
CONSIDERÓ CONTRADICTORIA LA ACTITUD DEL GOBIERNO DE CRITICAR A LA FEDERACIÓN RURAL
El precandidato blanco, Jorge Larrañaga, marcó la dualidad del gobierno con respecto a sus actuales críticas hacia la Federación Rural siendo que antes “Mujica andaba abrazado con algún dirigente que en su momento fuera fundador de la JUP”, en alusión a Hugo Manini Ríos.
En un fervoroso acto realizado anoche en el club Albatros del que participaron todas las listas y representantes de Alianza Nacional, Larrañaga sostuvo que la actual administración “tiene una suerte de tic antidemocrático porque todos lo que osan criticar a este gobierno inmediatamente son calificados (como) de derecha y de fascistas”.
Sin mencionarlo, comparó esta realidad con la del gobierno argentino al afirmar que “entran en el estilo de algún país vecino cuyos gobernantes toda vez que reciben una crítica descalifican al adversario, lo procuran deslegitimar”. Y profundizó el concepto: “Es lo que hicieron hace un par de días cuando el presidente se enojó con la Federación Rural. Resulta que nunca se enojaron cuando el señor Mujica andaba abrazado de varios dirigentes gremiales devenidos en dirigentes políticos, incluso de algún dirigente gremial rural que en su momento fuera fundador de la JUP”.
Recordando las instancias de la Concertación para el Crecimiento impulsada por la izquierda y de la que participó la Federación Rural durante el gobierno de Batlle, Larrañaga indicó que “ahí, cuando criticaban al gobierno anterior, no importaba, estaba bien la Federación Rural. Ahora, como los critican a ellos, resulta que extralimitan sus funciones gremiales”.
En relación a las internas, el precandidato sostuvo que “en la definición de las candidaturas únicas, se define el Uruguay por los próximos cinco años”. Al respecto dijo que “estamos ante una decisión trascendente, donde el imperativo fundamental es sacar a este gobierno disfrazado de una prepotencia disimulada que ha llevado adelante en los últimos años. De sacar a este gobierno que confrontó para intentar alcanzar el gobierno; durante más de 20 años confrontaron dividiendo a la sociedad uruguaya entre buenos y malos para intentar acceder al gobierno, y después que lo lograron, desde el gobierno también volvieron a confrontar”.
Otra de las dicotomías planteadas por Larrañaga, quien ensayó un discurso polarizador, fue afirmar que “el 28 la opción va a ser entre la radicalización de una izquierda antigua, y un gobierno renovador, moderno, audaz y esperanzador del Partido Nacional”. Y volvió a arremeter contra Mujica: “La opción entre un candidato cargado de años y de cicatrices y un proyecto de renovación wilsonista, de esperanza, con audacia, con proyectos, con respuestas y con equipo”.
Durante su alocución, Larrañaga se refirió a su labor como presidente del Directorio blanco en favor de la unidad y del crecimiento de su fuerza política. En ese sentido recordó que “levantamos un partido de 22% y lo llevamos al 35% en el 2004”.
Sobre el final del discurso introdujo un concepto pocas veces manejado hasta el momento, el de la paz. “Yo quiero hablar de futuro, pero quiero también echar una pequeña mirada hacia atrás y traer aquel pensamiento de Luis Alberto de Herrera que en un momento crucial de la vida nacional terminó diciéndole al país, al Uruguay, a su gente: ‘que se lleven todo, absolutamente todo, menos la paz de la República’. Para eso está el Partido Nacional. Somos la paz de la República, quienes aseguramos la paz del trabajo, la paz de la educación, la paz de la equidad, la paz de la justicia, la paz de la seguridad, la paz de la esperanza”.
Fuente: Diario Ultimas Noticias, miércoles 4 de junio de 2009
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