martes, 12 de agosto de 2008

172 años de vocación nacional

El día 10 de agosto nuestra colectividad ha cumplido 172 años de servicio a la República.
S
u historia es la historia del país, su trayectoria está marcada por la generosidad de sus integrantes para con la construcción nacional. Somos una colectividad que ha aportado al constituir el ser nacional; no puede concebirse el Uruguay sin el aporte de nuestro Partido.
Estamos muy orgullosos de nuestra historia, muy orgullosos de haber aportado el esfuerzo, la dedicación, y en numerosas ocasiones la vida, de hombres y mujeres animados por un espíritu y vocación de servicio a la Nación.
Recurrentement
e se ha pretendido encasillar a nuestro Partido en clasificaciones antojadizas y más aún, extrañas a nuestro ser natural. Wilson Ferreira Aldunate, quien en los tiempos recientes fue el mejor de los cultores de la tradición blanca de servir a la patria, ensayó de una manera simple un fenomenal concepto, que desentraña nuestra esencia: ni de izquierda ni de derecha, blancos. Ser Blanco supone una forma de ser, de sentir y sobre todo de pensar. Supone siempre, privilegiar el interés nacional. Lo que es bueno para el país es obligatorio e imperativo para nuestro Partido. Privilegiar algo diferente a ese interés colectivo común, es desnaturalizar la esencia nacionalista.
Tenemos una identidad propia, concepciones del hombre y la sociedad, de los valores que debemos cultivar para formar una comunidad feliz.
No somos los antagonistas de nadie, no somos tributarios de la lógica de los opuestos, no nos edificamos en base a oposiciones circunstanciales, no nos construimos como “lo otro” de nadie. Nos caracteriza la vocación positiva, constructiva, una auténtica disposición a gobernar. Aun cuando no han sido muchas las ocasiones que hemos gobernado, cuando somos oposición ejercemos ese mandato popular con la responsabilidad de gobierno. Apoyamos lo que es bueno para el país y nos oponemos a aquello inconveniente para el crecimiento de la patria. La historia está marcada de eventos que demuestran esta generosidad patriótica y cívica.
No debe confundirse nuestro orgullo por nuestro pasado con falta de proyección al futuro. Es precisamente la vocación de servicio al país lo que nos determina a proyectar nuestras ideas al futuro. La búsqueda de la felicidad pública es una tarea permanente, que requiere los mejores esfuerzos, las mejores ideas, y la dedicación de todos.
El Partido Nacional se posiciona y determina hacia el futuro, se apoya en su juventud, para continuar la tarea de Manuel Oribe, de Aparicio Saravia, de Leandro Gómez, de Luis Alberto de Herrera, de Washington Beltrán, de Wilson Ferreira Aldunate y de tantos blancos y blancas anónimos, que hacen carne a las ideas, a los principios y valores que nos dan sentido. No somos una abstracción, somos tan concretos como los uruguayos por cuya felicidad luchamos.
Nos anima vencer a un solo enemigo, el estancamiento del país. Los problemas de la gente son nuestro desvelo; superarlos, vencerlos y progresar, alcanzar una sociedad que ejerza en plenitud sus derechos, una sociedad justa, solidaria, con igualdad de oportunidades es el desafío que nos moviliza.
Un futuro mejor, próspero, donde estemos todos convocados. Somos el Partido de la Nación, queremos ser más Nacional que Partido, ser el elemento aglutinador, sin excluir a nadie. Llegó el tiempo de pensar en grande, de superar la colección de pequeñas mezquindades y priorizar a la gente. Ya no es unos u otros, unos contra otros debemos construir el destino nacional juntos, entre todos, sin renunciar a las ideas y visiones propias, pero sin que ellas nos venzan y nos impidan dialogar, entendernos y acordar.
Como hace 172 años, mantenemos el compromiso del Partido Nacional, tenderle la mano al país, mantener intacta esta herramienta para un mejor destino de todos los uruguayos.

Dr. Jorge Larrañaga

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