jueves, 17 de enero de 2008

EL VERDADERO ROSTRO DE MUJICA


En la edición de la revista Caras y Caretas del 30 de noviembre de 2007, su director Alberto Grille (frenteamplista él), refiriéndose al caso de las denuncias contra el hermano del vicepresidente Nin Novoa, acusaba a “los grupos del MLN que vigilan el accionar del Estado con equipos especiales de investigación y seguridad que analizaban la actuación de los funcionarios y áreas de administración para detectar casos de corrupción o situaciones que consideraban relevantes en otras colectividades del Frente Amplio”.
Refiriéndose al mismo caso, el 12 de diciembre de 2007, el editorial de CX 36 (radio perteneciente al 26 de Marzo, considerado en la década de los ’70 el brazo político del MLN), decía “A principios de 1972, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, le declaraba la guerra al Ejército. A los pocos meses algunos de sus principales dirigentes colaboraban con los militares, denunciando y llevando detenidos a los cuarteles, participando en los interrogatorios y presionando a los acusados por ilícitos económicos”
Al leer estas acusaciones, uno podría suponer que se trata de un típico caso de enfrentamiento “fraternal” entre sectores del Frente Amplio, y que sus autores están alucinando o tratando de desprestigiar al hoy sector mayoritario de la izquierda (el MPP) y en particular a su máximo referente (José Mujica) quien se perfila como el más serio candidato a la sucesión del doctor Tabaré Vázquez.
Sin embargo, en un reportaje concedido al semanario Búsqueda el pasado jueves 3 de enero, el Ministro Mujica proponía “instalar una verdadera policía administrativa” que “rutinariamente vaya a cualquier lado y esté especializada en vigilar”. Por si fuera poco (y para que nadie tome en solfa su idea) agregaba: “Si agarran a alguien, que lo maten. Se acabó”.
Claro que, después de proponer la creación de esta especie de Gestapo nazi o KGB comunista, el “Pepe” se apresuró a aclarar que los vigilados serán los mandos medios y los funcionarios de menor jerarquía (o sea, “los de abajo”), ya que los ministros- dirigentes (o sea, “os de arriba”) , “muchas veces no tenemos ni idea de lo que pasa abajo y de lo que firmamos”.
Hablando de los archivos secretos de la dictadura propuso no abrirlos ahora, porque dicen “muchas cosas muyb jodidas” de personas que aún viven (¿tendrán razón entonces los muchachos del 26 cuando denuncian el colaboracionismo existente en los ’70, se pregunta uno?).
Quienes nacimos en la década del ’70 y crecimos en el oscurantismo de la dictadura militar, siempre creímos que aquellas acusaciones que hacían los militares y los Partidos tradicionales sobre el carácter autoritario de la izquierda y su poco respeto por las instituciones republicanas eran un invento de “la derecha”, para justificar sus atropellos los primeros y para detener el avance de aquella los segundos.
Sin embargo a la luz de los últimos acontecimientos y declaraciones (cuando Mujica propone “matar” a los supuestamente corruptos ¿lo dijo en sentido literal?), a uno le queda la sensación de que, como se dice vulgarmente, “no están todos los que son, ni son todos los que están”.
De a poco algunos comienzan a sacarse la careta, exhibiendo su verdadera y peor faz, destruyendo aquella imagen idealizada y santurrona que tanto tiempo les llevó crear.

Columna semanal del Prof. Alberto Lamaita Rodríguez, publicada en Diario “El Heraldo”, martes 15 de enero de 2008

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