Larrañaga. Ayer copó la rambla con más de 1.500 vehículos
FEDERICO CASTILLO
La rambla de Montevideo se tapizó ayer con colores blancos y celestes. El precandidato Jorge Larrañaga encabezó una caravana con más de 1.500 vehículos que culminó con un acto en Carrasco. "Los adversarios no están en el partido", dijo.
Autos, camionetas, camiones, motos y hasta un tractor amarillo. Si algo no faltó en la caravana de Larrañaga fue lo pintoresco. Al punto de ofrecer algunas perlas insólitas como un móvil de la Lista 40 que llevaba arriba a un Teletubbie y al oso Winnie The Pooh, arengando a los niños que veían durante el recorrido. En otra de las chatas -de una lista del senador Ruperto Long- unas morenas vestidas con malla amarilla bailaban al ritmo de samba, se autodenominaban "Las Longuitas".
A la hora 10 ya habían varios autos estacionados a lo largo de la rambla, desde las canteras del Parque Rodó hasta cerca de la Ciudad Vieja, esperando el momento para partir en caravana hasta Carrasco. La costa de Montevideo se teñía de colores nacionalistas en un mañana de Sol brillante.
A la altura de Ejido, el movimiento era importante. La diputada Beatriz Argimón repartía gorros y banderas y el diputado Jorge Gandini arengaba a los suyos. Varios militantes dispersados por toda la rambla ultimaban detalles a través de walkie-talkies. Cerca del Teatro de Verano, frente al Club de Pesca Ramírez, estacionó la camioneta blanca que llevaría a Larrañaga en su caja trasera.
Marcha. De camisa blanca y pantalón negro, el precandidato esperó unos cuantos minutos después de la hora 11 para iniciar la caravana. Antes se subió a la caja de la camioneta junto a su pequeño hijo Aparicio y desandó el trecho hasta la Ciudad Vieja para saludar a quienes estaban en los automóviles estacionados y "agradecerles el esfuerzo" de sumarse a la marcha.
Después volvió al punto de partida y largó la caravana. Unos jóvenes enfundados en banderas del Partido Nacional lo acompañaron parados en la parte trasera de la camioneta.
Con micrófono en mano, Larrañaga iba agradeciendo el saludo de quienes cruzaba en su camino. Ese fue un detalle, por lo menos, llamativo y diferente a otras caravanas partidarias, ya que por momentos permitía individualizar su saludo en una caravana multitudinaria. "Gracias, señora", le dijo a una solitaria mujer que estaba parada en medio de un cantero en la rambla. Enseguida pasó un grupo de ciclistas que lo saludaron al grito de "¡Vamos Guapo!", y en los parlantes de la camioneta se escuchó la respuesta del precandidato: "Gracias, muchachos".
Después de una hora y media de recorrido, la caravana llegó hasta su destino final, frente al Hotel Casino Carrasco.
En ese lugar, en la rambla, un estrado aguardaba al precandidato de Alianza Nacional para cerrar el evento con su discurso.
Comenzó adelantando el saludo a todas las madres en su día e individualizó el mensaje en su mamá, de 86 años, que emocionada siguió el discurso sentada en primera fila.
Larrañaga habló de unidad partidaria y destacó su gestión al frente del Partido Nacional para lograrla. "Nuestros adversarios no están dentro del Partido Nacional, están en el Frente Amplio", afirmó, y dijo que la coalición de izquierda "cambió la alegría y la esperanza por la frustración y el desengaño".
Aseguró además que el Partido Nacional se levanta como el partido de la "dignidad" oponiéndose a una izquierda cuyos candidatos "fracasaron como ministros".
Larrañaga anunció que el cierre de campaña será el 21 de junio en el emblemático Obelisco a los Constituyentes, y afirmó que el domingo 28 de junio será electo como candidato único a la Presidencia de la República por el Partido Nacional.
El País Digital, domingo 10 de mayo de 2009
Autos, camionetas, camiones, motos y hasta un tractor amarillo. Si algo no faltó en la caravana de Larrañaga fue lo pintoresco. Al punto de ofrecer algunas perlas insólitas como un móvil de la Lista 40 que llevaba arriba a un Teletubbie y al oso Winnie The Pooh, arengando a los niños que veían durante el recorrido. En otra de las chatas -de una lista del senador Ruperto Long- unas morenas vestidas con malla amarilla bailaban al ritmo de samba, se autodenominaban "Las Longuitas".
A la hora 10 ya habían varios autos estacionados a lo largo de la rambla, desde las canteras del Parque Rodó hasta cerca de la Ciudad Vieja, esperando el momento para partir en caravana hasta Carrasco. La costa de Montevideo se teñía de colores nacionalistas en un mañana de Sol brillante.
A la altura de Ejido, el movimiento era importante. La diputada Beatriz Argimón repartía gorros y banderas y el diputado Jorge Gandini arengaba a los suyos. Varios militantes dispersados por toda la rambla ultimaban detalles a través de walkie-talkies. Cerca del Teatro de Verano, frente al Club de Pesca Ramírez, estacionó la camioneta blanca que llevaría a Larrañaga en su caja trasera.
Marcha. De camisa blanca y pantalón negro, el precandidato esperó unos cuantos minutos después de la hora 11 para iniciar la caravana. Antes se subió a la caja de la camioneta junto a su pequeño hijo Aparicio y desandó el trecho hasta la Ciudad Vieja para saludar a quienes estaban en los automóviles estacionados y "agradecerles el esfuerzo" de sumarse a la marcha.
Después volvió al punto de partida y largó la caravana. Unos jóvenes enfundados en banderas del Partido Nacional lo acompañaron parados en la parte trasera de la camioneta.
Con micrófono en mano, Larrañaga iba agradeciendo el saludo de quienes cruzaba en su camino. Ese fue un detalle, por lo menos, llamativo y diferente a otras caravanas partidarias, ya que por momentos permitía individualizar su saludo en una caravana multitudinaria. "Gracias, señora", le dijo a una solitaria mujer que estaba parada en medio de un cantero en la rambla. Enseguida pasó un grupo de ciclistas que lo saludaron al grito de "¡Vamos Guapo!", y en los parlantes de la camioneta se escuchó la respuesta del precandidato: "Gracias, muchachos".
Después de una hora y media de recorrido, la caravana llegó hasta su destino final, frente al Hotel Casino Carrasco.
En ese lugar, en la rambla, un estrado aguardaba al precandidato de Alianza Nacional para cerrar el evento con su discurso.
Comenzó adelantando el saludo a todas las madres en su día e individualizó el mensaje en su mamá, de 86 años, que emocionada siguió el discurso sentada en primera fila.
Larrañaga habló de unidad partidaria y destacó su gestión al frente del Partido Nacional para lograrla. "Nuestros adversarios no están dentro del Partido Nacional, están en el Frente Amplio", afirmó, y dijo que la coalición de izquierda "cambió la alegría y la esperanza por la frustración y el desengaño".
Aseguró además que el Partido Nacional se levanta como el partido de la "dignidad" oponiéndose a una izquierda cuyos candidatos "fracasaron como ministros".
Larrañaga anunció que el cierre de campaña será el 21 de junio en el emblemático Obelisco a los Constituyentes, y afirmó que el domingo 28 de junio será electo como candidato único a la Presidencia de la República por el Partido Nacional.
El País Digital, domingo 10 de mayo de 2009
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