martes, 12 de agosto de 2008

¿QUIÉN CAMBIÓ A QUIÉN?


“Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, el mundo termina cambiándolo a uno” decía, palabras más, palabras menos, la inefable Mafalda, el popular personaje creado por Quino.
Y vaya razón que la asistía.
¿Quién hubiese imaginado unos años atrás ver a la maestra socialista Daisy Tourné, combativa dirigente de la FUM (Federación Uruguaya de Magisterio) convertida en Ministra del Interior y pasando revista a caballo, al son de un bolero, a la temible Guardia de Coraceros (parte del “aparato represor” de la burguesía, como decía antes la izquierda)? ¿Quién hubiese imaginado que llegaría el día en que los dirigentes del PIT – CNT recorrerían el mundo junto a los representantes de las cámaras empresariales (los mismos a quienes el pasado 1° de mayo la central sindical acusara de complicidad en el golpe de Estado de 1973) en busca de mercados e inversores extranjeros (de quienes antes el mismo PIT – CNT decía que venían a despojarnos de nuestras riquezas y a explotar a nuestros trabajadores).
El Ministro de Economía Astori, que antes en “la Facu”, desde su cátedra de profesor ilustraba a sus alumnos sobre los males del capitalismo y el neoliberalismo, ahora canta loas a los mismos en los opíparos almuerzos organizados por la ADM (Asociación de Marketing), cosechando los aplausos de su selecto auditorio.
Quienes ayer empuñaron las armas soñando con tomar el cielo por asalto, han redescubierto las virtudes de la antes denostada “democracia capitalista”, adaptándose perfectamente a ésta, y hoy se los puede ver pululando por los despachos del Parlamento y de los Ministerios, exhibiendo sus prominentes pancitas burguesas.
“¡Mecacho!”, exclamaría Mafalda, viendo esta sorprendente mutación.
Pero no sólo los hombres, sino hasta las consignas cambiaron con el paso del tiempo.
De aquel “Seamos realistas, pidamos lo imposible” que encendiera el mayo francés, pasamos a la más progresista pero menos romántica consigna de “Hay que tener los pies sobre la tierra”; del “Hermano no te vayas” del 71, a la creación del Departamento 20, para que los “hermanos” que se fueron se queden donde están (eso sí: hay que lograr que puedan votar en las próximas elecciones nacionales para lograr un segundo período).
Los que una vez soñaron cambiar el mundo, terminaron siendo cambiados por él, ofreciendo en el presente un lastimoso espectáculo, transformados en tristes caricaturas de lo que alguna vez fueron, por más que se esfuerzen en intentar aparentando lo que ya no son.
De ahí que hoy nos parezcan ridículas y hasta dignas de lástima las actitudes (que tratan de pasar por simpáticas) de la Ministra Tourné, las payasadas de Mujica, los aires de “gran dama” de “Marita” Muñoz y Marina Arismendi, o las constantes contradicciones de Astori, quienes aunque tratan de dar la impresión de que continúan siendo los mismos, han cambiado tanto que hoy se desesperan por ser aceptados por ese mismo sistema al que pretendieron combatir treinta años atrás.
Al final Mafalda tenía razón: se demoraron tanto en cambiar el mundo, que el mundo terminó cambiándolos a ellos.

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