miércoles, 16 de abril de 2008

Nerviosismo a la izquierda


La columna de pepe preguntón
Cuando se han apagado setenta velitas uno tiende a pensar que ya lo ha visto todo. Pero por fortuna para quienes peinamos canas, y por desgracia para el país, el superior gobierno que en este momento nos gobierna se encarga, cada día, de mostrarnos que las cosas siempre se pueden hacer peor.
Más preocupada por mantenerse un período más en el poder que por ejercer el enorme poder que la ciudadanía le confirió en estos cinco años que ya se extinguen, la izquierda política ya se ha percatado de las enormes diferencias que existen entre prometer cuando uno es oposición y realizar cuando uno es gobierno.
En lugar de corregir el rumbo, la izquierda gobernante se muestra cada día más irritada y decidida a culpar a todos del fracaso de una administración que, como ninguna, ha tenido las mayorías parlamentarias y populares necesarias y suficientes para llevar adelante todas las transformaciones de las que tanto habló desde el llano, y de las que tan poco se ha visto en lo que va de este gobierno.
¿Quién tiene entonces la culpa? Pues pareciera que todos, con excepción de aquellos a los que más de la mitad de los uruguayos eligieron el último domingo de octubre de 2004 para gobernar el país.
La culpa es de los jueces. Y de los ministros de la Suprema Corte de Justicia. Ya nadie se acuerda de la defensa que, desde la oposición, hacía siempre la izquierda de la magistratura uruguaya. Ahora, que esa misma izquierda es gobierno, los únicos jueces en los que se puede confiar son aquellos que fallan a favor del gobierno. ¿Cuánto falta, realmente, para que empiecen los escraches contra jueces, fiscales y ministros de la Suprema Corte de Justicia, si desde la izquierda gobernante ya se organizan marchas para rechazar fallos judiciales que no son del agrado de la administración?
También los jubilados tienen la culpa. Y los retirados militares. ¿Quién les dijo que tienen derecho a reclamar ante la Justicia? El autoritarismo emana de este gobierno, y no cesa ante la presencia soberana de la ley. Tanto que si un juez no les gusta, amenazan con hacerle juicio político. Y si la Justicia no les gusta, van más lejos y le advierten que le dejarán sin recursos en la próxima Rendición de Cuentas. ¿Qué más tiene que pasar para que los uruguayos nos demos cuenta de hasta qué punto las libertades y las garantías por las que tanto se peleó están hoy en tela de juicio?
Los empresarios no se quedan atrás, cuando se agravian por un dólar a 19 pesos. ¿Qué pretenden? ¿Acaso que la izquierda cumpla con su promesa electoral de mantener un dólar alto para amparar a los exportadores?
Y hay más. Tampoco hay que olvidarse de los que se quejan, de lleno, porque en Montevideo la izquierda les aumentó la Contribución Inmobiliaria hasta un 600%. ¿Qué les cuesta pagar un poquito o un muchito más? ¿Ha visto la desvergüenza de esta gente, que ahora hasta amenaza con recurrir a la Suprema Corte de Justicia?
Así no hay progresismo que progrese. No hay cambios posibles. No hay reformas de fondo que prosperen ni raíces de los árboles que tiemblen.
Con razón las encuestas dan como dan. Y con razón, claro, la izquierda se pone tan nerviosa cuando los mismos que decían que habría progresismo para 10 ó 15 años ya aseguran que el año que viene habrá segunda vuelta y admiten que la invencible coalición puede perder el gobierno que tanto le costó alcanzar.
elpepepregunton@gmail.com
Extraído de diario EL PAIS, miércoles 16 de abril de 2008

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