martes, 4 de marzo de 2008

CAMPEONES DE LA HIPOCRESÍA


Leíamos en la prensa que el Poder Ejecutivo autorizó a la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) a asociarse con privados “para desarrollar y explotar el transporte de cargas de todo el país”.
Hace quince años atrás, el 13 de diciembre de 1992 los uruguayos concurríamos a las urnas para decidir la suerte de la llamada Ley de empresas públicas, votando por el SI los partidarios de su derogación y por el NO quienes querían mantenerla. ¿Qué objetivos perseguía dicha ley? Darle potestades al Poder Ejecutivo para conceder a capitales privados acciones de las empresas del Estado, tercerizar servicios públicos y, el punto más importante tal vez, permitir la asociación de ANTEL con privados.
Por el SI se pronunciaron el PIT – CNT, el Frente Amplio y el Foro Batllista (encabezado por Julio María Sanguinetti) del Partido Colorado; por el NO lo hicieron el Partido Nacional y la lista 15 del Partido Colorado (liderada por Jorge Batlle).
Pronto el plebiscito dividió al país, pasando la discusión de la propia ley a un segundo plano, convirtiéndose la compulsa en un plebiscito sobre la gestión del entonces Presidente Lacalle.
Para el Frente Amplio, acaudillado por el doctor Tabaré Vázquez (Intendente de Montevideo en aquel tiempo) se trataba de detener la “privatización salvaje”, “defender el patrimonio nacional”, impedir la “venta” de las empresas públicas y otras yerbas por el estilo.
El 13 de diciembre se llevó a cabo la compulsa, venciendo el SI con un 71,57% frente al 23,19% alcanzado por el NO.
Quince años pasaron de este plebiscito...
Hoy el Frente Amplio es gobierno y el doctor Vázquez es Presidente de la República. Los mismos que quince años atrás impulsaron la derogación de la ley que permitía la asociación de las empresas públicas con capitales privados y la tercerización de los servicios públicos, hoy, de callado y sin abrir el país al debate como antaño exigían, vienen llevando adelante la misma política que hace una década y media atrás le impidieron al doctor Lacalle. Y así, reprivatizaron el Banco Comercial, reprivatizaron PLUNA, vienen privatizando Salud Pública, y ahora abren las puertas a la privatización de los ferrocarriles.
¿Para qué fue entonces aquel plebiscito de 1992? ¿Para qué se embarcó al país en una discusión agotadora que polarizó a la sociedad uruguaya e impidió al gobierno de aquel entonces llevar a la práctica su ambicioso plan de reforma del Estado? ¿Por qué las privatizaciones hace quince años atrás eran malas y ahora son buenas? ¿Por qué guarda silencio el PIT – CNT, que libró una guerra sin cuartel contra los partidos tradicionales y ahora, ante la ola privatizadora progresista, no dice ni “mu” al ver cómo se escamotea la voluntad popular? ¿Qué pasó con aquella “lluvia de plebiscitos” con la que el doctor Vázquez amenazara al anterior Presidente Batlle si tocaba a las empresas públicas?
Bastó que el Frente Amplio llegara al poder para que revelara su verdadera faz. Hoy este partido, con el doctor Vázquez a la cabeza, se ha convertido en el campeón de las privatizaciones, desconociendo todo lo logrado en los plebiscitos por ellos mismos impulsados y despreciando la voluntad popular expresada en las urnas en innumerables ocasiones.
¿Muestra de realismo político, o simple confesión de hipocresía?

Columna publicada en Diario El Heraldo, martes 4 de marzo de 2008

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