Aclaración. "No lo digo en un gesto de soberbia ni de altanería", aseguró ayer Larrañaga
El precandidato presidencial, Jorge Larrañaga, aseguró ayer que el 28 de junio será "el candidato único del Partido Nacional", y que ganará "dos veces" en 2009, refiriéndose a la elección interna y a los comicios nacionales de octubre y noviembre.
Platense. Larrañaga celebró ayer su primer acto como precandidato nacionalista.
"Lo que voy a decir no lo digo en un gesto de soberbia ni de altanería, lo voy a decir despacio como reafirmación de firmeza, de convicción, de esperanza, y de absorción de deberes y de responsabilidades más que de derechos: el 28 de junio voy a ser el candidato único del Partido Nacional para ser el Presidente de todos los uruguayos", vaticinó.
Las palabras de convencimiento de Larrañaga fueron suscritas durante el acto del nuevo conglomerado de Alianza Nacional "2009-2010", en un nutrido y colorido acto en el Platense Patín Club.
Esta "mayoría", como se definieron, está conformada por los diputados Pablo Iturralde, Sandra Etcheverry, Alvaro Lorenzo, el dirigente Alfredo Cabrera y los ediles Fernando Ripoll y Pedro Graffigna.
"Este es un camino en repecho y con dificultades, nada que valga la pena no cuesta un enorme sacrificio, nunca las cosas para los nacionalistas han sido fáciles. Vamos a tener que subir la cuesta, vamos a tener que luchar en cada barrio, en cada pueblo y en cada departamento, todas y todos, juntos luchando por una esperanza".
Larrañaga expresó que el desafío "lo vamos a hacer con alegría, con entusiasmo porque somos eso: no somos el partido del puño apretado, del gesto agrio, de las mezquindades, somos el partido de las propuestas, de las alegrías, de las esperanzas, de las respuestas que necesite la actividad política".
Según el líder de Alianza Nacional, "el Frente Amplio usó a la gente" y promovió "un gobierno de partido y para el partido", mostrándose dispuesto a un subsidio del trabajo en lugar de "subsidiar la pobreza de los niños y de los ancianos".
En materia de seguridad, insistió una vez más con "mano dura y justa".
El discurso de Larrañaga y del resto de los oradores podía visualizarse a través de dos pantallas gigantes colocadas a los costados del escenario, y en un marco de fervor electoral, caracterizado de globos azules y blancos, azules y amarillos, las tradicionales y ruidosas cornetas, y el papel picado que, incluso, Larrañaga debió despejar de su cabellera al inicio de la oratoria.
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