lunes, 1 de junio de 2009

Larrañaga quiere ser el “candidato del interior”


SEMUESTRA BAQUIANO ENTRE LOS PAISANOS Y LES DA RECETAS PARA SUS MALES

Larrañaga despliega en el interior una “ofensiva” para consolidar el predominio que según las encuestas tiene sobre Lacalle en esa porción del país. Es un terreno donde el líder de Alianza Nacional se muestra baquiano y se postula como “el candidato del interior”.

“A veces me despierto de mañana y no sé dónde estoy”, confesó Jorge Larrañaga mientras degustaba una costilla con fritas en su almuerzo del viernes 29 de mayo en el hotel Nirvana de Colonia Suiza.

Esa mañana contó a Ultimas Noticias que amaneció “escuchando los teros gritar” mientras tomaba “solo” mate a las 6.30, porque “no desayuno”, explicó.

El ex intendente sanducero de 52 años le saca jugo a su condición de “hombre del interior” para meterse en lo profundo de los pueblos y pararse cara a cara con el paisanaje. “En estos meses he saludado a unas 120.000 personas y realizado 700 asambleas en todo el país”, relata con orgullo.

Baquiano, se cuelga un poncho y matea con vecinos como si fuera uno más, habla de recetas caseras, pregunta sobre el lugar demostrando conocerlo y se entromete en los temas del campo con argumentos. “Quiero ser el candidato del interior”, repite. El destino del viernes de su embestida electoral por el interior fue el departamento de Colonia.

Temprano en la mañana disertó ante empresarios, al mediodía atendió medios de prensa locales, grabó avisos para una lista local, en la tarde visitó Conchillas, luego se fue a la capital de Colonia para ofrecer una conferencia de prensa en la Junta Departamental. Remató el día con dos actos en Juan Lacaze y Tarariras, y acompañando a su “querido amigo” Carlos “Cabeza” Camy (candidato a intendente por Alianza Nacional en San José) en la presentación de su lista en la Corte Electoral, minutos después de las 23.00.

A las 12.30, mientras esperaba el almuerzo, contó anécdotas de viajes y cosas que le dicen en las movilizaciones: “El otro día un policía me vino a saludar y me dijo ‘el senador de los humildes’”, recordó.

También hizo memoria de su viaje con sus hijos mayores a Disney y habló con orgullo de su bebé de 6 meses.

A las 13.35 terminó el panqueque con dulce de leche que eligió como postre y se fue a “sestear”. Diez minutos después de las 15 se subió al auto para dirigirse a Conchillas.

“Este paisano tiene gota, que tome té de congorosa”, le dijo a un veterano dolorido de la rodilla, mientras hacía sonar el mate. “No es colorado este poncho, es un poncho federal, del ejército de Artigas del lado argentino”, explicó mientras mostraba su abrigo rojo oscuro con vivos negros.

Así de distendido y cercano se muestra Larrañaga.

Sobre las 17.45 ofreció una conferencia de prensa en Colonia. Hora y media más tarde llegó a Juan Lacaze para encabezar un acto en el club Uruguay junto a dirigentes locales. “Cuando sea presidente lo queremos ver por acá”, le gritó una vecina abrigada hasta la nariz. A las 20.40 una docena de jinetes y 10 autos esperaban al precandidato en la entrada a Tarariras para conducirlo en caravana. En el acto lo esperaban con una torta casera bañada en merengue blanco y la inscripción “Bienvenido Larrañaga” con letras celestes.

El perfil de la gente que lo siguió el viernes en Colonia podría establecerse que fue de nivel medio y bajo. No había camionetas cuatro por cuatro, y los lugares eran clubes sociales sin lujos, y Larrañaga supo decir lo que querían escuchar.

“No quiero ser un presidente que ande rodeado de guardaespaldas, quiero ser un presidente que ande por todo el Uruguay”, dijo en Tarariras minutos después de las 21.00.

Una vida en la ruta

El líder de Alianza se mueve en su auto personal color gris metalizado de alta gama con chapa de Paysandú, manejado por un chofer que se dedica a transportarlo en el interior exclusivamente; para Montevideo tiene otro. En el vehículo lleva de todo: ropa, bebida, golosinas, alcohol en gel para desinfectarse y hasta un facón de por lo menos 30 centímetros de largo. Las horas en la ruta las mata entre lectura, llamadas por celular y escuchando Los Nocheros y Pablo Estramín. También hay momentos para el sueño.

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