jueves, 17 de julio de 2008

RECIBIMOS Y PUBLICAMOS



ESTA NOTA SE PUBLICÓ EN EL DÍA DE HOY EN LA SECCIÓN CARTAS A LOS LECTORES DE BÚSQUEDA, LA MISMA PERTENECE A NUESTRO COMPAÑERO JULIO AROCENA, ESTA FUE ESCRITA EN RESPUESTA A LOS COMENTARIOS, QUE AL MISMO MEDIO DE PRENSA, REALIZARA EN LA EDICIÓN DEL JUEVES PRÓXIMO PASADO, EL EX- CANCILLER REINALDO GARGANO




Sr. Director:

La presente tiene el propósito de compartir con ustedes mi preocupación sobre las opiniones de algunos dirigentes de primera línea del gobierno nacional.

En primer lugar nos referimos a las declaraciones realizadas por el Sr. Gargano y recogidas por vuestro semanario en su último número.

Para este señor, la inversión extranjera es “una nueva forma de colonialismo”. El, no quiere “expropiar ni despojar por medio de la violencia a los que tienen sino distribuir con justicia y hacer intervenir al estado”. Según Gargano, “los inversores extranjeros vienen, ponen la plata, se llevan la renta y se llevan la plata; cuando no de más la vaca, matan la vaca, se comen la carne y se acaba la leche…”. El se pregunto si “¿está vetado el tema de la propiedad?”. Enseguida afirma que “…los socialistas saben que lo que condiciona la inequidad y la desigualdad es la posesión de los medios de producción. La historia ha confirmado esa tesis”.

Esta sucesión de pensamientos no es nueva en el personaje en cuestión, de quien uno no sabe que historia habrá leído o estudiado, que le confirmó su tesis. Es más, hay una gran cantidad de dirigentes del frente amplio en el gobierno, que opinan lo mismo o incluso, en forma más radical.

Hace una semana, el Sr. Rubio, director de la OPP, se descolgó con afirmaciones también, muy interesantes que fueron recogidas por Búsqueda en su número anterior.

Rubio dijo que “…es la frontera social que el frente corrió hacia los niveles de pobreza. Si tiene (el frente) la capacidad para convertirla en base electoral entonces tiene asegurada la elección”. Afirmó que “el FA tiene el riesgo de perder pie en determinados sectores sociales de extractos medios y de ganarlo en otros que son mucho más numerosos…”.

Lo primero que me parece muy bueno, es que digan claramente lo que piensan evitando hacer como el tero. Eso permite al electorado saber bien qué es lo que vota.

Es obvio que hay una división dentro del gobierno entre los que están a favor y los que están en contra de apuntar a radicar inversión extranjera en el país. Sin embargo, por la forma en que se ha manejado este tema, prima la opinión o el poder de los que están en contra. De hecho, Gargano como canciller se opuso frontalmente a la firma de un TLC con los EEUU y consiguió su objetivo. Perdimos el tren….

Es evidente, para cualquiera que entienda un mínimo sobre negocios, que no hay desarrollo sin inversión. Una empresa empieza con un negocio apuntalado por la inversión que requiere llevarlo adelante. Inmediatamente vienen los puestos de trabajo, la contratación de proveedores, la producción, la venta, el pago de impuestos, etc.

¿Quién tomaría el lugar del inversor en el esquema de estos dirigentes, para evitar el colonialismo? El estado. Pero el estado uruguayo no tiene los recursos necesarios para ello y mucho menos, tiene las ideas sobre los negocios, ni el know how, ni la estructura directiva para llevar adelante ninguno de ellos.

En lugar de recibir a los inversores extranjeros que inviertan en negocios genuinos, instalen empresas que den trabajo a la gente y paguen los impuestos que Gargano y Rubio quieren redistribuir, prefieren que el estado uruguayo haga todo.

Es evidente que el llamado “Plan de Emergencia” del Mides, sin exigencia de trabajo comunitario a cambio, ni obligación de enviar los hijos a la escuela ni formación alguna para sus beneficiarios que mejore su condición ni ninguna contraprestación que dignifique a quienes lo reciben, es lisa y llanamente la instalación de una fabrica de pobres para conseguir votos. El frente amplio necesita los votos y los beneficiarios del plan, necesitan el dinero, por tanto, el sistema se retroalimenta, nuevamente achatando el nivel social del país, empatando e igualando pero hacia abajo en lugar de hacia arriba. ¿Esta es la inversión progresista y anticolonialista del frente amplio?

A todo esto, Marina Arismendi dice que no hay que pedirle ninguna contraprestación a los beneficiarios del plan de emergencia porque tampoco se le pide nada a los profesionales universitarios que se reciben en la Universidad de la Republica. Esta afirmación es tan triste, que no merece comentario alguno.

Estos señores quieren que el estado uruguayo intervenga más en la economía. ¿Más? ¿Será que no saben que el estado en nuestro país se mete prácticamente en todo lo que los individuos hacemos? ¿Será que no saben que este es de los países más monopólicos del mundo?

¿Este es el Uruguay que estos dirigentes promueven, donde el estado hace y decide todo desde el punto de vista económico, social y político, es propietario de todo, mantiene una “base electoral” grande de personas en la indigencia y las fuentes de trabajo son todas otorgadas por el estado?

Creo que es muy importante que esto quede claro porque según se dice, hay mucha gente que le “prestó” el voto al frente amplio para ver un cambio respecto al pasado. ¿Este es el cambio para el cual prestaron su voto?

Por mi parte, creo que todas estas cosas, todas, son absolutamente contrarias a los principios más básicos y a los pilares en los cuales se basa toda la idiosincrasia y la tradición del pueblo uruguayo y rechina su sola mención por su parecido a realidades de otros países con los cuales nuestro país ha sido siempre tan diferente.

El único desarrollo posible es aquel que parte del individuo actuando en familia y en sociedad. Mientras el estado sea más importante que el individuo, lamentablemente, no podremos tener esperanza y por eso que emigra tanta gente y sobre todo, tanta gente joven y preparada que ven esto meridianamente claro. Así tenemos el país más envejecido de toda la America Latina.

Es bueno, tener en cuenta estas cosas a la hora de votar, ya que en el fragor de las campañas políticas uno tiende a olvidar muchas de las cosas que se han dicho y es tiempo en el cual entre el doble discurso que campea y los jingles y demás elementos propagandísticos que se utilizan, se busca atenuar y/o confundir al electorado con charamusca inocua, escondiendo el fondo del asunto.

Saluda a usted atentamente


Cr. Julio Arocena

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