Interpelación. Bonomi dijo que deben ser pacíficos y no "a lo Gualeguaychú"
SEBASTIÁN CABRERA
Anticipo de un año político polarizado, el Partido Nacional continuó ayer su ofensiva contra el gobierno e interpeló al ministro Eduardo Bonomi. La política laboral del gobierno estuvo en el banquillo durante cuatro horas.
Con ocupaciones y piquetes en el centro del debate en la Comisión Permanente, Bonomi y el diputado Pablo Iturralde repitieron la misma discusión que blancos y frenteamplistas han mantenido en los últimos tres años. El ministro defendió la ocupación y los piquetes pero no "a lo Gualeguaychú", aclaró- como parte del derecho de huelga si no incluyen episodios de violencia. Recordó que "buena parte" de la cátedra laboral uruguaya avala las ocupaciones, pero admitió que la estrategia de ocupar fue incorrecta en "muchas" ocasiones.
Iturralde insistió en que estas medidas afectan el derecho a trabajar de los que no están en huelga, así como el derecho al libre tránsito. Y acusó al gobierno de tener "ambigüedad de criterios" por desalojar lugares públicos y permitir ocupaciones en empresas privadas.
Fue la primera interpelación para Bonomi. Un par de semanas antes había pasado por ese lugar el ministro de Economía, Danilo Astori, interpelado por las irregularidades en los casinos municipales. Ayer mismo, Jorge Lepra y Daniel Martínez (ministro saliente y entrante de Industria) fueron a una comisión parlamentaria a explicar los negocios con Venezuela.
El principal partido de oposición tiene en el Parlamento una vía de ataque al gobierno, en un año preelectoral y la interpelación a Bonomi tuvo fuerte carga política, con la puja entre blancos y frenteamplistas detrás. De hecho, a pocos metros de Iturralde permaneció el senador Jorge Larrañaga durante casi media sesión.
Bonomi tampoco estuvo solo: además de los miembros del Frente en la Comisión Permanente, siguió la sesión parte de la bancada del MPP. Y el ministro José Mujica entró al plenario para darle la mano a Bonomi y al subsecretario Jorge Bruni.
Acompañados por el director de Trabajo, Julio Baráibar, y dos asesores más, Bonomi y Bruni también recibieron el respaldo de la ministra del Interior, Daisy Tourné, cuya convocatoria a sala fue manejada la semana pasada por Iturralde, que finalmente no la citó.
Pero Tourné quiso marcar presencia: fue al Parlamento y se acomodó en las barras, justo arriba de Iturralde. Cuando faltaba poco para el final, bajó a sala y se paró al lado de Bonomi. Iturralde interrumpió su discurso y le habló: "Si está dispuesta, conversamos del tema". Pero Tourné no podía hablar porque no fue convocada: esbozó una sonrisa y al rato se retiró del plenario.
Más allá de las diferencias de fondo sobre la política laboral, estuvo en debate el balance de toda la gestión. Bonomi recordó que los blancos desactivaron los consejos de salarios en 1991 con el argumento de que tenían efecto inflacionario. Dijo que este gobierno apuntó a la recuperación salarial y bajó el desempleo a cifras históricas. "Que rechacen la política laboral, no implica que los empresarios no tomen trabajadores. Los toman, porque con más empleados tienen más ganancias", afirmó.
Iturralde, en tanto, le deseó que el gobierno pueda alcanzar el mismo desempleo promedio de la administración de Luis Alberto Lacalle, de 8,7%. "Queremos arrancar con un mejor porcentaje el próximo gobierno", ironizó.
Diferencias. El diputado blanco insistió en el derecho a trabajar de los no sindicalizados. "¿Se suspende el derecho al trabajo porque hay huelga?", preguntó Bonomi. Y respondió: "No se atenta contra el derecho al trabajo porque pasa el conflicto y la persona vuelve al empleo. Pero al que despiden sí le afectan el derecho al trabajo".
Apoyándose en una computadora portátil, Iturralde marcó como primer error del gobierno la eliminación del decreto que permitía los desalojos policiales, a comienzos de 2005. Bonomi admitió luego que ese decreto se podía haber mantenido, pero aclaró que en los hechos se aplicaba muy pocas veces, ya que la Policía siempre consulta antes.
El ministro y el diputado interpelante coincidieron en que la OIT avala los piquetes "si no se acompañan de violencia". Para Bonomi, eso implica que la violencia no debe llegar a la agresión física a personas y elementos. Pero, para Iturralde, es casi imposible que un piquete no incluya violencia.
Bonomi, que leyó casi toda su exposición, dijo que en una "democracia auténtica el conflicto es inevitable" y que "lo importante no es negar el conflicto, sino resolverlo". Recordó que el porcentaje de acuerdos en los conflictos ha superado el 96% en esta administración.
El final era previsible. Los seis legisladores del FA votaron una moción que dice que las explicaciones de Bonomi fueron "profundas, serias y satisfactorias". Los blancos solicitaron que la política laboral además de garantizar el derecho de huelga-, tome recaudos para garantizar el derecho al trabajo, a la propiedad y al libre ingreso y egreso al trabajo.
Las ocupaciones
En lo previo era casi un hecho que el diputado Pablo Iturralde iba a basar parte de su exposición en la diferencia de criterios del gobierno entre las ocupaciones en el sector privado y público. Y así fue. Pero además marcó un accionar diferente según "simpatías": "Mis amigos sindicalizados pueden hacer lo que quieran y el resto, no. Si la ocupación es legítima debe ser en todos los casos".
Iturralde recordó dos desalojos en el Estado: en la Torre de las Comunicaciones con el grupo GEO y el caso de la ocupación de COFE en el Ministerio de Economía. "Los públicos no tienen derecho de huelga", criticó.
Bonomi sostuvo que en esas dos ocupaciones participaron personas que no eran funcionarios del lugar y que esa fue la razón principal para los desalojos, más allá de que eran lugares estratégicos. "Si permitíamos eso, cualquiera nos ocupa AEBU o el Solís", afirmó.
Desde las barras, lo escuchaban varios sindicalistas, entre ellos Marcelo Abdala, cabeza del sindicato metalúrgico, uno de los que ha acudido más a la ocupación
Diario El País, jueves 28 de febrero de 2008
