jueves, 17 de enero de 2008

Los blancos- respuesta a Las Caras y Los Caretas


Creo que nadie se puede ofender, porque presumiendo de pitoniso o zahorí, damos por hecho que los comicios generales futuros son entre blancos y frentistas.
En lo general. Y en lo particular la pulseada, Frente vs. nacionalistas, tienen como elementos centrales a Vázquez, o al que lo supla, y a Larrañaga. Ya examinamos la realidad ajena en artículo anterior. Toca ahora la blanca, nuestra. Según las encuestas, aunque falta para las internas, hay una muy sustancial diferencia a favor del gaucho sanducero. Objetivamente Lacalle hizo una hazaña. Después de la mentada "embestida baguala" sufrida, donde llegó a bajar a solo un 8% en la opinión partidaria. En base a trabajo, sacrificio demostrando y refrescando memorias sobre su excelente gobierno de antaño realizado, recuperó hasta llegar hoy a un 23% en esa preferencia partidaria. Obsérvese el poco tiempo transcurrido, la comparación con similar tradicional rival como Julio María, el que no se le puede "levantar" ni con "gato hidráulico" carrocero. O sea, a ambos se les reconoce talentos, experiencias y oficios, pero pasa entre otras razones, las conquistas sociales y obras de ambos gobernantes, inclinándose a la balanza groseramente a favor del Cuqui. Y esa recuperación a los blancos les viene muy bien. Pero, si bien es una realidad de unificar la línea conservadora en su torno volviendo a ser creíble, también es cierto que el gaucho (en posición centro izquierda progresista) sigue estirando ventajas. Hoy Larrañaga se dispara con más del 50% de la opinión partidaria. El crecimiento se basa no solo en mantenimiento de su propio sector, sino en el trasiego que del desmembramiento de los grupos chicos partidarios, pasan por unanimidad a Alianza Nacional.
Larrañaga mantiene en su entorno la autoridad y coherencia interna sin fracturas ni alteraciones de liderazgos. Algún "opinólogo" en determinada revista zurda, se pregunta, creyéndose "ingenioso", cómo se puede producir ese fenómeno entre los blancos. Al comentarista de marras hay que comenzar por enseñarle la realidad de aquel aserto de Wilson muy conocido: "A los blancos solo los entienden otros blancos". Larrañaga es creíble porque siempre que prometió, cumplió. Dijo terminar con al coalición colorada de Bensión y Jorge Batlle, y en solitario, lo cumplió. Fui testigo y actor. Dijo de renovar necesariamente el Partido y salvo algunas figuras tradicionales con prestigios locales que en todo partido los hay, sus bancadas son renovadas con gente joven. Dijo de mantener radicalmente el antiimperialismo tradicional partidario como herederos de Oribe y Leandro Gómez y fue el único partido, el blanco, que a manifiesto expreso se expidió contra las guerras del Golfo Pérsico genocidas, del imperio y asociados.También cumplió. Otro "ítem" que a los blancos nos llena de orgullo dando por traste el eslógan que blancos y colorados eran lo mismo. Cuando el Frente quiso comprarnos con "carguetes" con dignidad los mandó a "paseo". Marcó otra diferencia. Es honesto, nadie lo dude. Es también muy nacionalista. Propio del hombre de tierra adentro, consustanciado más con el galope libertario de las ideas de Patria propia, vientos independientes y ríos avasallantes, que del encorsetamiento doctrinario de universitarios extranjerizantes y globalizaciones propias de intelectuales batllistas e izquierdistas tradicionales. Es caudillo, no cabe dudas. Y los blancos somos caudillistas, por antonomasia. Gustamos del "tipo" frontal, sin reviros ni medias tintas. Que sepa sacar de los "fundillos" a entrevistas, ladrones, ladinos, coimeros y vendepatrias. Y conociéndolo, sabemos que el "patio del fondo" de la casa partidaria, está bien barrido. O sea, a los blancos más que el eximio estadista, que ninguna figura actual aún lo es, sirve más el sentido común, honesto nacionalismo y con "redaños" en momentos culminantes para tomar decisiones. No con imágenes de salvar o disimular las "manos en la lata" en controles de casinos o licitaciones en compra de armamentos por decir "algo"... protegiendo a malos asociados. El gobierno no debe ser para "bonachones" y "macanudos" protegiendo la barra de amigotes. Parafraseando a Saravia: "Dignidad arriba y regocijo abajo". Y Larrañaga para los blancos lo tiene. Ignoro si al director de Caras y Caretas le sirva mi explicación para "entender a los blancos" al decir de Wilson.
Artículo, publicado en la página web del Partido Nacional : http://www.partidonacional.com.uy/
Leopoldo Amondarain

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