lunes, 21 de enero de 2008

"Fue pura frase porque no le cortaron la mano a nadie"


Juan Ramírez

El ex ministro del Interior del gobierno nacionalista (1990-1995) y ex candidato presidencial Juan Andrés Ramírez hará campaña a favor de Jorge Larrañaga, pero no criticará más al ex presidente Luis Alberto Lacalle. "De lo que dije (de Lacalle) no me arrepiento", precisó. Pero agregó luego que no se meterá "en tiendas ajenas". Ubicó la propuesta de Alianza Nacional como de centro izquierda.
Daniel Isgleas
- ¿A qué se debe su vuelta a la actividad política en 2007?
- Nunca me alejé del todo, porque soy suplente de Jorge Larrañaga en el Senado. Ejerzo como miembro del Directorio del Partido Nacional. He decidido ahora, en 2008, salir a recorrer el país porque es el momento preciso de dar vuelta la pisada. Dejé la mayoría de mis clases en la Facultad de Derecho para poder salir a recorrer el país. El Partido Nacional es la opción verdadera de cambio. El Partido hizo una definición ideológica liberal e igualitaria, y a ser identificado de esa forma es que aspira nuestra fuerza. Estoy convencido que el Frente Amplio no es el monopolio de la izquierda, sino que el partido hizo esa declaración que es un signo claro de ubicación en el centroizquierda del espectro.
- ¿Va a recorrer el interior en apoyo a qué precandidatura en el Partido Nacional?
- A la de Jorge Larrañaga, que va a ser el triunfador indiscutido en la interna. Hoy por hoy, Larrañaga ha demostrado ser un muy buen candidato para el país a la Presidencia y por eso voy a hacer el máximo esfuerzo para que gane la elección nacional.
- ¿Además de ese esfuerzo, en su gira va a haber críticas para Lacalle?
- No, no. El partido va a tener una interna. No sé quién va a ser el candidato herrerista. Yo voy a hablar sobre la propuesta programática de Alianza Nacional. Larrañaga fue candidato a la vicepresidencia conmigo en 1999 porque yo se lo pedí y tengo suma confianza en él.
- Es bien posible que el candidato herrerista que se oponga a Larrañaga en la interna blanca sea Lacalle. Usted en su momento denunció síntomas y acciones de corrupción en el gobierno que Lacalle encabezó. ¿Puede ser eso un signo de debilidad para el ex presidente, aprovechado por los otros candidatos de dentro y fuera del partido?
- El partido va a tener candidatura única. Y el candidato va a ser Larrañaga. Las encuestas son muy reveladoras. En la última elección Larrañaga le ganó por 2 votos a 1 a Lacalle y hoy el margen es superior. Ningún votante puede pensar que Lacalle vaya a ganar. Es parecido a lo que sucedió en 1971, cuando nadie pensaba que Wilson Ferreira iba a ser derrotado por Aguerrondo. De todas formas, a esta altura no me meto en tiendas ajenas. Los precandidatos son Heber, Chiruchi, Vidalín y eventualmente Lacalle si quiere competir. Lo resolverán ellos pero a esta altura cualquiera de ellos puede tener pocas expectativas de triunfar en la interna sobre Larrañaga.
- ¿Aquellas circunstancias que denunció vinculadas a Lacalle han desaparecido hoy?
- De lo que dije (sobre Lacalle) no me arrepiento. Lo que pasa en el Frente Amplio es un claro ejemplo de que a las cosas hay que ventilarlas, que hay que luchar en todos los partidos contra la corrupción. Lo peor que puede hacer un partido es no ventilar esos casos. Tiene que mostrar celeridad. El Frente cometió el gran error de impedirle al Partido Nacional la formación de comisiones investigadoras. Cuando era oposición, el Frente pretendía formar permanentemente comisiones investigadoras y ahora no. El Tribunal de Conducta Política no renunció porque sus miembros se sintieran desbordados de actividad, sino porque estaban avergonzados de la conducta de sus propios compañeros. Lo que le pasa al Frente es un buen ejemplo de lo que no se debe hacer y contra lo que yo actué. Lo que reclamé era control interno e investigación hacia dentro de las filas del partido.
- Claro que fuera del gobierno se está menos expuesto a la corrupción.
- Es normal, siempre pasa así. Hay individuos con un afán especial de vender influencias, de acercarse al poder, de cometer cohecho, de prevalecerse de sus vinculaciones para hacer negocios contra el interés público y en beneficio propio. Esos individuos son delincuentes porque cometen un delito y se acercan a un partido que está en el gobierno. Cuando el Partido Nacional estuvo en la oposición no se acercó ningún corrupto, aun maquillado. Pero cuando llegamos al poder se acercaron. Cada vez es más grave el fenómeno de la corrupción en el Frente Amplio y más grave es la lentitud en la reacción.
- El presidente prometió públicamente que al que metiera la mano en la lata se la cortaban.
- Bueno, pero fue pura frase. No le cortaron la mano a nadie por ahora.
- ¿Le llamó la atención el apoyo que le dio Astori a Bengoa aun cuando estaba a punto de ser procesado?
- No conozco el auto de procesamiento. Habrá tenido sus razones para darle el apoyo. Pero lo que se conoce es que Bengoa dijo que actuó con conocimiento de los jerarcas (Muñoz, Arana, Rosselli). Hay cosas que son poco explicables en la conducta del director de Casinos municipales, como la contratación con empresas de familiares, con domicilios en los mismos locales, directores que eran testaferros, todo un claro signo de corrupción dolosa. Pero no sé qué motivos tuvo Astori para mantener su fe en la honestidad de Bengoa.
- ¿Ese respaldo puede tener un costo político para sus aspiraciones de ser candidato del oficialismo?
- Todo tiene un costo político. Esta actividad está sometida al juicio popular. La conducta de los gobernantes tiene un juicio electoral cada cinco años.
- ¿Cómo ve al gobierno a mitad del período? - A mí me aflige la conflictividad ideológica que hay en el Frente Amplio. Es un conjunto de partidos con una distancia abismal entre varios sectores porque piensan distinto. Mientras fueron oposición era muy fácil encontrar un denominador común. Pero cuando se es gobierno y hay que dirigir un país afloran las diferencias. Hoy hay una lucha sórdida por candidaturas porque detrás de Astori, Mujica o Rubio hay un bagaje ideológico muy fuerte que se opone uno al otro. La forma de mantener aglutinado al electorado es prometerle que todo lo van a alcanzar en el segundo gobierno. Es una forma de contener a los más radicales. Yo le tengo temor a esa propuesta a la luz de lo que pasa en América Latina con lo de Hugo Chávez. Nadie del Frente Amplio habló críticamente sobre la propuesta de reforma constitucional de Hugo Chávez, que era un atentado grosero al sistema democrático, de concentración autoritaria descomunal en un solo hombre. Y los frenteamplistas guardaron silencio.

Perfil
Nombre: Juan Andrés Ramírez
Nació: Montevideo
Edad: 61 años Otros datos: Abogado y profesor de la Universidad de la República

Abogado y dirigente

Actualmente, Juan Andrés Ramírez es miembro del Directorio del Partido Nacional por el sector Alianza Nacional, el mayoritario de la colectividad blanca. Es el primer suplente de Jorge Larrañaga en el Senado de la República. En las elecciones de 1990 fue electo senador y luego fue nombrado ministro del Interior durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995). En los comicios de 1994 fue candidato presidencial del Herrerismo y perdió a manos del candidato del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti (1995-2000), quien obtuvo allí su segundo mandato. En los comicios de 1999 volvió a ser candidato presidencial y llevó a Jorge Larrañaga como candidato a la vicepresidencia de la República. Perdió a manos del colorado Jorge Batlle (2000-2005). Ramírez tiene 4 hijos y 8 nietos.

Reforma estatal y la reelección presidencial
Ramírez advirtió que el gobierno, por medio de la reforma del Estado, está construyendo un Estado paralelo fuera de los controles constitucionales y políticos, que no es "prudente" y puede ambientar "desviaciones" y "corruptelas".
La fórmula que se encontró, según Ramírez, es crear personas públicas no estatales que asegura que no son controladas ni por el derecho público ni por el privado, que manejan fondos públicos y no están obligadas a contratar por el mecanismo de la licitación. "Hay que reformar el Estado de forma prudente y no abrirle la puerta a las desviaciones y corruptelas porque nadie está vacunado contra eso", dijo.
Para el dirigente blanco, los lineamientos presentados días atrás por el director de la OPP, Enrique Rubio, "no dicen nada" y son sólo "un conjunto de titulares".
"Lo que se pretenden son modificaciones a la actividad del Estado con mayor privatización de los servicios, y un sistema más flexible en el régimen de funcionarios. Hay que ser muy prudente. Las dos ideas van en contra de lo que el Frente preconizó 30 años, se da de patadas", dijo.
REELECCIÓN. Ramírez analizó, además, la posibilidades de reformar la Constitución para habilitar la reelección presidencial.
"La Constitución tiene diversas normas para que el pronunciamiento del ciudadano sea libre y transparente. Por ejemplo, el voto secreto, el impedimento de aumentar sueldos o crear cargos públicos doce meses antes de la elección. Y en el caso del presidente, que es quien tiene la mayor concentración de poder, hay garantías adicionales. No es reelegible en forma inmediata para evitar la mayor acumulación de poder en dos períodos consecutivos, y para evitar usar ese poder para ser reelecto, justamente. Esta es la garantía principal para mí. Tampoco puede intervenir en propaganda política o en los órganos partidarios", señaló.
Para Ramírez, el principal "afectado" en cualquier propuesta reeleccionista es el propio Frente Amplio. "La influencia del presidente que pretende ser reelecto es tan fuerte hacia dentro de su partido que ningún otro dirigente osa a disputarle la supremacía ni discutir. Esto se ve en el Frente en forma clara. Nadie se pronuncia en contra, y los que lo hicieron se retractan como lo hizo Mujica", indicó. "Que se reconozca que en 30 años el Frente no puede dar otra figura que Vázquez para la Presidencia es confesar que los frenteamplistas son incapaces", sentenció.

Extraído de Diario "El País", lunes 21 de enero de 2008

No hay comentarios: