Jorge Larrañaga está convencido de que va a ganarle las internas al ex presidente Luis Alberto Lacalle. También asegura que es el único candidato que puede ganarle a José Mujica, que, según él, será el vecedor de la interna frenteamplista. En entrevista con el programa No Toquen Nada, confesó que por su actividad política sacrificó muchas cosas, como ver crecer a su hijo, que no tiene sábados ni domingos y que no trabaja sólo en año electoral.
En 2004, las encuestas le daban una diferencia de seis o siete puntos a Larrañaga, pero terminó ganando por 32. Esas mismas encuestas, hoy lo dan como ganador a Lacalle. “Eso vamos a ver”, sentenció Larrañaga.
El senador de Alianza Nacional quiere ser presidente para recuperar los valores, que, según él, están olvidados en la sociedad uruguaya. “El respeto, la Nación, la Patria misma, hoy están vulgarizados, despreciados”, se lamentó.
Piensa que los uruguayos perdieron el respeto entre sus pares y que “simplificadamente, terminamos culpando a los jóvenes. ¿No será que los mayores tenemos culpas y responsabilidades?”, cuestionó.
Aclaró que está en trámites de divorcio y que tiene otra relación, pero eso no quiere decir que “no esté de acuerdo con la familia tradicional, que no sea defensor de ella”. Además, citó el título de una película norteamericana para ilustrar su vida privada: “Mi vida es mi vida”, dijo.
Dado que su sector defiende a la familia tradicional, no está de acuerdo ni con el matrimonio entre personas del mismo sexo ni con la adopción por parte de parejas gays. Sin embargo, apoya la unión concubinaria.
La educación primaria profundiza las desigualdades, dijo, lo que no sucedía hacía 30 años cuando “nos igualaban la educación y el deporte. Hoy lamentablemente tenemos una escuela pública para gente pobre y una escuela privada para gente con más recursos económicos”.
Este miércoles, Larrañaga tendrá su propio acto en homenaje a los asesinados el 20 de mayo de 1976, Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. Ese acto no coincidirá con la tradicional Marcha del Silencio. “Me parece que tenemos derecho a hacerlo”, indicó, al mismo tiempo que aclaró que no es la primera vez que recuerdan esta fecha y que no lo hacen porque sea año electoral.
“Reivindicamos un hecho que parece natural: que esos esos asesinatos estén excluidos de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado”, argumentó, aunque dijo que “no es cierto que si se anula la ley vaya a haber más verdad y más justicia”. Opinó que cuando el Pit-Cnt comenzó a juntar firmas para anularla, “le quebró la muñeca a Vázquez y a todo el Frente Amplio”. De todas formas, admitió que “han habido avances en términos positivos, no tengo empacho en expresarlo”.
En referencia al sector político de Alberto Perdomo, que presentó el 10% de las listas que apoyan a Larrañaga en el departamento de Canelones, el precandidato consideró que es una opción legítima: “es la forma de reivindicar la participación en la actividad política”. Si no fuera así, aclara, la política se haría solamente “desde las élites, desde los dirigentes de arriba, de quienes tienen posibilidades. Esta es gente que quiere participar, que no va detrás de un jingle, de una banderita”.
Para lograr esa adherencia de la gente, Larrañaga contó que hace 20 años que hace 20.000 kilómetros anualmente: “no tengo sábados ni domingos ni feriados”. Aclaró que esto no se debe a estar en un año electoral: “yo soy un luchador permanente, no soy zafral, yo trabajo los cinco años”.
Confesó que entre todo el sacrificio que conlleva la actividad política, en 20 años, no pudo disfrutar enteramente de sus hijos. “Uno tiene como ser humano siempre la posibilidad de tener arrepentimientos al dejar de lado situaciones que no son repetibles en la vida, aunque haya sido por voluntad propia”, se lamentó.
“La gente a veces cree que andamos, poco menos que en una nube, flotando en un mar de bienestar, de placidez y de poder, cuando no es así”, aclaró: “muchas veces no tenemos derecho a cansarnos, sacrificamos el tiempo de familia, de la posibilidad de tener tiempo con los amigos, de disfrutar de las cosas sencillas y cotidianas”. Aseguró que no hay nada más duro que representar a la gente y asumir compromisos, ya que esa es “una mochila cargada de piedras”.
“Amigo es otra cosa”
La interna del Partido Nacional (PN) es la única que aún está en juego, según Larrañaga. Dice que el resto de los candidatos ya están definidos y se considera el único que le asegura a la oposición ganarle a Mujica en las elecciones nacionales. Argumenta que él es “la renovación del partido”, ya que lo sacó de un 22% y lo llevó hasta el 35% y destaca: “fui el presidente del Directorio que mantuve unido al PN”.
Más allá de las encuestas, Larrañaga cree en lo que percibe en la calle. “Tengo 52 años y estoy en la actividad política desde los 10, cuando acompañaba a mi padre a todos los actos”, contó. Afirmó que su extensa vida electoral le dio un “olfato político muy bueno”; y si bien admite que hay una competencia importante con Lacalle, asegura que le ganará al ex presidente en junio y en octubre o noviembre a Mujica. “No es una inmodestia, no es una expresión vanidosa, ni una depreciación de los adversarios: es una convicción”, sostuvo, y agregó que su proyecto político “es el mejor proyecto con el mejor equipo para poder ganarle a la izquierda y gobernar el país”. Recordó que en 1999, “en soledad y desde el interior del país, con muy pocos dirigentes levanté una lista al Senado, en la peor coyuntura del PN”. En esa oportunidad obtuvo 160.000 votos.
“Siempre supe que Lacalle iba a estar en carrera”, confesó Larrañaga con respecto a la carta que escribió el ex presidente, donde ponía en duda su candidatura. El líder de Alianza Nacional lo consideró como “un retiro momentáneo” y aclaró: “yo no sirvo para replegarme y luego intentar avanzar”.
Larrañaga dijo que mantiene una relación de respeto con su rival dentro del PN aunque “a veces hay algún codazo, pero siempre con repeto y con franqueza. Amigo es otra cosa”, comentó.
Se siente respetado por el Herrerismo, “porque he sido un hombre comprometido con la unidad de mi partido”, indicó. A nivel de propuestas, se diferenció del resto de los candidatos: “no hay semana que no estemos proponiendo ideas”.
Las mismas encuestas de hace pocos días, dijo, daban que la toda oposición no alcanzaba al Frente Amplio, pero hoy en día, lo superan. “Yo digo que depende”, puntualizó: “porque tampoco podemos sumar al Partido Independiente a la oposición, entendida como blancos y colorados; eso dependerá de quien sea el candidato del PN”.
Hace unas semanas, el semanario Búsqueda entrevistó al líder de Alianza Nacional, donde se negó a “destapar el tarro” con respecto a la corrupción en el gobierno de Lacalle. Dijo que de eso se encargaría el Frente Amplio.
“Yo tenía razón”, le dijo a NTN, “porque si miramos el número siguiente de Búsqueda, Eduardo Bonomi habla de la corrupción”.
Al ser consultado si ese sería el talón de Aquiles en una eventual campaña de Lacalle hacia las elecciones nacionales, Larrañaga respondió: “lo que dije, ya lo dije. Además no va a ser el talón de Aquiles de Lacalle, porque el candidato del PN voy a ser yo”.
Fuente: 180.com.uy
En 2004, las encuestas le daban una diferencia de seis o siete puntos a Larrañaga, pero terminó ganando por 32. Esas mismas encuestas, hoy lo dan como ganador a Lacalle. “Eso vamos a ver”, sentenció Larrañaga.
El senador de Alianza Nacional quiere ser presidente para recuperar los valores, que, según él, están olvidados en la sociedad uruguaya. “El respeto, la Nación, la Patria misma, hoy están vulgarizados, despreciados”, se lamentó.
Piensa que los uruguayos perdieron el respeto entre sus pares y que “simplificadamente, terminamos culpando a los jóvenes. ¿No será que los mayores tenemos culpas y responsabilidades?”, cuestionó.
Aclaró que está en trámites de divorcio y que tiene otra relación, pero eso no quiere decir que “no esté de acuerdo con la familia tradicional, que no sea defensor de ella”. Además, citó el título de una película norteamericana para ilustrar su vida privada: “Mi vida es mi vida”, dijo.
Dado que su sector defiende a la familia tradicional, no está de acuerdo ni con el matrimonio entre personas del mismo sexo ni con la adopción por parte de parejas gays. Sin embargo, apoya la unión concubinaria.
La educación primaria profundiza las desigualdades, dijo, lo que no sucedía hacía 30 años cuando “nos igualaban la educación y el deporte. Hoy lamentablemente tenemos una escuela pública para gente pobre y una escuela privada para gente con más recursos económicos”.
Este miércoles, Larrañaga tendrá su propio acto en homenaje a los asesinados el 20 de mayo de 1976, Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. Ese acto no coincidirá con la tradicional Marcha del Silencio. “Me parece que tenemos derecho a hacerlo”, indicó, al mismo tiempo que aclaró que no es la primera vez que recuerdan esta fecha y que no lo hacen porque sea año electoral.
“Reivindicamos un hecho que parece natural: que esos esos asesinatos estén excluidos de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado”, argumentó, aunque dijo que “no es cierto que si se anula la ley vaya a haber más verdad y más justicia”. Opinó que cuando el Pit-Cnt comenzó a juntar firmas para anularla, “le quebró la muñeca a Vázquez y a todo el Frente Amplio”. De todas formas, admitió que “han habido avances en términos positivos, no tengo empacho en expresarlo”.
En referencia al sector político de Alberto Perdomo, que presentó el 10% de las listas que apoyan a Larrañaga en el departamento de Canelones, el precandidato consideró que es una opción legítima: “es la forma de reivindicar la participación en la actividad política”. Si no fuera así, aclara, la política se haría solamente “desde las élites, desde los dirigentes de arriba, de quienes tienen posibilidades. Esta es gente que quiere participar, que no va detrás de un jingle, de una banderita”.
Para lograr esa adherencia de la gente, Larrañaga contó que hace 20 años que hace 20.000 kilómetros anualmente: “no tengo sábados ni domingos ni feriados”. Aclaró que esto no se debe a estar en un año electoral: “yo soy un luchador permanente, no soy zafral, yo trabajo los cinco años”.
Confesó que entre todo el sacrificio que conlleva la actividad política, en 20 años, no pudo disfrutar enteramente de sus hijos. “Uno tiene como ser humano siempre la posibilidad de tener arrepentimientos al dejar de lado situaciones que no son repetibles en la vida, aunque haya sido por voluntad propia”, se lamentó.
“La gente a veces cree que andamos, poco menos que en una nube, flotando en un mar de bienestar, de placidez y de poder, cuando no es así”, aclaró: “muchas veces no tenemos derecho a cansarnos, sacrificamos el tiempo de familia, de la posibilidad de tener tiempo con los amigos, de disfrutar de las cosas sencillas y cotidianas”. Aseguró que no hay nada más duro que representar a la gente y asumir compromisos, ya que esa es “una mochila cargada de piedras”.
“Amigo es otra cosa”
La interna del Partido Nacional (PN) es la única que aún está en juego, según Larrañaga. Dice que el resto de los candidatos ya están definidos y se considera el único que le asegura a la oposición ganarle a Mujica en las elecciones nacionales. Argumenta que él es “la renovación del partido”, ya que lo sacó de un 22% y lo llevó hasta el 35% y destaca: “fui el presidente del Directorio que mantuve unido al PN”.
Más allá de las encuestas, Larrañaga cree en lo que percibe en la calle. “Tengo 52 años y estoy en la actividad política desde los 10, cuando acompañaba a mi padre a todos los actos”, contó. Afirmó que su extensa vida electoral le dio un “olfato político muy bueno”; y si bien admite que hay una competencia importante con Lacalle, asegura que le ganará al ex presidente en junio y en octubre o noviembre a Mujica. “No es una inmodestia, no es una expresión vanidosa, ni una depreciación de los adversarios: es una convicción”, sostuvo, y agregó que su proyecto político “es el mejor proyecto con el mejor equipo para poder ganarle a la izquierda y gobernar el país”. Recordó que en 1999, “en soledad y desde el interior del país, con muy pocos dirigentes levanté una lista al Senado, en la peor coyuntura del PN”. En esa oportunidad obtuvo 160.000 votos.
“Siempre supe que Lacalle iba a estar en carrera”, confesó Larrañaga con respecto a la carta que escribió el ex presidente, donde ponía en duda su candidatura. El líder de Alianza Nacional lo consideró como “un retiro momentáneo” y aclaró: “yo no sirvo para replegarme y luego intentar avanzar”.
Larrañaga dijo que mantiene una relación de respeto con su rival dentro del PN aunque “a veces hay algún codazo, pero siempre con repeto y con franqueza. Amigo es otra cosa”, comentó.
Se siente respetado por el Herrerismo, “porque he sido un hombre comprometido con la unidad de mi partido”, indicó. A nivel de propuestas, se diferenció del resto de los candidatos: “no hay semana que no estemos proponiendo ideas”.
Las mismas encuestas de hace pocos días, dijo, daban que la toda oposición no alcanzaba al Frente Amplio, pero hoy en día, lo superan. “Yo digo que depende”, puntualizó: “porque tampoco podemos sumar al Partido Independiente a la oposición, entendida como blancos y colorados; eso dependerá de quien sea el candidato del PN”.
Hace unas semanas, el semanario Búsqueda entrevistó al líder de Alianza Nacional, donde se negó a “destapar el tarro” con respecto a la corrupción en el gobierno de Lacalle. Dijo que de eso se encargaría el Frente Amplio.
“Yo tenía razón”, le dijo a NTN, “porque si miramos el número siguiente de Búsqueda, Eduardo Bonomi habla de la corrupción”.
Al ser consultado si ese sería el talón de Aquiles en una eventual campaña de Lacalle hacia las elecciones nacionales, Larrañaga respondió: “lo que dije, ya lo dije. Además no va a ser el talón de Aquiles de Lacalle, porque el candidato del PN voy a ser yo”.
Fuente: 180.com.uy
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