jueves, 30 de octubre de 2008

1.11.08. Larga Larrañaga

Por Leopoldo Amondarain
Ya sea por el tiempo que falta aún, por los costos cuantiosos sin dudas, porque mover engranajes proselitistas electorales es complejo y lleva tiempo aceitar y prender motores, sin olvidar los movimientos internos de cada partido y sectores respectivos, hasta hoy no se movieron las grandes estructuras partidarias.
Más allá de algunas agrupaciones con sus individualidades, que en sus "chacras" han querido mostrar "fuerzas". Pero a niveles mayores, tomados masivamente, los partidos se han mantenido quietos. Frente a esas problemáticas internas o por lo que sea, no se ha hecho y esperan, sin dudas, el acercamiento a las internas. O ve el "cimbronazo" interno económico de la crisis mundial que la tenemos en el "zaguán" y que repercutirá, dado que no se previó guardar nada por don Danilo, que prefirió "tirar manteca al techo" todo este tiempo, y que tendremos que sufrir todos. No obstante estas explicaciones, las mil que se puedan dar y haber, lo cierto es que el "Guapo" larga "picando espuelas", carabina a la espalda y sable en mano, el 1º de noviembre en el Cilindro Municipal. Se le proclama y con él comienza a moverse la esperanza blanca real. No se pregunta cuántos son los contrarios, sino que lo vayan empardando o superando. ¡Si pueden! El mítico clarín de Camundá empieza a oírse y se llama a filas. Vale entonces hacer precisiones. Una cosa es hacer actos, con todo el mérito que ello implica, en gimnasios o canchas de baloncesto ­con 1.500 o 2.000 feligreses se cumple con larguezas­, y otra el Cilindro, que no baja de 15.000 afuera. Menos gente, se corre el riesgo de quedar "como fideos en sopa de cantina". O sea, hay que llenar el monstruo sin dudas. En buen romance, esta es la prueba del nueve para las encuestadoras que tanto talentean sin conocer el partido o los partidos por dentro. Los del oficio, sabemos que no son lo mismo floridas entrevistas doctorales televisivas ­con sonrientes inductores, conversables previamente, que se prestan a ingeniosas respuestas y contundentes ocurrencias impactantes en lo inmediato, para una determinada clase aristocrática intelectualizada, muchas veces con estratégica poca memoria­, que convencer al pueblo necesitado de soluciones realistas con ejemplo y conductas creíbles, como lo hace el gaucho de la Heroica. Larrañaga es lo nuevo, la esperanza distinta que no termina como el ejemplo de la "montaña que pare un ratón". No se promete acabar con los yanquis y sus influencias y terminar adulando y reptando a los pies de Bush y su imperio, rompiendo con el Fondo Monetario, para terminar aceptando a diario las indicaciones imperiales del organismo. Tampoco plantear "sociedades" fraternas con países vecinos, creídos, por las afinidades ideológicas, que van a mantenernos protegidos y financiados. A las primeras de cambio los propios argentinos nos "acuchillaron" por la espalda con piquetes que pueden y nunca les interesó evitar. Sino más bien fomentarlos. Los intereses priman sobre los falsos afectos y, desmentidos en los hechos, parentescos. Política internacional independiente y nacional, sin compromisos entreguistas doctrinarios absurdos que nos acaben aislando de los grandes mercados que países chicos como nosotros, y con una crisis en ciernes, necesitamos para sobrevivir. Terminar con el gasto público demagógico desmesurado en busca de falsos proselitismos, muy propio de antiguas prácticas batllistas de vocacionales continuadores.
Seguridad elemental sin improvisaciones, llenas de declaraciones y promesas altisonantes de gente inexperiente, dando "palos de ciego" a tontas y locas, mientras la población mira detrás de las rejas de seguridad y los delincuentes sueltos y dueños soberanos de la ciudad. No se gobierna un país igual que un club de bochas.
Ni se aventuran ridículas medidas económicas para terminar como solución a la miseria sumergida, con limosnas vergonzantes que retroalimentan la inercia, abandono y ausencias de preparación y vocación laborales. No se han creado medios y recursos sino vicios sedentarizados, multiplicando la miseria y el delito. Ministros competentes o por lo menos idóneos y no ministras que serán simpáticas y "monas" pero que de la cartera no saben un "pito". O sea, Larrañaga se compromete a llamar a las demás fuerzas políticas para aportar lo mejor de sus cuadros ciudadanos. O salimos todos juntos con esfuerzo mancomunado, o no se sale. Hay que tener grandeza en las concepciones de gobierno, máxime en los difíciles momentos que se avecinan. El acto del Cilindro revelará la fuerza y tónica ideológica que planteará Alianza Nacional. Sin exageraciones y mentiras. Un Uruguay independiente. Sin sumisiones imperiales ni asociaciones ideológicas falsas que terminan transformándonos en laderos de vecinos poderosos que siempre ambicionaron arrasarnos, quedándose con el "paisito". Con el Partido Nacional será otra cosa.

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