miércoles, 5 de noviembre de 2008

¡Y largó nomás!



Por Leopoldo Amondarain



En un momento difícil económico, social y político, Larrañaga, con el acto del Cilindro este sábado último ­todo un éxito multitudinario sin duda­, obliga a ambientar a todo el staff político partidario y extrapartidario, que estratégicamente por diferentes razones no se había movido, a marchar aunque "rechinando" sus engranajes. Esta estocada a fondo del gaucho termina con una serie de fabricados "mitos o dimes y diretes" que se daban por reales. Las primeras consecuencias las sufren los encuestadores que, sin explicaciones probadas y realistas, daban a Alianza Nacional, en el mejor de los casos, un "empate técnico" y en otros, varios puntos debajo del "tope" en la interna blanca. La prueba de fuerza que expuso el "Guapo" este sábado pasado ­dicho con el mayor respeto­ no creo, humildemente, que hoy la pueda hacer nadie dentro del Partido. Es el líder y punto.

No se me enojen, pero eso es real. Entusiasmo, fervor, pasión, credibilidad, afecto y simpatías y el íntimo convencimiento que amigos y correligionarios varios, incluyendo hasta algún veedor que "vichoneaba de cara larga", admitieron la supremacía contundente de Jorge Larrañaga. Por supuesto, falta un año y digo, como blanco leal y honrado en mis afectos partidarios, que los demás grupos, tanto el del Dr. Lacalle como el de mi amigo Vidalín, dudo puedan empardar o incluso superar este acto. Lo digo porque más que la interna, es fundamental la Nacional, o sea el gobierno propiamente dicho, para los que amamos el Partido, con una aspiración de estructura progresista futura, con reformas productivas y políticas internacionales independientes, nacionalistas que aventen toda influencia foránea imperial. Bueno también es señalar, quedó claro y sin duda alguna, el sentimiento de unidad partidario. Por supuesto que con algún matiz interno muy menor en el relacionamiento natural de cada grupo. Pero sustancialmente, una masa compacta comprometida a apoyar al que gane, dando la seguridad a la ciudadanía de soluciones coherentes y sin contradicciones ideológicas que, de haberlas, producirían el caos gubernamental futuro. Es un partido unido. O sea, la unión que nos da fuerza como base fundamental para aspirar al triunfo futuro. Hasta acá, macanudo. Pero hay otras consecuencias gravitantes que hacen más sólida y medular la posición de Alianza Nacional y de su líder Larrañaga.

No me refiero al "lumpen" más o menos despistado y sin formación, o incluso "seudo" intelectuales incluyendo los "sin seudo", enamorados de doctrinas foráneas de origen en su mayoría europeizadas, sino al "cerno" medular y serio del país. Léase estructuras familiares como el matrimonio, sociedad responsable, juventud alejada de drogas que se prepara con fines profesionales, comerciales, industriales y agropecuarios. El aspecto social que ve amenazados diariamente su seguridad física y el futuro de trabajo y prosperidad de una sociedad de bases y formación cristiana y democrática por una presunta revolución que nos quieren imponer, de tendencia socialoide radical, que prioriza un conformismo y hasta un liberticidio en el tratamiento con delincuentes, que campean sueltos en las calles creando las inseguridades correspondientes. Mientras las familias y la sociedad respetable y trabajadora, deben encerrarse entre rejas buscando protección que el gobierno en los hechos se las niega. Tampoco olvidar la legalización del crimen del aborto. Canto a la muerte contra la concepción que desde siempre los blancos y cristianos hemos defendido como principios primarios y capital de priorizar la vida humana. Y el embrión o feto es sin dudas un ser humano absoluto con alma y existencia propia. Concepción que se les quiere negar criminalmente al concebido.

La solidez y concepción no sólo material sino espiritual, de respeto y mantenimiento de la estructura de familia, como cimiento fundamental de toda sociedad sana. Se le socaba directa y subliminalmente queriendo legalizar, en pie de igualdad legal, uniones antinaturales sodomatizadas. La moral, no sólo la cristiana sino cualquiera naturalmente tomada unión heterosexual de hombre-mujer para reproducirse regularmente como Dios mandató, se le quiere desprestigiar al punto que el propio Estado acepte que un niño recién nacido, huérfano o abandonado en lugar de protegerlo como corresponde con destinos culturales y formativos de familias normales, sean entregados en adopción a uniones de parejas sodomitas. Alianza Nacional y Larrañaga están dando esa tranquilidad a la tradicional sociedad bien constituida.

No a las tendenciosas europeizadas ajenas a nuestras costumbres y formaciones humanas que han sido orgullo de una patria que fue ejemplo de sociedad sana y próspera, la Suiza de América, que aún queda y se resiste a transformarse en sistemas seudo socialoides de culturas y moral sustancialmente diferentes. Desde el punto de vista económico, humanizar las cargas impositivas. Verdadero alud imparable, voraz e impagable por una sociedad cada día más empobrecida, endeudada y angustiada por falta de un futuro auspicioso. Tampoco y fundamental a nivel internacional, ser dependientes de otros países poderosos continentales, porque presuntamente son ideológicamente parecidos. El cuento de las "hermandades" cuando entran los intereses materiales sólo se lo creen los incapaces y los idiotas. El ejemplo más obvio es el que se sufrió con la Argentina y sus piqueteros, que nos han apuñalado por la espalda. Convencerse que no es con limosnas miserables que se combate la pobreza y el hambre.

Sacarle dinero al que trabaja para regalarlo al que no trabaja, no puede ser, jamás solución viable y equitativa en ninguna época. Dar cultura y enseñar oficios creando fuentes de trabajo, sí, es solución en cualquier parte del mundo. Como tampoco se puede permitir "gobiernos" paralelos gremiales y sindicales que manden mucho más que el gobierno nacional en los hechos. En buen romance, en el acto no sólo quedó plasmada la fuerza de Alianza Nacional y su líder Larrañaga.

Se dijo y a través de las políticas expuestas queda garantizadas las defensas, adecuadas al tiempo que vivimos, o sea con un enfoque progresista, de los viejos principios de autoridad, culturas, independencias políticas y económicas internacionales y demás bases que hicieron y construyeron la patria. Honradez administrativa con promesas veraces, sin exageraciones y mentiras, y nacionalismo progresista sin entreguismos vergonzantes a los imperialismos.

¡Dignidad arriba y regocijo abajo!

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