jueves, 3 de enero de 2008

“PAYSANDÚ HA CAIDO... NO, PAYSANDÚ SE HA ETERNIZADO”


Estimados amigos, en el día de ayer 2 de enero se cumplieron los 143 años de la caída de la Heroica Paysandú, por tal motivo, entramos a la página del PARTIDO NACIONAL y nos encontramos con este artículo del Edil Rubens Walter Francolino, que queremos compartir con Uds. como homenaje a tan importante acontecimiento.

“Si consumado el tremendo crimen del 65, Leandro Gómez hubiese podido escoger la pluma, seguramente habría escrito con sangre, parafraseando el pensamiento artiguista» ... es este el momento en que me siento elevado al grado de felicidad más alto, si con el sacrificio de mi vida he contribuido a perfeccionar la grande obra de libertad de mi amada patria».
Esa patria es la nuestra, ese gesto es nativo y ese martirologio es una de las razones -la más hermosa- para que henchidos de orgullo nos reunamos como tantos 2 de enero en este Monumento (alusión al de Perpetuidad) «al decir de Martí altar de pueblos», en la triple condición de orientales, de sanduceros y de blancos.
Ayer mismo, cuando los multiplicados fuegos de artificio saludaron el advenimiento del nuevo año, cuando creímos ver en ellos, luces que se rompían en la noche del descreimiento ... muchos hombres y mujeres, de distintas edades pero con la misma sensación de sentirse cruzados de la idea y de la fe, habrán estado pensando que hace 143 años, bajo estruendos de guerra y en lo alto de esta iglesia de Paysandú se mantenía enhiesta y procurando el cielo la mismísima bandera nacional.
Enhiesta e iluminada por las bombas extranjeras, ya que los invasores habían prometido a su imperio y a su emperador que el mismo día del año nuevo, sobre los escombros de nuestra ciudad, otra sería la bandera que flameara.
Y no fue así ... aún cuando los 800 defensores de la ciudad se vieron reducidos a 500 primero y a 200 más tarde, aunque acabados los fulminantes hubo que reemplazarlos con fósforos. Sólo ocurrió cuando los cañones de Tamandaré, que disparaban las bombas provistas por el arsenal de Mitre redujeron a escombros las casas, la Iglesia, el Baluarte de la Ley, la Comandancia Militar, la Jefatura, donde los últimos defensores se atrincheraron. Cuando ya no quedaban balas y debieron dispararse cascotazos, la bandera oriental quedó en lo alto del templo hasta la mañana de un día como hoy: 2 de enero de 1865.
El hecho estremece: un puñado de valientes se defiende contra 20.000 brasileños y sus auxiliares. Uno contra cuarenta. Clara la desigualdad entre sus dos pequeños cañones y las bocas de fuego de la escuadra imperial.
Leandro Gómez y los suyos sabían que no podían vencer. Quisieron dar una lección para que se supiera y más allá de las fronteras, que «la raza de Artigas y los Treinta y Tres, como reza en una de sus proclamas, todavía tiene hijos dignos de su estirpe».
Todavía fresca la sangre derramada, poetas de la libertad americana, algunos de ellos prácticamente presos de Urquiza en Entre Ríos, mordiéndose los puños de rabia por no haber podido pelear y morir en esta tierra, cantaron a la Epopeya y sobre las ruinas mismas de la Heroica, Guido y Spano le habló al mundo: «Paysandú ha caído, sus más nobles defensores perecieron. Paysandú ha caído ... No, Paysandú se ha eternizado. Esos héroes viven y vivirán perpetuamente en el corazón de los hombres libres».
Rubens Walter Francolino, Edil del Partido Nacional

Extraído de la Página Web del Partido Nacional http://www.partidonacional.com.uy

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