viernes, 26 de septiembre de 2008

Una apuesta al premio mayor


Pre candidato presidencial, Senador Jorge Larrañaga
El Dr. Jorge Larrañaga deja la presidencia del Directorio del Partido Nacional para iniciar su carrera hacia la presidencia de la República. Ha medido los riesgos. Sabe que “no hay octubre sin junio”. Pero afirma que “un candidato que piense exclusivamente en la interna, no tiene chance de ganar la elección nacional.” Procura posicionarse como el centro del espectro político nacional, ya que los cambios que el país reclama “no son de izquierda ni de derecha”. Se propone impulsar “la revolución de la dignidad, que se llama trabajo”. Y afirma que “un diferencial de nuestra propuesta política va a ser el desarrollo nacional integral; una nueva visión de la descentralización”. Larrañaga considera que hay una deuda pendiente con Wilson “que no es la recordación nostálgica del pasado, sino comprender que Wilson es futuro y llevar sus ideas al próximo gobierno.”

Por Anibal Steffen

¿Por qué una reunión con Vázquez? (La entrevista fue hecha horas antes de la reunión del Dr. Larrañaga con el Presidente Vázquez el pasado lunes 22 de septiembre)

Por la necesidad de conversar con agenda abierta en torno a los temas sobre los cuáles se puede hacer algo todavía antes de la terminación de este gobierno. Por ejemplo educación y seguridad pública. No deberíamos esperar al próximo período para intentar tener respuestas para la construcción de una política de Estado en materia de educación y de seguridad ciudadana.
Hace sesenta días le pedimos a la Ministra de Educación un diálogo político entre todos los partidos para tratar la iniciativa que tiene el Poder Ejecutivo y que fuera enviada al Parlamento vía la Cámara de Representantes.
También le trasladamos a la Ministra del Interior la posibilidad de concretar una mesa nacional sobre seguridad, para que todos nos podamos escuchar sobre un tema que preocupa a la ciudadanía, al país, como es el tema creciente de la violencia en la sociedad uruguaya.
Esos dos temas forman parte de nuestra preocupación. También la repercusión de la crisis internacional, las dificultades que puedan crearse en la economía de nuestro país. También el tema de la energía nuclear donde el Partido Nacional ya hace bastante tiempo a través del senador Abreu propuso la derogación de la prohibición que existe en vía legislativa de la utilización de la energía nuclear.
Creemos que con los estudios de impacto el país tiene que propender a impulsar una decisión de política de Estado en materia de energía nuclear, porque sin energía no hay desarrollo.
También queremos trasladarle la preocupación de la Corte Electoral por el artículo de la última Rendición de Cuentas que prohíbe el llenado de vacantes, lo cual puede afectar enormemente la transparencia del acto electoral.
El Partido tiene que ser celoso custodio de la justicia electoral, y el pasado lunes recibimos en el Directorio la visita de la integración actual de la Corte con esa preocupación.

¿Ya elevó su renuncia al Directorio este lunes o el mecanismo es otro?

La voy a presentar ante la Convención. Voy a renunciar el sábado a mi condición de Presidente del Directorio del Partido.
Hasta el sábado ejerzo esa condición, y el lunes 29 me iré a despedir de mis compañeros del Directorio en lo que seguramente será mi última reunión integrando el Directorio del Partido.

¿Cómo deja al Partido? ¿Cómo lo ve al momento de retirarse de su conducción?

Primero tenemos que ver lo que tomamos cuando resultamos ser mayoría del Partido en la elección interna de junio del 2004.
El Partido, después de la elección interna, sacó una estupenda votación que superó el 34 % del electorado nacional. Por apenas 9000 votos no fuimos a la segunda vuelta; repechamos una circunstancia de un enorme bajón político electoral que el Partido tuvo en 1999.
Después de la elección de 2004 se abría un camino enorme de desafíos para el Partido Nacional, que era mantener la unidad, consolidar la renovación, y crear una alternativa.
Con franqueza, creo que con el esfuerzo de mucha gente y de todos los sectores, logramos esos objetivos. Mantuvimos la unidad del Partido, que siempre dijimos era una condición sine qua non para tener chance en la elección de 2009, acentuándose el proceso de renovación partidaria. Incluso con el episodio excepcional de la elección de los jóvenes y la incorporación de la Secretaría de la Condición de la Mujer y la Secretaría de Asuntos Sociales a las reuniones semanales del Directorio.
Construimos una alternativa desde una oposición que fue crítica, dura, firme, pero que también propuso y colaboró con el país.
La noche de la elección del 31 de octubre le dijimos al país y a los uruguayos: al país todo, al gobierno lo que se merezca, citando una frase de Wilson Ferreira. Y lo cumplimos.
Prueba de que hemos alcanzado esos objetivos es que hoy el Partido está situado como una alternativa clara al Frente Amplio.
Todo eso lo hemos logrado desde una conducción colectiva del Directorio del Partido. No es algo que me pueda atribuir en exclusividad a mi persona, no sería honesto hacerlo.
Seguramente es el aporte de todos los sectores del Partido, pero tenemos el honor de haber presidido este Directorio que tuvo unidad, renovación, y permitió construir esta alternativa que nos posiciona como el principal desafiante del Frente Amplio. Dicho por todas las encuestas del país, lo cual indica claramente que la conducción del Directorio ha sido percibida positivamente por la población al punto de darnos esa condición de ser alternativa del sistema político uruguayo.

Desde el retorno de la democracia es la primera vez que el Partido no tiene cargos de responsabilidad en el gobierno; la primera vez que el Partido es exclusivamente oposición. ¿Fue difícil mantener vigente al Partido alejado del poder?

Creo que fue una experiencia difícil, sumamente compleja que por supuesto tuvimos que administrar. Porque en una situación que a nuestro juicio fue de exclusivismo muy pronunciado por parte del Frente Amplio y del Presidente de la República, el Partido Nacional no accedió a la participación en las tareas de control en los Entes Autónomos y Servicios Descentralizados, que por Constitución legítimamente le correspondía.
Pero como a último momento incumplieron los compromisos asumidos, el Partido eligió el camino de la intemperie, de ser oposición y que se quedaran con la acumulación de poder.
Por supuesto eso tiene ventajas y desventajas. Las ventajas, que no nos comprometió en las decisiones gubernativas de ninguna naturaleza, ni siquiera por vía de los Entes Autónomos y Servicios Descentralizados. Desventajas, que obviamente el nivel de información como para poder ejercer con mayor acierto todavía la oposición se hizo extremadamente dificultosa.
Desde el punto de vista de estar ausentes de las parcelas de poder obviamente terminaba siendo también un perjuicio, porque el Partido no tenía, salvo los cargos electivos, otras posiciones como para poder mantener su estructura política. Pero creo que prueba la condición irreductible, inconmovible de este Partido, en cuesta arriba, subiendo la cuesta, venciendo las dificultades, pese a todo, contra todo, frente a una acumulación fantástica de poder como pocas veces se ha visto en la historia política del país.
Pese a todo ello el Partido Nacional hoy avanza en el sentimiento de la gente. Y sin poder estribar en posiciones de gobierno está construyendo esa alternativa de la cual nos tenemos que sentir orgullosos, porque el Partido no necesita de cargos para dar respuesta al país, a sus 172 años de construcción nacional, y de una mística insuperable. Legado de los tantos hombres que construyeron la virtualidad política del Nacionalismo, el último de los cuales, Wilson Ferreira.

Ahora comienza una nueva etapa: la del precandidato. De cara a las dos instancias sucesivas previstas en nuestro actual ordenamiento electoral, las internas y las elecciones nacionales ¿cómo hará para armonizar el discurso de modo que se adecue a ambas realidades?

Hay que hacer un mismo discurso para ganar dos veces. Yo quiero ser el candidato único de los blancos para terminar siendo el presidente de todos los uruguayos. No estoy corriendo una penca de 500 metros para ganar la interna de mi partido. Quiero posicionarme como el centro del espectro político nacional. Más allá de los riesgos que esto pueda implicar. Más allá de los costos que esto pueda insumir. El Partido Nacional no puede ganar la próxima elección si exclusivamente piensa en la interna. Y un candidato que piense exclusivamente en la interna, no tiene chance de ganar la elección nacional.
Entonces, hay que mirar la perspectiva de octubre, pasar por el difícil cernidor de junio y comprender obviamente que no hay octubre sin junio. Pero tener un posicionamiento propio de un partido que sea más nacional que partido. Que convoque no solamente a los blancos, sino, en general, a los ciudadanos uruguayos.
Esa va a ser mi línea y de ella no me voy a desviar.
Yo no tengo que dar examen de nacionalista ni de blanco. Y quiero ser fuero de atracción, de confianza, de credibilidad, de apoyo de los compatriotas para poder ser presidente de los uruguayos. Y con ese espíritu y de esa forma voy a trabajar en la interna para intentar volver a ser mayoría en el Partido Nacional. Porque los hombres políticos, en democracia, cada cinco años tenemos que renovar el vale, lo que es muy positivo.
La elección interna es una enorme fortaleza del Partido Nacional y yo la encaro como un estupendo desafío de nuestro partido, de hacer cierta la participación democrática y de no sustituir la voluntad de la gente expresada en las urnas por los conciliábulos de cuatro o cinco dirigentes entre cuatro paredes.
En el Partido Nacional los candidatos son electos por la gente. Con esa perspectiva enfrentaré a partir del lunes 29 de septiembre una nueva etapa hasta el 28 de junio próximo, cuando espero ganar la elección interna. En el medio, trabajo, propuestas, cercanía con la ciudadanía para crear la única relación posible entre el político y la gente que es la relación de compromiso y de respuesta que genere credibilidad.

¿La estrategia tendrá variantes según quiénes sean en definitiva los precandidatos del Frente Amplio?

Mire, yo no quiero que se metan, como se han estado metiendo, en la interna del Partido Nacional. Todos los días recibimos, por vía directa o indirecta, mensajes hacia nuestra interna, lo cual me hace un poco de gracia. Habla de la debilidad de un partido que pretende incidir en la interna de otro para ver si consigue sacar alguna ventaja política menor.
Yo no voy a inmiscuirme en la interna del Frente Amplio. Que elijan al que tengan que elegir. Cualquiera sea el candidato del Frente Amplio, la principal debilidad va a estar en que no va a poder concertar los entendimientos internos dentro de su propia fuerza política.
Mientras que como candidato a la presidencia del Partido Nacional, me siendo con la fortalece de sumar el esfuerzo no solamente de mis compañeros, sino de otras colectividades políticas que puedan sumarse a un gobierno de coalición nacional. No en los formatos de períodos anteriores, que valieron para su tiempo, sino en un formato de futuro que convoque a todos.

¿Cree que el Frente Amplio, si pierde las elecciones, puede llegar a apoyar un gobierno nacional?
Creo que si el Frente Amplio llegara a perder la próxima elección, va a tener enormes sacudimientos internos. Y eso puede llegar a ambientar l posibilidad de conformar un gobierno de coalición que involucre al Partido Nacional, al Partido Colorado, al Partido Independiente y a algún sector o sectores del Frente Amplio. Creo estamos en las mejores condiciones como para poder llevar ese posicionamiento de centro que es imprescindible para ganar la elección de octubre y de noviembre en 2009.
Por otra parte, fue la posición histórica de nuestro partido toda vez que tuvo chance de acceder al poder.
Además, creo que tenemos una deuda pendiente con Wilson, que no es la recordación nostálgica del pasado, sino comprender que Wilson es futuro y llevar sus ideas al próximo gobierno.
En este esquema, un diferencial de nuestra propuesta política va a ser el desarrollo nacional integral; una nueva visión de la descentralización. Porque estamos absolutamente convencidos que el Uruguay crece si crece el Interior. Si hay equilibrio y restablecimiento del principio de igualdad para los ciudadanos de todos los pagos. Si impulsamos la revolución de la dignidad, que se llama trabajo; la de la independencia que se llama educación; la libertad para vencer el miedo que significa mejor seguridad; la inserción externa para vencer los círculos concéntricos de la pobreza interna y la dependencia en el campo internacional. Creo que esos son esquemas centrales de una propuesta política innovadora, transformadora, que aún está pendiente. Siempre se habla de transformación; pero como integramos un país esencialmente conservador, hasta en su partido denominado progresista, con una enorme propensión a mirar hacia atrás y no la construcción del futuro, creo que ese es el principal desafío de la sociedad uruguaya.

¿Si bien ya adelantó algunos conceptos muy claros, que otras ideas fuerza manejará su campaña?

Trabajo. Creo que hay que subsidiar el trabajo para no tener que subsidiar la pobreza.
Desarrollo nacional integral. Políticas tributarias y tarifarias para radicar emprendimientos productivos en el interior. Inclinar el plato de los recursos hacia el interior para empezar a vencer el nuevo rostro de la pobreza que es la marginalidad de los asentamientos de Montevideo, Canelones y muchas otras capitales departamentales.
En los últimos 20 años, 700 mil uruguayos han cambiado de domicilio dentro del país y se han ido a radicar, fundamentalmente en el área metropolitana. En un nuevo mapa humano poblacional. Y lamentablemente el país no ha tenido políticas poblacionales.
Aquello que Wilson alertó hace 35 o más años, cuando hablaba del país que se vaciaba, se ahuecaba, frente a estos números nadie puede discutir que Wilson tenía razón. Y va a tener cada vez más razón si no somos capaces de frenar esos procesos que después terminan con la expulsión de miles de uruguayos, los más jóvenes y los más preparados, que se siguen yendo.

¿Cree que los cambios que prometió y no realizó el Frente Amplio los podrá concretar el Partido Nacional?

Voy a decir algo que dije en la campaña del 2004 y que quiero subrayar en este momento: Es mentira que los cambios en este país son de izquierda o de derecha. El único gran cambio debe ser la forma como concebimos al Uruguay, qué concepción integral de país tenemos. Si tenemos un país más integrado y equilibrado o tenemos un país con fortísimos desequilibrios poblacionales que se trasuntan en exclusión, inequidad, pobreza y ruptura de la igualdad de oportunidades.
No hay igualdad de oportunidades. Hay varios Montevideo. Hay varios Uruguay. Y tenemos que equilibrarlos con un concepto de justicia, de inclusión, de equidad.
Para eso necesitamos trabajo, políticas poblacionales que apunten al desarrollo nacional integral, educación con calidad y equidad, acceso a la salud y seguridad.

Muchos tenemos la percepción que la próxima no será una elección más, sino un cruce de caminos, una elección bisagra que definirá en gran medida nuestro futuro a largo plazo. ¿Concuerda?

Esa es la razón por la cual desde la izquierda se promueve una visión dicotómica que dice: para seguir cambiando no vuelva a lo de antes. Y nosotros no proponemos volver a lo de antes. Por el contrario, convocamos a la construcción del futuro, del país que se viene.
Me parece que la izquierda apunta a seguir recreando un Uruguay dividido y partido al medio, de la confrontación, de los buenos contra los malos, de los progresistas contra los conservadores, de los trabajadores contra los empresarios, de los oficialistas contra los opositores. Esa es la construcción que alimentó a la izquierda durante 30 años hasta llegar al gobierno y fue la misma lógica que utilizó este gobierno del Frente Amplio. Confrontar, también desde el gobierno. Y en ese proceso han quedado por el camino libertades, el respeto a la norma jurídica, una concepción de valores de la sociedad uruguaya, donde no se respetan los feriados patrios y se desconocen los valores identificatorios de la comunidad espiritual de la que hablaba Wilson Ferreira.

Fuente: LA DEMOCRACIA DIGITAL.

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