sábado, 14 de febrero de 2009

Comerciantes pidieron a Larrañaga “tolerancia cero”


EL PRECANDIDATO SE ENFRENTÓ A RECLAMOS POR LA INSEGURIDAD

Un puñado de comerciantes del Cerrito de la Victoria enfrentó ayer al precandidato Jorge Larrañaga para reclamarle respuestas ante la inseguridad de la zona. Pidieron “tolerancia cero”.

“Yo no sé si te voy a votar, vine a preguntar para saber qué respuestas tenés”, le dijo ayer Alejandro (36), dueño de un autoservicio del Cerrito de la Victoria (Chimborazo y Gral. Flores), cara a cara al precandidato blanco Jorge Larrañaga (Alianza Nacional), en una reunión con una decena de comerciantes de la zona.
El encuentro, organizado por la agrupación “Gral. Flores Unido”, que reúne a unos 320 comercios ubicados en el entorno de la avenida Gral. Flores desde el Palacio Legislativo a Maroñas, dejó al líder nacionalista “de frente” a empresarios que le reclamaron sin manifestar su adhesión partidaria, un duro reclamo por la inseguridad.
“Tolerancia cero Jorge, y no se precisa más nada”, exclamó otro de los participantes de la reunión, propietario de tres puestos de verdura del barrio.
En respuesta, Larrañaga nunca accedió a este pedido que en un momento pregonó, sino que desarrolló su propuesta de incrementar el presupuesto para la seguridad pública, duplicando lo que se destina con relación al Producto Bruto Interno.
Alejandro relató que lo robaron “30 veces”, casi sufre la pérdida de un hermano cuando lo balearon y carga con sus padres enfermos por la tensión que les generó la inseguridad. Confesó más de una vez que no sabe qué hacer, y deslizó que quizá deba comprar “dos o tres revólveres” para practicar la autodefensa. “Somos gente trabajadora, ¿cómo vamos a pagar un 222 que nos sale $ 70 la hora?; nos estamos jugando la vida, ¡la vida!”, exclamó el comerciante.
El precandidato blanco, que escuchó la mayoría de los 50 minutos que duró el encuentro, respondió que sabe de la carencia de personal policial, su preparación y remuneración. Por eso, insistió con atender su situación.
Sin embargo, otro de los presentes retrucó: “¿Eso se puede hacer?, porque los otros gobiernos siempre lo prometieron pero no lo hicieron”.
Larrañaga, de todos modos, insistió con que “se puede hacer”, y explicó que el inicio del problema es “reconocerlo”. “Yo no acepto que (José) Mujica diga que este país es más seguro, a mí ¿qué me importa que Bogotá sea más inseguro?”, dijo. “Hay que hacerle la guerra a la inseguridad, precisamos un gobierno donde no pase lo que pasa ahora, hay que plantarse firmes, pero todo dentro del marco de derecho, no con escopetas en mano, si no se faveliza el Uruguay”, relató.
Lejos de referirse con términos técnicos y referencias rebuscadas, el precandidato escogió un lenguaje liso y llano, para colocarse en igualdad de condiciones con los comerciantes.
“No se pueden prometer milagros; yo no te vengo a mentir”, le dijo de frente a Alejandro, el empresario que más participó. A juicio de Larrañaga, todo esto debe enfrentar a un “país conservador” que practica un “pésimo deporte”, como es “discutir en clave de pasado”.
Otro de los temas, dentro del plano de la seguridad, fue la “política carcelaria”. Allí Larrañaga repitió su idea de reacondicionar cuarteles, como el de Punta de Rieles, para alojar presos, y reivindicó el proyecto del Centro Nacional de Rehabilitación en el ex Musto.


FUENTE: ULTIMAS NOTICIAS, sábado 14 de febrero de 2009

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