Poco podemos decir sobre Wilson que no se haya dicho, y de mejor forma de lo que lo podemos hacer nosotros, simplemente quiero decir que fue de esas personas, que transmitió alegría en lo que hacia, y eso se notaba; su inteligencia era superlativa, y su don de gentes aún mayor.
Con los que lo traicionaron habló, y no solo eso los ayudó. Soportó con estoicismo superior los insultos que le profirieron otros, cuando él en pos de la pacificación de la República tranzó y votó la ley de Caducidad. Para desenmascararlos, los llevó a un debate, donde los dejó mal parados, ya esos, junto con los otros lo habían vendido por dos monedas en el Pacto del Club Naval, su respuesta fue ponerse la ley de Caducidad en los hombros, como no se la pusieron en el gobierno, ni tampoco la salió a apedrear, que hubiera sido la actitud más fácil. Su actitud fue estoica, su vida ejemplar, siempre me viene a la mente una frase que escribió Carlos Quijano en el Obituario de Luis Alberto de Herrera "Vivió como si nunca fuera a morir", y así vivió y murió Wilson, con la fuerza de las primeras horas, con su vitalidad y agilidad mental que muchos le envidiaron.
Por esto, medio mal escrito, fruto de que fui sacando de lo que me pareció y me salió del corazón; es por esto y por lo que a cada uno le parezca que en la tarde de hoy debemos concurrir al Monumento que recuerda su memoria, con una flor, para en el fuero íntimo de cada uno con cada una de las flores dejemos los anhelos y las esperanzas colectivas que tenemos para nuestra Patria Chica.
Hoy 19:30 Hs. dejemos una flor para Wilson
Con los que lo traicionaron habló, y no solo eso los ayudó. Soportó con estoicismo superior los insultos que le profirieron otros, cuando él en pos de la pacificación de la República tranzó y votó la ley de Caducidad. Para desenmascararlos, los llevó a un debate, donde los dejó mal parados, ya esos, junto con los otros lo habían vendido por dos monedas en el Pacto del Club Naval, su respuesta fue ponerse la ley de Caducidad en los hombros, como no se la pusieron en el gobierno, ni tampoco la salió a apedrear, que hubiera sido la actitud más fácil. Su actitud fue estoica, su vida ejemplar, siempre me viene a la mente una frase que escribió Carlos Quijano en el Obituario de Luis Alberto de Herrera "Vivió como si nunca fuera a morir", y así vivió y murió Wilson, con la fuerza de las primeras horas, con su vitalidad y agilidad mental que muchos le envidiaron.
Por esto, medio mal escrito, fruto de que fui sacando de lo que me pareció y me salió del corazón; es por esto y por lo que a cada uno le parezca que en la tarde de hoy debemos concurrir al Monumento que recuerda su memoria, con una flor, para en el fuero íntimo de cada uno con cada una de las flores dejemos los anhelos y las esperanzas colectivas que tenemos para nuestra Patria Chica.
Hoy 19:30 Hs. dejemos una flor para Wilson
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