de la victoria. En medio de la nostalgia y la esperanza, los uruguayos agradecidos podrán repetir aquel gesto inolvidable y con los brazos bien en alto, cruzar los dedos índices. Verán que se forma una W. Es la W de Wilson, que desde el Cielo nos mira sonriente y confiando, como siempre, en el futuro mejor que diseñó para todos.
Dr. Carlos Sarthou
Coordinador Sector Pasivos
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