lunes, 21 de julio de 2008

"No es tiempo de un acuerdo sólo entre blancos y colorados"


Senador Eber da Rosa. La interna nacionalista y el escenario político actual

La del doctor Eber da Rosa no es de esas voces que resuenan estridentes en el recinto del Senado. Se destaca por su carácter apacible y por tener una singular capacidad para analizar la realidad política y la interna nacionalista con lucidez.


Wilson. "Era esencialmente un liberal y un nacionalista. Un liberal en el sentido de que era un fanático defensor de la libertad como un valor esencial".

En su despacho del Senado, el doctor Eber da Rosa no rehúye tema alguno y, en poco más de media hora de amena charla, abordamos asuntos varios que ilustrarán al lector sobre la visión que este dirigente blanco tiene sobre el país, su futuro y las perspectivas del sector Alianza Nacional.

Fue diputado entre 1990 y 1995 por el Movimiento Nacional de Rocha y de 1995 a 2005 (dos períodos consecutivos) ocupó la titularidad de la Intendencia Municipal de Tacuarembó. En 2004 fue electo senador por Alianza Nacional, sector del que es secretario general.

--¿Qué lectura hace usted de la postura de Gallinal, que con su grupo Correntada Wilsonista apoya a Lacalle?

--Creo que el doctor Gallinal habrá hecho un examen de la interna del Partido, un examen de sus posturas y de sus propias posibilidades. Han dicho públicamente que apoyan la candidatura de Lacalle porque consideran que es la mejor; y bueno, es una apreciación subjetiva que nosotros no compartimos pero que respetamos.

--¿Son compatibles el ideario wilsonista y el del doctor Lacalle?

--Creo que el doctor Lacalle está tratando de hacer un esfuerzo para cambiar esa imagen, por lo menos en lo formal, y aparecer en una posición un poco más corrida hacia el centro, más cercana a ciertos enfoques más wilsonistas dentro del Partido. Desde ese ángulo, la adhesión de Gallinal le es funcional para esa idea.

--¿Usted está de acuerdo en catalogar a Wilson Ferreira como un hombre de izquierda?

--No. Wilson era esencialmente un liberal y un nacionalista. Un liberal en el sentido de que era un fanático defensor de la libertad como un valor esencial. Eso está marcado por el propio origen de Wilson, que venía del Nacionalismo Independiente, una corriente que había tenido aquel enfrentamiento con el Herrerismo, y la escisión a raíz del apoyo de Herrera al golpe de Estado de Terra en 1933. Si uno ve las posturas de Wilson bajo el gobierno autoritario de Pacheco, o durante la dictadura en los foros internacionales, o cuando vuelve después de la dictadura, hay un objetivo central en su prédica que es la reivindicación de la libertad, que marca sus matices con algunos sectores de la izquierda que sostenían que las libertades eran meras formalidades o las llamaban despectivamente las "libertades burguesas".

En cuanto a su nacionalismo, hay que distinguirlo del concepto europeo, porque en Europa ser nacionalista es sinónimo de fascismo, nacionalsocialismo, o franquismo. Él decía "nuestra concepción del nacionalismo es otra, tiene que ver con nuestro concepto de nación en un país chiquito, con una historia en la que el Partido Nacional ha sido en buena medida parte sustancial de esa defensa de la existencia misma de la nación y de la lucha contra los poderes extranjeros interviniendo a través de invasiones y de apoyos a fuerzas internas como ocurrió comúnmente durante buena parte del siglo XIX". Uno de los atributos esenciales que el Uruguay ha construido como identidad nacional da lugar a lo que él definía como una comunidad espiritual, y esa comunidad espiritual es compartir determinados valores comunes a todos los uruguayos, entre ellos la defensa de los valores democráticos, las libertades, el respeto a la ley, la defensa de la institucionalidad o de determinados principios de integración social...

Es innegable que en algunos aspectos tuvo actitudes y posiciones que se podrían catalogar de izquierda, como algunos conceptos recogidos en Nuestro Compromiso con Usted, el programa de gobierno de 1971. Por otro lado, tuvo posturas que en su momento fueron calificadas desde la izquierda como de derecha; no hay que olvidar que el Partido Nacional es un partido policlasista, muy apegado al pragmatismo de lo nacional y por tanto su ubicación siempre ha sido sustancialmente el centro. Y eso es lo que hoy en Alianza Nacional pretendemos reivindicar dentro de la interna del Partido: un partido de centro que en ocasiones puede tener posturas a la izquierda y en otras posturas más a la derecha, en un mundo en que los límites se han acotado mucho, los contactos ideológicos entre los partidos son mucho más fuertes hoy que lo que lo eran cuarenta años atrás.

--Está claro. En los plenarios del Senado he advertido siempre en usted una postura mesurada en la polémica con la izquierda, como si estuviera más dispuesto a tender puentes con el oficialismo.

--Yo viví la experiencia de ser intendente, que es una función ejecutiva, y cuando se ejerce la función ejecutiva, uno naturalmente toma decisiones que afectan a algunos positivamente y a otros negativamente.

Y usted aprende necesariamente que uno no es dueño de la verdad, y que muchas veces es necesario dialogar y discutir los temas para encontrar puntos de contacto o para aclarar las diferencias de enfoque en un clima civilizado y de respeto. Tengo la impresión de que la gente no ve con simpatía el enfrentamiento por el enfrentamiento mismo y reclama que los políticos se pongan de acuerdo en alguna cosa. Porque en definitiva es la suerte del país, y en ese barco estamos todos.

Yo soy muy crítico de lo que no hicimos bien en el pasado. Y muchas veces, estar en discrepancia con posturas del gobierno de hoy no significa decir que lo de antes estaba mejor hecho. Uno también debe saber reconocer que si la gente no nos dio el apoyo, es porque ha habido cosas que no se hicieron bien. Y luego hay otra razón para sostener esta postura: yo creo que en estos temas tarde o temprano este país necesita grandes consensos nacionales en cinco o seis temas vitales para el país en los que hay que construir políticas de Estado y en los que hay que buscar tender puentes entre los partidos para animarse a instalar determinadas transformaciones o reformas que el país necesita; y mucho más ahora, que la izquierda pasó a formar parte del elenco de gobierno. Ya la izquierda no es más la fuerza incontaminada e impoluta, sino que es parte del ejercicio del poder en la vida del país. Eso genera posibilidades para conversar. Y para un nuevo tiempo que vendrá en el que ningún partido tendrá mayorías absolutas para gobernar (yo creo que eso al FA lo ayudó por un lado pero lo aisló porque no lo obligó a negociar con los otros partidos). Por eso hay que tender puentes sin importar qué partido estará en el gobierno.

--¿No le parece que la hipótesis de un triunfo del FA en segunda vuelta es bastante remota teniendo en cuenta que en caso de balotaje la alianza entre los dos partidos tradicionales es un hecho?

--Mire, en eso Larrañaga ha sido muy claro. Él ha dicho que el tiempo político por venir ya no es el tiempo de un acuerdo sólo entre blancos y colorados. La realidad de hoy nos muestra que hay que buscar puntos de entendimiento con la izquierda también, por lo menos en algunos aspectos puntuales en los que se requiere construir políticas de Estado.

Nosotros descartamos el concepto de familias ideológicas, creemos que hay aspectos en que podemos coincidir con sectores de la izquierda, además del Partido Colorado, aunque éste está hoy en una posición muy débil. Para nosotros, tener que discutir y acordar con la izquierda reviste la misma importancia que en otros tiempos tuvieron los acuerdos con el Coloradismo para sacar ciertas leyes adelante, yo no creo que hoy las posturas ideológicas sean tan distantes como para impedir la existencia de esos puentes.

--¿Cuál es la perspectiva de Alianza Nacional en la interna partidaria?

--Nosotros hoy tenemos clara mayoría en el Partido, con una representación parlamentaria que se incrementó a lo largo de este período: empezamos con 21 diputados y hoy tenemos 25...

--¿Ese crecimiento fue a expensas de qué sector?

--Fundamentalmente de Correntada Wilsonista. Hubo muchos dirigentes (Beatriz Argimón, Adriana Peña de Lavalleja, Luis Casareto de Maldonado, Dardo Sánchez de Treinta y Tres) que se incorporaron a nuestro movimiento. Por otro lado, tenemos claro que el hecho de ser la mayoría nos hace ser muy cuidadosos y responsables en el tema de la unidad partidaria; creemos que es un capital muy importante para el Partido Nacional poder preservar esa unidad como factor que lo potencie con mayores posibilidades de éxito en las próximas elecciones. Y por otro lado nos hace ver que hay tácticas y técnicas de alguien que tiene una larga trayectoria política como el doctor Lacalle, que va a tratar naturalmente de arrebatarnos posiciones o de adoptar determinadas posturas que traten de debilitar nuestro predominio dentro del Partido, pero nos sentimos fuertes, nos sentimos jóvenes, nos sentimos llamados al desafío de un tiempo nuevo en la vida del partido.

--Las encuestas no están diciendo eso últimamente...

--Bueno, hay algunas que dicen que Lacalle se está acercando, otras que nos muestran mejor, pero son medidores de opinión.

Creo que podemos seguir creciendo en el escenario de los indecisos o aun de aquellos que piensan votarnos aunque no están muy decididos todavía, mientras que al doctor Lacalle no le va a ser tan fácil remontar esa realidad, porque en política hay que ver las dos caras de un medallón: de un lado usted puede decir que hay más experiencia, más trayectoria, factores muy importantes, pero mirando la otra cara del medallón, usted se encuentra con un desgaste causado por los años y por una larga trayectoria.

EL ORIGEN DE GARDEL Y EL MUSEO EN VALLE EDEN

¿Nació Gardel en Tacuarembó?

--Confieso que nunca fui un estudioso del tema de Gardel, pero al ser tacuaremboense me obligué a informarme, a leer, a estudiar el asunto; hablé con el arquitecto Nelson Bayardo, con el doctor Eduardo Paysée González, y bueno, sin tener certezas absolutas, hay argumentos muy sólidos para sostener la nacionalidad uruguaya de Gardel. Durante mi primer gobierno creamos el Museo Carlos Gardel en Valle Edén y allí se guardó toda la documentación sobre la vida de Gardel.

RESUMEN DE UNA TRAYECTORIA

Cuénteme un poco de su trayectoria política.

--Yo comencé a militar en la actividad político partidaria durante la dictadura. Mi primer acto de militancia fue el entierro de Gutiérrez Ruiz en mayo del 76, era estudiante universitario, y ahí me enganché y trabajé durante muchos años con el Cacho López Balestra. Nos reuníamos clandestinamente en la farmacia. Cuando me recibí, volví a mi pago y me enrolé en el Movimiento de Rocha.

Cuando se creó Alianza Nacional (formada en base a un grupo de intendentes) y después del acuerdo con el doctor Ramírez en las internas del 99, me integré a ese sector bajo el liderazgo del doctor Larrañaga, que era uno de los intendentes que formó esa célula inicial.

UNIDAD ANTES QUE TODO

-Inevitablemente, pienso en el enfrentamiento entre Lacalle y Ramírez, con acusaciones de éste muy duras hacia Lacalle. ¿Cómo se puede mantener la unidad partidaria después de un episodio como aquél?

-Reconozco que aquello fue traumático y muy doloroso, pero ya pertenece al pasado. Actualmente, en Alianza Nacional nosotros estamos tratando de mirar para adelante y no meternos en las heridas del pasado como las de la interna del 99 que fue muy dura y muy difícil para el Partido. Una de nuestras metas es la de preservar la unidad partidaria por encima de todo. Eso lo tenemos muy claro todos quienes integramos Alianza Nacional, empezando por el propio líder del sector, el doctor Jorge Larrañaga.

Extraído de Diario LA REPUBLICA, lunes 21 de julio de 2008

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