lunes, 25 de febrero de 2008

ARROJARON LA TOALLA



Sorpresivamente, el pasado lunes 11 el Presidente anunció la remoción de la mayoría de los integrantes del gabinete ministerial.

Que la medida responde a un mero fin electoralista se encargó de confirmarlo el propio doctor Vázquez al afirmar que “ya estamos transitando una nueva etapa electoral” y que al nombrar a los “cabezas de lista” de los distintos grupos que componen el Frente Amplio como Ministros, “se debilitó la fuerza política”.

Mucho se habló de la necesidad de un “recambio generacional”, de una estrategia del Presidente para dotar de mayor agilidad a su gobierno, etc, a la hora de encontrar una explicación para la remoción de los Ministros en cuestión.

Ésta tal vez, habría que buscarla en otro lado.

Incapaces luego de tres años de des-gestión, de solucionar alguno de los problemas encomendados a sus respectivas carteras (estamos en medio de la más grave crisis energética de los últimos años, la política de viviendas brilla por su ausencia, los problemas del agro continúan sin resolverse, el sistema educativo se hunde irremisiblemente, las relaciones con Argentina pasan por el peor momento histórico), los máximos referentes de la izquierda nacional optaron por arrojar la toalla y abandonar el ring.

Urgidos por la cercanía de la próxima contienda electoral, las tendencias negativas arrojadas por las últimas encuestas hacia la gestión del Frente Amplio, y la lucha por la sucesión del doctor Vázquez, los líderes de la izquierda uruguaya mandaron a pasear el compromiso asumido ante la ciudadanía y con el país, sacrificando los intereses supremos de la Nación a las mezquinas ambiciones personales y sectoriales.

¿Qué prueban con esto? Que no estaban preparados para gobernar el país.

Porque más allá de los discursos y de las promesas nunca concretadas, más allá de las declaraciones chabacanas lindantes con lo grosero con las cuales algunos pretenden ocultar su propia incapacidad y mediocridad, lo real y cierto es que los Ministros removidos fracasaron estrepitosamente en la tarea que les fuera asignada.

Y no se trata sólo de fracasos personales: la gran mayoría de los Ministros cesados son a la vez la cabeza principal de muchos de los partidos y sectores componentes del Frente Amplio, por lo que a la hora de hablar de fracasos y de incompetencia, habría que hablar del fracaso y de la incompetencia de esta colectividad política, que una vez que tuvo el gobierno en sus manos, no supo qué hacer con él.

¿Qué credibilidad, qué confianza le podrán inspirar a la gente dentro de dos años los dirigentes de la izquierda cuando salgan otra vez a pedirle “prestado” el voto? ¿Qué dirán? ¿Qué la oposición de los Partidos Tradicionales fue durísima y eso les impidió hacer lo que prometieron? ¿Qué cinco años no bastaron y que precisan otro período más en el gobierno? ¿O tendrán la valentía de reconocer que en realidad nunca estuvieron preparados para gobernar, que todo lo que nos dijeron durante treinta años fue mentira y que es mejor ser oposición y no gobierno, calentar una banca en el Senado para así “trabajar menos y ganar más”, como descaradamente lo confesara el señor Mujica?

En definitiva...

Tabaré sacó a los titulares del “equipo de gobierno” y colocó a los suplentes. Es de desear que no le vaya como a Matosas...

Columna publicada en Diario El Heraldo, martes 19 de febrero de 2008

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