jueves, 3 de enero de 2008

SOBRE LA VISITA PRESIDENCIAL



Tal como estaba previsto, se llevó a cabo el pasado jueves 27 de diciembre la reunión del Consejo de Ministros en Sarandi Grande.
Pese a las palabras del doctor Vázquez reivindicando su condición de presidente “de todos los uruguayos”, muchos sarandienses no se hicieron presentes en el acto, ya que al parecer la propaganda que invitaba a concurrir al evento más parecía una invitación a concurrir a un acto del Frente Amplio que a otra cosa (hecho que parecieron confirmar las imágenes de televisión, que mostraron muchas banderas de esa colectividad política y ninguna uruguaya).
Aunque la prensa adelantó que en la oportunidad el Presidente iba a hacer “anuncios importantes” (referidos sobre todo a su gabinete ministerial) no hubo tales. El doctor Vázquez no sólo ratificó su apoyo incondicional a sus ministros (incluso a aquellos cuestionados por el asunto de los Casinos de Montevideo) sino que le “tiró” las ya clásicas “patadas” a la prensa por “aludir” constantemente a la condición “de izquierda” del actual gobierno (“¡Y si! ¡Éste es un gobierno de izquierda!”, perdió la compostura por unos segundos el doctor Vázquez, olvidándose de su intención inicial como Presidente “de todos los uruguayos”).
El tono de los discursos pronunciados era el que cabía esperar: se repitieron las clásicas frases de “la herencia maldita”, “nos dejaron un país fundido”, referencias constantes a “los que fundieron el país”, etc., etc., marcando un antes y un después al 1º de marzo de 2005 (por suerte no iba a ser un discurso partidario, que si no...).
Cómo ya es habitual en el doctor Vázquez (que dice una cosa y hace lo contrario), primero dijo que no iba a referirse a números, para pasar acto seguido a citar una serie de cifras y porcentajes referidos principalmente a los índices de pobreza y desocupación, con el fin de demostrar lo bien que están marchando las cosas (aunque se olvidó de mencionar los 50 mil uruguayos que se han ido del país desde que asumiera la Presidencia).
Punto alto del discurso del Primer Mandatario lo constituyó sin duda cuando afirmó que hoy el pueblo está feliz con los resultados de la reforma tributaria (en especial, agregamos, aquellos asalariados y jubilados a los que hoy se les descuenta el 10% ó 20% de sus ingresos por concepto de IRPF).
Olvidándose de aquella promesa efectuada el 1º de marzo de 2005 relativa a que las clases no iban a tener más de 25 alumnos, el Presidente se refirió al reparto de computadoras para las escuelas como un logro revolucionario (parece que todavía no le informaron que los maestros de Montevideo amenazan con no empezar las clases este año si no son atendidas sus demandas).
Y mientras los integrantes de la comitiva oficial junto con los referentes del frenteamplismo floridense celebraban con sándwiches y wisky la reunión del Consejo de Ministros, los jubilados hacían lo propio con pan y agua en la Plaza Cagancha de Montevideo, seguramente con el aumento del 13% que recibirán a partir de febrero de este año.
En fin...
Como dijimos en notas anteriores: se largó la campaña electoral, mientras el pueblo, contento y feliz (como dijera el Presidente) observaba el buen uso de su dinero que hacen sus gobernantes recorriendo alegremente el país.-

Columna semanal de Alberto Lamaita, publicada en la edición de Diario El Heraldo, del día 2 de enero de 2008.

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