domingo, 1 de febrero de 2009

ANDRÉS, ENSEÑANZA DE UN LIDERAZGO


Para el inicio de esta columna teníamos previsto presentar una de nuestras propuestas de desarrollo local; pero hace unos días nos despertamos con una noticia emotiva y removedora, el fallecimiento de Andrés Arocena.

Nos pareció que en este año 2009, electoral, político y de presentación de ideas no podíamos empezar sin hacer una profunda reflexión sobre el actor de este acontecimiento.

Casi cuarenta años compartiendo su vida política, sus alegrías y frustraciones; desde nuestros comienzos como militante gremial estudiantil en el 71, en las Coordinadoras de la Juventud y Grupos Culturales en los 80 resistiendo a la dictadura. Y finalmente uno de “sus muchachos” desde 1985 hasta llegar a cumplir su sueño: ser Intendente de Florida.

Decir esto no es novedad para muchos, pero desde nuestra perspectiva es decir más de lo que parece. ¿Por qué?

Si bien aquellos años estuvieron marcados por el magnetismo de Wilson en lo local debe haber siempre alguien que aglutine, y tanto en el 71 como en el 85 siempre hubo jóvenes participando y gustando de la política. Había un Wilson y había un Andrés.

El liderazgo de Andrés era muy particular, se fue construyendo en forma diferente a otros; no fue paternalista, mucho menos autoritario; Andrés era un promotor de participación política, inclusivo y abierto; lo cual es un desafío a los que debemos tomar su bandera.

Si lo tuviera que definir diría; una persona de mucha cercanía con la gente. Exigente y muy cordial al mismo tiempo, pero especialmente un promotor de la política en los jóvenes. De ocho ediles electos por su grupo político en el año 84, seis fuimos jóvenes. Nos habíamos ganado los “galones”, por “luchadores por la libertad” y por estar con el Partido en las más feas; pero todos sabíamos que de no haber un liderazgo que dejara entreabierta la puerta, esa puerta no se hubiera abierto.

Tal vez una anécdota puede dibujar mejor lo que queremos expresar. Recuerdo el tema de la sesión secreta de sueldos para los ediles en 1995, a lo cual nos opusimos ferozmente, antes de la siguiente sesión Andrés me llamó, citándome en la Confitería, y me dijo “…maestro, te respaldo en todo, pase lo que pase, …a pesar que no coordinamos antes, yo hubiera hecho lo mismo”. Gentileza al comunicar, respeto a la independencia de criterio, pero reafirmación amistosa de su liderazgo.

Agradezco su confianza y no podré olvidarme de nuestros trabajos en conjunto como el Proyecto PIAI del Prado Español y las Mesas de Diálogo Social. Tal vez el éxito estaba en su capacidad de delegar, lo cual no es fácil y en algunos casos peligroso.

Todas estas particularidades de Andrés lo hicieron un líder político con quien siempre se podía hablar. Es la enseñanza que tuve el gusto de aprender y pienso que es el mejor mensaje que puede quedar, tanto para los que hacen política como para la sociedad floridense. Un poco de gentileza con unos gramos de diálogo es lo que hace falta para construir un proyecto de futuro.

Maestro Gervasio Martínez

Columna publicada en Diario EL HERALDO, sábado 31 de enero de 2009


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