Larrañaga le pide una mano a religiosos y deportistas. El dirigente blanco visitó a Cotugno, al pastor Márquez y el club Danubio
La directiva del club Danubio, el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, el pastor evangelista Jorge Márquez y el comisario de la seccional 16ª de Maroñas, Gustavo Silveira, tienen por lo menos una cosa en común. Todos fueron visitados durante el verano por el precandidato nacionalista Jorge Larrañaga, quien quiere contar con esa gente, y con otras más, para formar una red social que le dé una mano al Estado en la solución de asuntos tales como la pobreza, la inseguridad y la drogadicción.
Larrañaga sostiene que la decisión de presentarse en lugares generalmente no frecuentados en el inicio de una campaña electoral tiene que ver también con su necesidad de conocer de cerca una realidad que, a veces, le llega por boca de terceros.
"Las organizaciones sociales suelen tener un brazo más largo que el del Estado. Sin embargo, no han sido utilizadas en toda su capacidad y allí hay una capacidad y una infraestructura ociosa importantísima", dijo Larrañaga a El Observador.
El líder de Alianza Nacional también visitó durante enero y febrero el Centro Nacional de Rehabilitación (CNR) –donde están presas personas de 18 a 30 años– el Hospital Policial –que atiende a 120 mil usuarios– y el Hospital Militar –donde se curan 180 mil personas–; y se apresta a concurrir a varias varias escuelas de tiempo completo. "Cuando voy a esos lugares no es por una decisión antojadiza. Tiene que ver con la preocupación por asuntos tan importantes como la seguridad, la salud y la educación", afirmó el precandidato blanco.
En la sede del club Danubio, Larrañaga pudo tomar contacto con una experiencia de acción social por la cual más de 150 adolescentes de la zona de Maroñas reciben atención médica gratis. El dirigente blanco quiere echar mano a las instituciones deportivas y religiosas para llegar a donde el Estado se ha mostrado ineficaz. "Por ejemplo, tenemos una situación gravísima con la pasta base. A veces me parece que no nos hemos dado cuenta de lo terrible del asunto. Si no le ponemos límite –y con el Estado sólo no alcanza– vamos a tener un deterioro social y humano irreversible", dijo Larrañaga.
El líder blanco también le da sesgo más político a la explicación de sus visitas sociales. "Esto forma parte de un proyecto que le puede dar gobernabilidad al país en la concepción de gobernabilidad que tenía Wilson Ferreira Aldunate", agregó. El dirigente de Alianza Nacional intenta con estas recorridas separarse de su rival en la interna blanca Luis Lacalle no solamente desde el punto de vista ideológico –ya dijo que el líder herrerista es de derecha– sino también en el plano de sus contactos en todo el país.
Larrañaga visitará hoy el Teatro Solís, ya que quiere meterse en asuntos de la cultura y en los próximos días se reunirá con Héctor Florit, director de la ANEP.
Fuente: El Observador, martes 17 de febrero de 2009
La directiva del club Danubio, el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, el pastor evangelista Jorge Márquez y el comisario de la seccional 16ª de Maroñas, Gustavo Silveira, tienen por lo menos una cosa en común. Todos fueron visitados durante el verano por el precandidato nacionalista Jorge Larrañaga, quien quiere contar con esa gente, y con otras más, para formar una red social que le dé una mano al Estado en la solución de asuntos tales como la pobreza, la inseguridad y la drogadicción.
Larrañaga sostiene que la decisión de presentarse en lugares generalmente no frecuentados en el inicio de una campaña electoral tiene que ver también con su necesidad de conocer de cerca una realidad que, a veces, le llega por boca de terceros.
"Las organizaciones sociales suelen tener un brazo más largo que el del Estado. Sin embargo, no han sido utilizadas en toda su capacidad y allí hay una capacidad y una infraestructura ociosa importantísima", dijo Larrañaga a El Observador.
El líder de Alianza Nacional también visitó durante enero y febrero el Centro Nacional de Rehabilitación (CNR) –donde están presas personas de 18 a 30 años– el Hospital Policial –que atiende a 120 mil usuarios– y el Hospital Militar –donde se curan 180 mil personas–; y se apresta a concurrir a varias varias escuelas de tiempo completo. "Cuando voy a esos lugares no es por una decisión antojadiza. Tiene que ver con la preocupación por asuntos tan importantes como la seguridad, la salud y la educación", afirmó el precandidato blanco.
En la sede del club Danubio, Larrañaga pudo tomar contacto con una experiencia de acción social por la cual más de 150 adolescentes de la zona de Maroñas reciben atención médica gratis. El dirigente blanco quiere echar mano a las instituciones deportivas y religiosas para llegar a donde el Estado se ha mostrado ineficaz. "Por ejemplo, tenemos una situación gravísima con la pasta base. A veces me parece que no nos hemos dado cuenta de lo terrible del asunto. Si no le ponemos límite –y con el Estado sólo no alcanza– vamos a tener un deterioro social y humano irreversible", dijo Larrañaga.
El líder blanco también le da sesgo más político a la explicación de sus visitas sociales. "Esto forma parte de un proyecto que le puede dar gobernabilidad al país en la concepción de gobernabilidad que tenía Wilson Ferreira Aldunate", agregó. El dirigente de Alianza Nacional intenta con estas recorridas separarse de su rival en la interna blanca Luis Lacalle no solamente desde el punto de vista ideológico –ya dijo que el líder herrerista es de derecha– sino también en el plano de sus contactos en todo el país.
Larrañaga visitará hoy el Teatro Solís, ya que quiere meterse en asuntos de la cultura y en los próximos días se reunirá con Héctor Florit, director de la ANEP.
Fuente: El Observador, martes 17 de febrero de 2009
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