Por Federico Ricagni
Desde hace muchos años existe una idea que la comparte muchísima gente. Hablamos del “nunca más” que hoy cuenta con el apoyo del actual presidente, el Dr. Tabaré Vázquez. Creemos que es una buena idea, que desde el Poder Ejecutivo se opte por sumarse al sentimiento mayoritario (creo yo). Este 19 de junio me sumé una vez más al acto. Concurrí a una plaza, esta vez más desolada, pero no me consideré auto convocado, entendía que respondía a un llamado de nuestro Presidente. Y así lo hice.
Pero al final del día, algunas noticias me descolocaron.
En el mismo momento que el presidente convoca al pueblo uruguayo a un día de reflexión, de “Nunca más” a muchas cosas, entre ellas al terrorismo de Estado, se reúne con Fidel Castro. Y como era un día de reflexión, reflexioné.
Reflexionaba sobre el presidente con Castro hablando sobre el “nunca más” al terrorismo de Estado, a la violencia de cubanos contra cubanos, de nunca más a las dictaduras, de nunca más a las torturas y las ejecuciones. - ¿Habrán hablado de eso? Reflexionaba yo.
Pero como estaba solo en casa, seguí reflexionando.
Y ví que mi generación ha heredado una pelea de la generación anterior. Y que los discursos no han cambiado en ambos bandos. Las mismas cosas las dicen caras nuevas, además de las viejas y duras caras que llenaron de sangre sus ideas. Quienes hoy siguen “peleando”, se disparan hoy con municiones de culpa, pero ambos son culpables de contaminar con cabezas sucias a quienes tienen las manos limpias.
Reflexionaba sobre lo fácil que es pedir disculpas y lo grande de perdonar.
Pero en el fondo no quieren ni reconciliación ni paz. Esto es claro; hay quienes aceptan el “nunca más” sólo si viene en cierto sentido, pero si es genérico no lo aceptan.
Ni hablar de las tristes e inhumanas reivindicaciones de Gregorio Álvarez y sus camaradas. Qué decir de los cuentos para seducir jóvenes de los viejos tupamaros. Cuentan los detalles que les son favorables a su buena imagen.
Que no me mientan, no quieren paz. Ni unos ni otros.
Estoy seguro que el presidente sabe esto, y que le genera tristeza que al separar la paja del trigo, tenga malos yuyos también en su pradera.
Personas que tienen que trabajar por el país, poniendo “peros” hasta para concurrir a un acto. A estas personas no les pido que piensen como yo, sólo les pido honestidad intelectual, que cuenten sus verdaderos sentimientos. Sabemos que sólo aceptarán la “victoria total”. Pues para ambos lados del terror, la guerra sigue.
De un lado agregan una mentira sobre los desaparecidos, desde el otro festejan un suicidio. Y así van, ya para 40 años.
Por ahí hay quien dice que esto se termina cuando mueran todos los actores.
No creo, ya enseñaron a quienes odiar.
Nunca escuché a ninguno de estos gestores de la violencia, realmente arrepentido. Quizás alguno, alguna vez lo dio a entender. Pero no faltan a los actos reivindicativos.
Que los caídos en defensa de las instituciones..., que la toma de Pando... etc.
Tupamaros, dictadores, guerrilleros, torturadores, subversivos, represores.
Para mí son sinónimos.
Son violentos.
No los quiero ¡Nunca más!
Pero al final del día, algunas noticias me descolocaron.
En el mismo momento que el presidente convoca al pueblo uruguayo a un día de reflexión, de “Nunca más” a muchas cosas, entre ellas al terrorismo de Estado, se reúne con Fidel Castro. Y como era un día de reflexión, reflexioné.
Reflexionaba sobre el presidente con Castro hablando sobre el “nunca más” al terrorismo de Estado, a la violencia de cubanos contra cubanos, de nunca más a las dictaduras, de nunca más a las torturas y las ejecuciones. - ¿Habrán hablado de eso? Reflexionaba yo.
Pero como estaba solo en casa, seguí reflexionando.
Y ví que mi generación ha heredado una pelea de la generación anterior. Y que los discursos no han cambiado en ambos bandos. Las mismas cosas las dicen caras nuevas, además de las viejas y duras caras que llenaron de sangre sus ideas. Quienes hoy siguen “peleando”, se disparan hoy con municiones de culpa, pero ambos son culpables de contaminar con cabezas sucias a quienes tienen las manos limpias.
Reflexionaba sobre lo fácil que es pedir disculpas y lo grande de perdonar.
Pero en el fondo no quieren ni reconciliación ni paz. Esto es claro; hay quienes aceptan el “nunca más” sólo si viene en cierto sentido, pero si es genérico no lo aceptan.
Ni hablar de las tristes e inhumanas reivindicaciones de Gregorio Álvarez y sus camaradas. Qué decir de los cuentos para seducir jóvenes de los viejos tupamaros. Cuentan los detalles que les son favorables a su buena imagen.
Que no me mientan, no quieren paz. Ni unos ni otros.
Estoy seguro que el presidente sabe esto, y que le genera tristeza que al separar la paja del trigo, tenga malos yuyos también en su pradera.
Personas que tienen que trabajar por el país, poniendo “peros” hasta para concurrir a un acto. A estas personas no les pido que piensen como yo, sólo les pido honestidad intelectual, que cuenten sus verdaderos sentimientos. Sabemos que sólo aceptarán la “victoria total”. Pues para ambos lados del terror, la guerra sigue.
De un lado agregan una mentira sobre los desaparecidos, desde el otro festejan un suicidio. Y así van, ya para 40 años.
Por ahí hay quien dice que esto se termina cuando mueran todos los actores.
No creo, ya enseñaron a quienes odiar.
Nunca escuché a ninguno de estos gestores de la violencia, realmente arrepentido. Quizás alguno, alguna vez lo dio a entender. Pero no faltan a los actos reivindicativos.
Que los caídos en defensa de las instituciones..., que la toma de Pando... etc.
Tupamaros, dictadores, guerrilleros, torturadores, subversivos, represores.
Para mí son sinónimos.
Son violentos.
No los quiero ¡Nunca más!
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