jueves, 4 de junio de 2009

Unidad para ganar. Análisis




Nuestra colectividad política, en sus 173 años de trayectoria se ha guiado por un imperativo de carácter ético: primero la Patria.
Ese mandato histórico es el que le ha permitido permanecer como el guardián de la legalidad, la democracia y el interés nacional. Cada vez que el país lo necesita, reclama a la gran fuerza positiva de la Patria, el Partido Nacional.
Por estos tiempos los uruguayos hemos llegado a una cruz de caminos. Tenemos que elegir qué rumbo vamos a tomar, si el camino que nos lleva a repetir la historia, o si nos disponemos a hacer la historia, la de todos los uruguayos.
Nuestros hijos no pueden heredar como futuro, las peleas y disputas de nuestro pasado.
No tenemos derecho como sociedad a dejarlos rehenes de un tiempo de enfrentamiento y división. El Frente Amplio nos ofrece pasado. El candidato oficial de la coalición de izquierda propone más de lo mismo. Es decir prescindir de la mitad de los uruguayos en la construcción del destino nacional, apostar a la confrontación, no permitir que nos reconciliemos.Nuestro país necesita que gane el Partido Nacional.
Llegó el tiempo de mirar para adelante.
Al pasado no se le gana con más pasado, se le gana con futuro.
La izquierda uruguaya camuflada de progresista, generó una colosal ilusión entre miles de compatriotas para después defraudarlos. Han defraudado porque no cumplieron, prometieron lo que no podían hacer o no supieron hacer lo que prometieron. En cualquier caso, demagogia o incapacidad, cualquiera sea la razón de su fracaso, erosionaron los principales valores de una sociedad, la confianza, el respeto, la esperanza y la ilusión. El gobierno del Frente Amplio no ha sido ni progresista, ni nacional ni popular. No fue progresista porque la pretendida redistribución de la riqueza no ha sido tal.
En Uruguay los más pobres son más pobres y los ricos son más ricos. Ha castigado a la clase media con el IRPF y a los pobres con la inflación, que intentó maquillar manejando precios y tarifas. El Frente no es progresista porque ha preferido subsidiar la pobreza, estatizarla, salarizarla y continuar con la cadena de dependencia de los pobres respecto al Estado en lugar de hacer hincapié en el trabajo y la producción. Los pobres son para la izquierda un electorado cautivo, al cual pretende recurrir en esta elección para retener el poder, como reconoció hace tiempo atrás el Director de la OPP.
Cuando advertíamos al gobierno sobre el impacto de la crisis financiera internacional lo hacíamos para que reaccionara y precaviera riesgos. Todas las crisis las pagan los trabajadores, donde primero se siente una crisis es en el trabajo. Por eso queríamos que el Frente adoptara medidas. Para cuidar el trabajo de los uruguayos. No lo hizo. Hoy se aumenta el gasto, se aumenta el déficit porque han sido irresponsables, y van a perjudicar a los que menos tienen. Eso tampoco es progresista ni popular. Tampoco han tenido vocación nacional, eligieron la exclusión política por sobre la posibilidad de los acuerdos y las políticas de consenso. La izquierda malversó la confianza de los uruguayos. Hay que ir al rescate de esos sentimientos para poder reconstruirnos como Comunidad Espiritual, recuperando el sentido de Nación. Ese es el rumbo de nuestro proyecto. Reconocer en el otro, alguien capaz y con derecho de aportar a la construcción nacional. El destino de los uruguayos como proyecto compartido. Esa tarea es la que nos motiva. Somos depositarios de la esperanza de miles de uruguayos, y tenemos que estar a la altura de ese sentimiento.
Para eso queremos ganar.Queremos ganar para construir una sociedad de uruguayos. El Partido Nacional orientado por el único interés que nos resulta válido, el interés nacional. Por la Patria. La coyuntura histórica reclama la victoria del Partido Nacional, para unirnos.
Para esto hay que pasar la página de la historia.
No es prolongando el pasado que vamos a llegar al futuro.Nuestra postulación es la alternativa al continuismo frenteamplista, es la alternativa a la confrontación, es la alternativa al pasado. No tenemos cuentas que pagar ni cuentas que cobrar. Estamos cien por ciento comprometidos con el futuro. Renovamos generacional e ideológicamente al Partido Nacional y con él al sistema político todo. Llevamos al Partido del 22% de 1999 hasta el 35% en 2004; no resignamos dignidad cuando se nos pretendió avasallar por parte del oficialismo progresista. Le dimos cabida a los jóvenes, a la mujer y recuperamos la Secretaría de Asuntos Sociales. Volvimos a conectarnos con la gente.Construimos y propiciamos la unidad interna. A las ideas le sumamos la fuerza de la unidad.Recuperamos el orgullo de sentirnos blancos. La impronta de nuestra gestión de conducción del Partido Nacional la marcó la unidad, entendida como resultado del diálogo y consenso, no confundiendo unidad con unanimidad ni retaceando el democrático derecho a disentir. Desde la Oposición construimos la alternativa. Ese es el valor que entendemos necesitaba el Partido y necesita Uruguay, unidad construida, cimentada sobre el intercambio de todos los pareceres y visiones, utilizando la diversidad como activo de una unidad durable, real y útil. Estamos en condiciones de corresponder a la tradición partidaria de servicio al interés nacional. No queremos la victoria para el regocijo personal ni al Poder para privilegio de un sector. Queremos una victoria que tenga sentido wilsonista.
En 2004 el Frente prometió futuro y nos dio pasado. Ahora toda su oferta va a ser pasado.
El futuro le tiene que ganar al pasado. Si por decir lo que pensamos que el país precisa, perdemos, no vale la pena ganar.

No hay comentarios: