lunes, 9 de febrero de 2009

"El FMI es el último plato del menú"


JAVIER DE HAEDO
A.N.
No tiene empacho en reconocer los logros de la actual política económica (manejo de deuda, menos pobreza e indigencia), aunque no vacila en señalar sus fallas. Ve que todos los sectores políticos uruguayos han cambiado; él mismo ya descarta cosas en las que antes creía. Por eso piensa que en economía y otras materias hay base para consensos nacionales. De Haedo no ve un futuro negro y descarta, como ha señalado Luis Lacalle, que quizá haya que apelar al FMI. A su juicio es lo último que hay que hacer. Para quien adhirió esta semana a Jorge Larrañaga; el shock productivo es bajar impuestos: aportes patronales, energía, combustible y comunicaciones.
- ¿Qué economía va a encontrar el gobierno de 2010?
- Su punto fuerte es el manejo de la deuda pública, que ha sido el mejor en este gobierno, con menos vulnerabilidades fiscales y financieras que cinco años antes. También hay menos vulnerabilidades sociales, menos pobreza e indigencia. Los aspectos negativos: un gasto primario muy alto y la pérdida de competitividad.
- ¿Se podrá acceder al financiamiento en 2010, en un contexto internacional quizá más adverso que el actual?
- Las proyecciones del FMI muestran una economía que en 2010 comienza a recuperarse. No habrá tasas precrisis, pero es probable que haya acceso a los mercados voluntarios de capital. Uruguay tiene políticas de Estado que se han mantenido, y muy buena reputación. Si las políticas económicas se mantienen en rasgos razonables no es imposible acceder a financiamientos.
- Luis Lacalle ha señalado que es posible que haya que recurrir al FMI. ¿Qué opina otro un acuerdo stand-by?
- Parece que se ve al FMI como el primer plato del menú. Creo que el FMI es el último plato del menú. No es el médico para llamar en primera instancia sino un CTI. Creo que hizo muy bien el gobierno de izquierda de precancelar la deuda con el fondo, condicionada, a corto plazo, y sustituirla por deuda voluntaria. Eso fue una brillante gestión, aunque no se hicieron políticas anticíclicas. El FMI es sinónimo de condicionalidad negativa, de recetas de política monetaria no aplicables a Uruguay; es atraso cambiario y es ajuste fiscal.
- Pero ¿no cree que en 2010, con un gasto creciente y rígido y una economía desacelerada o en recesión, el gobierno que asuma tendrá que hacer un ajuste fiscal?
- Creo que no, y subir impuestos en un contexto recesivo es agravar la recesión. Esto se hizo en 2002 y así resultó. En tiempos de recesión no hay que subir impuestos sino ser prudente con el gasto.
- ¿Que impuestos bajaría?
- Los aportes patronales a la seguridad social y los de energía, combustibles y telecomunicaciones. Ese es el paquete de reactivación productiva que el Uruguay precisa y no ir a golpear la puerta del FMI.
-Sin embargo Jorge Larrañaga, promete bajar cuatro puntos de IVA, eliminar el IASS y el IRPF…
- Eso son cuestiones programáticas para un período de gobierno; no son medidas para el 1° de marzo de 2010. Nadie puede pretender que en un contexto que no es de viento a favor se haga una reforma tributaria.
- Larrañaga está planteando eliminar el IASS y el IRPF enseguida de asumir…
- No señor, no es lo que hablamos con él. Lo plantea como tema programático.
- Larrañaga también promete jubilaciones mínimas de $ 5.000. ¿Es esto también algo gradual y programático? ¿Hay financiamiento para esto?
- Hoy no hay financiamiento para absolutamente nada que planee cualquier candidato porque hay déficit fiscal. Hoy no se puede cerrar un programa de gobierno cuando no se sabe cual va a ser la situación en 2010. Esto está en línea con la preocupación social de Alianza, un objetivo compartible que los adultos mayores tengan un piso mínimo.
- Un gobierno de Larrañaga, ¿cómo abordará la cuestión de los Consejos de Salarios y la indexación salarial?
- Son dos cosas distintas. Creo que negociar está bien, pero pensamos en un esquema que tiene décadas. En Uruguay hoy parece haber una situación de confrontación entre la empresa y el trabajador, y en el mundo moderno se va a la cooperación. No hay que confundir desindexación con reducción del salario real. Ahora estamos viendo que como hay indexación, cualquier efecto del clima sobre el IPC o cualquier shock de oferta transitorio, al indexarse, alimenta la espiral. Se debe ajustar por lo que exactamente pasó en ese período y no puede depender que suban los morrones en mayo o en abril.
Hay que ir a una relación que, cuanto más considera la casuística, menos se va a equivocar. Si hay aumento igual para todos los privados, en ese promedio se ahogan los petizos, pero si se va a nivel de empresa no se ahoga nadie.
- ¿En qué se diferencia la propuesta económica de Alianza Nacional con la de la UNA?
- Es un tema de énfasis. Hay un denominador común, por algo somos un mismo partido. Pero por algo hay dos candidaturas potentes y reflejan no sólo perfiles personales sino también conceptuales. Por ejemplo, en declaraciones del doctor Lacalle y del doctor De Posadas en Zonamerica en octubre ponían el énfasis en recuperar la condición de plaza financiera. Ahí tengo una discrepancia. ¿Por qué destacar ese sector? Es un sector productivo más. Yo destacaría la raíz agropecuaria del Uruguay. Destacaría el Uruguay logístico, un sector que ha volado en los últimos 15 años. Yo quiero el Uruguay de desempleo cero, de ingenieros y estudiantes de ingeniería. Nos gusta en Alianza un Uruguay en el que los veterinarios e ingenieros agrónomos dejan el asfalto y se van al campo. El Uruguay productivo es esto.


Un paso sin oferta de cargos


Javier de Haedo niega rotundamente que su apoyo a Jorge Larrañaga haya estado supeditado al compromiso de algún cargo ejecutivo o legislativo. Y con mayor rotundidad desmiente la especie que circuló estos días desde filas lacallistas de que no apoyó a Luis Alberto Lacalle porque éste no aceptó su demanda de una banca al Senado. "Eso es falso, absolutamente falso", responde categórico.
De Haedo recordó que Larrañaga dijo en agosto del año pasado, cuando él no adhería aún a su candidatura, que era uno de sus dos referentes económicos. El otro "más político" era el senador Sergio Abreu.
"Así van a seguir las cosas y es razonable que así sea, porque dependerá mucho de cuál es la circunstancia de 2010: puede haber un ambiente que requiera de un hombre más baqueano en lo político para llevar adelante la conducción económica. Y si los tiempos son más para la agenda y las propuestas, quizá alguien con un perfil más técnicos sea más indicado", razonó.
Subraya que su opción por Larrañaga es porque "es un hombre de diálogo y que puede tender puentes". En esta perspectiva considera que la política económica, como otras políticas de gobierno, surgirán de acuerdos. "Tenemos algo a favor: el consenso entre los uruguayos ha crecido mucho; ha habido, en los hechos, un convergencia en las políticas económicas en los últimos 20 años", observó.
El País Digital, domingo 8 de febrero de 2009

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