lunes, 7 de abril de 2008

Descentralización sí, descentralización no,


Por Maestro Gervasio Martínez


Desde que Wilson puso el tema en la agenda pública con su proyecto de ley de Descentralización y Acondicionamiento Territorial en el año 1986, en el Uruguay se viene hablando del tema.

El Partido Nacional desde la Presidencia de Bernardo Berro y los constituyentes de 1917 han promovido el fortalecimiento de lo local, el respaldo a los Gobiernos Departamentales y lo municipal. Para reafirmar ésta idea mencionemos la actitud de Berro de instalar las Juntas Locales.

Hoy, a la luz de una intención descentralizadora del gobierno nacional, loable, pero hacia el 2006 no muy clara, el Directorio elabora un documento muy rico donde pone en tema en sus justos términos:
1) Hay que identificar la material departamental de la materia municipal. (Proyecto de ley del Senador Eber Da Rosa)
2) Si se avanza en la descentralización con los mecanismos constitucionales actuales, lo importante es identificar potestades para lo departamental de las de carácter local, y los recursos para aplicar dichas responsabilidades.

Para decir sí a la descentralización se debe solucionar algunos problemas pendientes.

A modo de inventario indicamos:
1) La Comisión Sectorial de Descentralización con sede en la OPP debe analizar y proponer una política de descentralización en todos los estadios de la administración central y de los gobiernos departamentales. No puede ser que se descentralicen los recursos que ya están previstos para los gobiernos departamentales y no se diga nada de la transferencia de recursos de la administración central.
2) Definir para el próximo período los criterios sobre la tasa de transferencia a los gobiernos departamentales, teniendo en cuenta los criterios ya manejados como: la población, el territorio, inverso del PBI y necesidades básicas. A ellos, agregar otros como: los indicadores de equidad, los compromisos de gestión, la distancia de la centralidad capitalina entre otros.
3) Hacer un estudio profundo de la recaudación de impuestos nacionales (IVA, IRPF, y otros) para asignar porcentaje a los gobiernos departamentales y locales del país. Si vamos a la descentralización, “descentralicemos la caja de economía”. Si vamos a transferir responsabilidades a los demás niveles, vamos a asignar los recursos.
4) Estudiar el endeudamiento de los municipios. La mayoría de los mismos son con el sector público. Si es así mejoremos el perfil de ese endeudamiento con la transferencia de cobertura de los mismos y premiar a los gobiernos que demuestran una buena gestión en un proceso de cinco años.

En España, el estado más descentralizado de Europa y que su proceso lo inicia como salida del período franquista en 1979, su nivel intermedio (Comunidades Autónomas) tiene un tercio de lo recaudado a nivel nacional, mientras que lo local o municipal no pasa del 11%. También existe un principio de solidaridad entre las regiones más ricas con las más pobres.

No digamos más o menos a la Descentralización, digamos sí verdaderamente a la descentralización. Para ello hay que ver todos los niveles posibles con la asignación de competencias y de recursos, pero es claro que el que pierde recursos es el estado central a favor de los otros niveles. Se puede pensar hasta un nivel regional de agrupamiento de territorios por sus características geo-productivas, a los solos efectos de asignar recursos para el desarrollo integral, equilibrado y descentralizado, coordinado por los actores locales, nacionales, del sector público y del sector privado.

En esa línea, un tema a tener en cuenta es la propuesta del Diputado Dr. Pablo Iturralde elaborada con un conjunto de técnicos del Partido Nacional, sobre “Agencias de Desarrollo Regionales” que propone dividir el país en hasta 5 regiones socio económicas, integradas con la participación de los Gobiernos Departamentales, Gobierno Central, sector académico, cámaras empresariales y trabajadores, con la figura de persona jurídica de derecho público no estatal.

Esta es una estrategia de descentralización de lo central hacia lo regional potenciando los recursos propios de la sociedades locales y regionales. El desarrollo local pasa necesariamente por el fortalecimiento del tejido social y empresarial local, por el aprovechamiento de los recursos intrínsecos de la región, por la eliminación de las desigualdades territoriales y por la movilización de los ciudadanos de nuevas fórmulas participativas.

En Florida no hemos esperado por la ley, hemos gestionado y promovido la descentralización:
En el período 2000 al 2004 se realizaron las experiencias de Centros de Barrios en la ciudad de Florida, Coordinadoras de Desarrollo en interior del departamento, Concurso de Proyectos del Fondo de Descentralización. (TODAS ESAS IDEAS CAYERON EN EL AÑO 2005)
En el 2005 se colabora con las propuestas de ordenanzas de: Foro Económico Social Consultivo (ex Mesas de Diálogos), Centros de Barrios en la ciudad de Florida, Coordinadoras en donde hay Juntas Locales, Comisiones Vecinales Delegadas donde no hay Juntas Locales. (NO HAY NINGUNA RESPUESTA DEL GOBIERNO)
En el 2006 se propone el Presupuesto Participativo con el 5% del Presupuesto y el Concurso de Proyectos del Fondo de Descentralización. (EL GOBIERNO NO RESPONDE NADA EN ESE AÑO)

Si no hay ley, se puede hacer descentralización si hay voluntad política de los Intendentes como queda demostrado.

Si hay ley, bienvenido, pero es necesario que quede claro las competencias y la asignación de recursos.
Por ello refrendamos lo que dice la Comisión de Descentralización del Directorio del Partido Nacional el 13 de agosto del 2007 en respuesta al Poder Ejecutivo sobre su proyecto de ley: “…consideramos que cualquier proyecto de Descentralización que se proponga deberá ser funcional al propósito descentralizador de estimular y orientar inversiones y emprendimientos que generen posibilidades laborales y de desarrollo económico, que en los tiempos que vivimos constituyen, junto a la organización política de los gobiernos locales, cuestiones esenciales para acercar el poder a la gente y revertir el proceso histórico que ha ido generando, junto y paralelamente al centralismo político, un centralismo en lo económico, en lo social, en lo demográfico y en lo cultural, tal como lamentablemente previniera en el Siglo XIX el Presidente Bernardo P. Berro, desde su sitial de estadista e integrante de nuestro Partido.”

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