martes, 22 de enero de 2008

RETROCEDIMOS DOCE AÑOS


Finalmente, la agrupación de gobierno del Frente Amplio decidió dar “luz verde” al proyecto de reforma constitucional que, a grandes rasgos, busca la eliminación del balotaje y la reelección presidencial.
Hace dos años (el 6 de febrero de 1996) el general Líber Seregni renunciaba a la presidencia del Frente Amplio al sentirse desautorizado por la Mesa Política de ese partido por postergar, una y otra vez, el tratamiento de la reforma constitucional que Seregni (en nombre y representación de esta colectividad política) venía negociando con los representantes de los otros partidos políticos.
Dicha reforma contenía (además de la introducción del balotaje) otros cambios que recogían postulados históricos de la izquierda como la eliminación de la ley de lemas, la presentación de un candidato único por partido, la separación de las elecciones nacionales de las departamentales, etc.
“No apoyar la reforma sería un error histórico”, fueron las últimas palabras de Seregni como presidente del Frente Amplio.
Sin embargo, la mayoría de la izquierda decidió no acompañarla, dejando en “off side” a Seregni y precipitando su renuncia.
El doctor Tabaré Vazquez, que había apoyado en principio la idea del balotaje, luego dio marcha atrás y terminó encabezando a los partidarios del NO a la reforma. Dentro del Frente Amplio, sólo Asamblea Uruguay (sector liderado por el hoy ministro de Economía Astori) acompañaría el SI.
En un debate televisivo sostenido con el entonces presidente del Directorio del Partido Nacional, Alberto Volonté, decía el doctor Tabaré Vázquez: “Una buena Constitución tiene necesariamente que salir de una Asamblea General Constituyente, porque no es sólo pedir al pueblo que ratifique con su voto aquello en cuya elaboración no intervino”
Y opinando sobre el mismo tema decía el diario La República: “Parece formar parte más bien del proyecto del futuro de pequeñas élites políticas”. “Esta reforma electoral es una trampa”
El domingo 8 de diciembre finalmente se plebiscitó la reforma de la Constitución, venciendo exiguamente el SI.
Hoy, doce años después de los hechos narrados anteriormente, la reforma constitucional vuelve al tapete, impulsada por el Frente Amplio desde el gobierno.
A diferencia de aquella otra reforma, que durante meses fue discutida, negociada y consensuada entre todos los partidos políticos (incluido el Frente Amplio), esta nueva que se propone viene impuesta desde arriba, sin posibilidad de ser discutida, analizada, y mucho menos consensuada.
Hace doce años, cuando la reforma del 96, la izquierda decía que la misma era un intento de “la oligarquía” para mantenerse en el poder, una reforma hecha “a espaldas de la gente”, una maniobra para distraer la atención de los verdaderos problemas, etc., etc.
Hoy, quienes formulaban estas “denuncias” hace una década, pretenden hacer lo mismo que ayer criticaban (y peor todavía ya que públicamente y sin tapujos dicen que el fin de las reformas es para mantenerse en el poder y permitir la reelección del doctor Vázquez) con la agravante de que esta reforma es con nombre y apellido, y en el fondo no soluciona ninguno de los problemas que padece el país, reabriendo una discusión que hace doce años fue laudada en las urnas.
En fin...
Parece que, como el cangrejo, el Frente Amplio sólo camina para atrás.

Columna semanal del prof. Alberto Lamaita Rodríguez, publicada en Diario El Heraldo del día martes 22 de enero de 2008

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