Días pasados, el dirigente del PIT CNT Juan Castillo fue noticia al solicitar licencia de su cargo de dirigente del Partido Comunista. Al parecer, las discrepancias surgieron cuando sus camaradas le sugirieron que fuera “un poco más crítico” con el gobierno, pedido que habría molestado al sindicalista.
En marzo de este año, el Presidente Tabaré Vázquez visitó la sede del Sindicato de la Bebida. Antes de comenzar su alocución, el dirigente de este sindicato, Richard Reed, advirtió que “los chiflidos están prohibidos”. Entre aplausos y vítores de los trabajadores presentes, Vázquez defendió la aplicación del impuesto a los sueldos y las jubilaciones; a continuación de las palabras presidenciales, Reed expresó que con Tabaré “volvió la esperanza” para los trabajadores y advirtió que si en el 2009 ganan los Partidos Tradicionales los sindicatos perderán las “conquistas” obtenidas hasta ahora.
¿Cuáles son algunas de esas conquistas? Veamos...
En octubre del 2007, El País de Montevideo publicó un informe donde se describía la esforzada vida de un dirigente sindical (nota transcrita y ampliada en la página web de CX 36, Radio Centenario).
“Son las 19:50 –comienza la nota en cuestión, refiriéndose al dirigente Juan Castillo- y su automóvil Chevrolet Celta entra en el puerto de Montevideo”. “Acá empieza mi periplo –dice Castillo luego de bajarse del auto”. Y sigue la nota: “Llega 50 minutos tarde con respecto a su hora de ingreso pero eso no le preocupa: la licencia sindical le permite tener una presencia testimonial en su trabajo. Muchos días simplemente marca la entrada, se va y vuelve al otro día a marcar salida. Pero dice que dos o tres veces por semana se queda algunas horas o incluso hasta realiza todo el horario” (menos mal).
El trabajo de Castillo consiste en sacar el barro de la bahía, aunque su barco, el Draga 6, está fuera de servicio desde hace tres años.
En la misma nota aparecen citados otros dirigentes del PIT CNT en situación similar, como Marcelo Abdala, empleado de Aluminios del Uruguay, a quien el UNTMRA (Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines) le paga el sueldo (y del que además es Secretario General); Richard Reed de Pilsen, quien hace uso de las “horas gremiales” y trabaja en su local sindical en la fábrica. Fernando Pereira, administrativo de Primaria, quien declaró que “cuando puedo paso. Pero estoy en el PIT CNT de 8 a 20 horas”, o Jorge Bermúdez (dirigente de la Salud que trabaja en la mutualista Universal) quien admitió que a su trabajo “a veces voy un día a la semana, a veces dos o ninguna vez, cuando hay conflicto o estoy de viaje”.
Con respecto a los viáticos, el dirigente sindical Leonardo Donovich reconoció que a muchos dirigentes el sindicato o federación correspondiente les pagan hasta $ 600 de viáticos más el gasto de celular.
Con este panorama, es comprensible la airada reacción de Castillo cuando su partido le pidió ser “más crítico” con el gobierno, o la afirmación de Richard Reed de que con el gobierno del Frente Amplio “volvió la esperanza” y su temor a un retorno de los Partidos Tradicionales al poder (mire si se les da por exigirles a los dirigentes del PIT CNT que se pongan a trabajar).
En fin...
¡Arriba los que luchan!
En marzo de este año, el Presidente Tabaré Vázquez visitó la sede del Sindicato de la Bebida. Antes de comenzar su alocución, el dirigente de este sindicato, Richard Reed, advirtió que “los chiflidos están prohibidos”. Entre aplausos y vítores de los trabajadores presentes, Vázquez defendió la aplicación del impuesto a los sueldos y las jubilaciones; a continuación de las palabras presidenciales, Reed expresó que con Tabaré “volvió la esperanza” para los trabajadores y advirtió que si en el 2009 ganan los Partidos Tradicionales los sindicatos perderán las “conquistas” obtenidas hasta ahora.
¿Cuáles son algunas de esas conquistas? Veamos...
En octubre del 2007, El País de Montevideo publicó un informe donde se describía la esforzada vida de un dirigente sindical (nota transcrita y ampliada en la página web de CX 36, Radio Centenario).
“Son las 19:50 –comienza la nota en cuestión, refiriéndose al dirigente Juan Castillo- y su automóvil Chevrolet Celta entra en el puerto de Montevideo”. “Acá empieza mi periplo –dice Castillo luego de bajarse del auto”. Y sigue la nota: “Llega 50 minutos tarde con respecto a su hora de ingreso pero eso no le preocupa: la licencia sindical le permite tener una presencia testimonial en su trabajo. Muchos días simplemente marca la entrada, se va y vuelve al otro día a marcar salida. Pero dice que dos o tres veces por semana se queda algunas horas o incluso hasta realiza todo el horario” (menos mal).
El trabajo de Castillo consiste en sacar el barro de la bahía, aunque su barco, el Draga 6, está fuera de servicio desde hace tres años.
En la misma nota aparecen citados otros dirigentes del PIT CNT en situación similar, como Marcelo Abdala, empleado de Aluminios del Uruguay, a quien el UNTMRA (Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines) le paga el sueldo (y del que además es Secretario General); Richard Reed de Pilsen, quien hace uso de las “horas gremiales” y trabaja en su local sindical en la fábrica. Fernando Pereira, administrativo de Primaria, quien declaró que “cuando puedo paso. Pero estoy en el PIT CNT de 8 a 20 horas”, o Jorge Bermúdez (dirigente de la Salud que trabaja en la mutualista Universal) quien admitió que a su trabajo “a veces voy un día a la semana, a veces dos o ninguna vez, cuando hay conflicto o estoy de viaje”.
Con respecto a los viáticos, el dirigente sindical Leonardo Donovich reconoció que a muchos dirigentes el sindicato o federación correspondiente les pagan hasta $ 600 de viáticos más el gasto de celular.
Con este panorama, es comprensible la airada reacción de Castillo cuando su partido le pidió ser “más crítico” con el gobierno, o la afirmación de Richard Reed de que con el gobierno del Frente Amplio “volvió la esperanza” y su temor a un retorno de los Partidos Tradicionales al poder (mire si se les da por exigirles a los dirigentes del PIT CNT que se pongan a trabajar).
En fin...
¡Arriba los que luchan!
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